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Las relaciones económicas entre la Unión Europea y México La evolución de las relaciones económicas entre México y la Unión Europea en el periodo de los diez años transcurridos del Acuerdo hasta llegar a culminar el proceso de rebajas arancelarias, muestran un crecimiento del comercio entre ambos socios con un mayor incremento de las importaciones que de las exportaciones mexicanas, lo cual se podría interpretar como una desventaja o pérdida relativa para México y una ganancia relativa para la UE, aunque con un resultado de ganar-ganar para el conjunto. Las diferencias en la balanza comercial son significativas. En 2009 las importaciones de la UE desde México han sido de 9,9 mil millones de euros y las exportaciones hacia México de 15,9 mil millones de euros, con una balanza comercial favorable a la UE de 6 mil millones de euros. Esta sola imagen no muestra la realidad más compleja. Visto en perspectiva de los diez años, el incremento de las relaciones económicas como resultado del Acuerdo ha sido importante aunque en lo referente a la parte comercial no ha sido espectacular. En el año 2000 las importaciones europeas eran de 6,9 mil millones y las exportaciones de 13,8 mil millones, con una balanza comercial favorable a la UE por 6,8 mil millones de euros. Es decir, en el periodo de vigencia del TLCUEM, el déficit comercial de México con la UE se ha reducido ligeramente. En este periodo México ha pasado del lugar 30 al 23 en el ranking de los países importadores en la UE y del lugar 19 al 18 de los países que la UE exporta. Más importante que la evolución del comercio lo han sido los servicios en que la UE ha pasado de exportar servicios a México en el año 1999 por un valor de 1,6 mil millones de euros a 4,4 mil millones de euros. Y mucho más espectacular la evolución de las inversiones directas, cuyo acumulado en 1999 de ID de la UE en México era de 9,6 mil millones de euros y en 2008 de 49 mil millones de euros. La de México en la UE en 1999 era de 1,1 mil millones de euros y en 2008 la inversión directa mexicana acumulada en la UE era 11,4 mil millones de euros17. Dicho de otra manera, mientras que las inversiones directas de la UE en México se multiplican por cinco, las mexicanas en la UE se multiplican por 10. Un dato importante y positivo en las perspectivas de México en su relación económica con la UE. En cuanto a la parte comercial, hay que tener en cuenta que las exportaciones de la UE a México están muy vinculadas a la evolución de las inversiones directas europeas, ya que una parte significativa maquinaria y equipo (28.7%) y equipo de transporte (14.5%). En estudio reciente (pendiente de publicación) realizado por los autores de este capítulo se ha utilizado la variable inversiones con el modelo de gravedad para analizar la creación o desviación de comercio, se llega a la conclusión que el volumen de inversiones directas de la UE a México, es el componente que explica a su vez las exportaciones de bienes de equipo desde la UE a México. Lo que por una parte se traduce en un déficit comercial en México, nos indica una contribución a la formación de capital fijo en México. Este hecho debería traducirse en el medio plazo en un aumento de las exportaciones mexicanas hacia la UE. Sin embargo, puesto que la UE invierte en México para utilizar la plataforma de exportación hacia América del Norte, las exportaciones en lugar de ser hacia la UE, pueden ser hacia Estados Unidos y Canadá. En este caso el resultado de la balanza comercial debería ser triangulizada (Estados Unidos-México-UE) y en el computo global no sería tan negativa como aparenta. Lo importante es el valor añadido que se produce en México como resultado de esta estrategia. Puesto que las exportaciones de México a Estados Unidos están sometidas a determinadas reglas de origen sobre el contenido de valor e insumos mexicanos en las exportaciones, las inversiones directas de la UE en México no pueden ser de simple maquila si los productos pretenden entrar en el mercado de Estados Unidos sin aranceles, de lo contrario no cumplirían las reglas de origen y no podrían beneficiarse de las ventajas del TLCAN entre México y Estados Unidos y Canadá. Las exportaciones de México hacia la Unión Europea tienen todavía un potencial de crecimiento importante ya que en gran parte este potencial debe fundamentarse en el aumento de las inversiones directas mexicanas en la UE y en el aumento de exportaciones con mayor valor añadido. Todavía una proporción importante del valor de las exportaciones (24%) son productos minerales, aunque con tendencia a disminuir. Los proyectos de cooperación de la UE en el marco del Acuerdo como el PROTLCUEM para facilitar el comercio mejorando el conocimiento del TLCUEM, o el PIAPYME de apoyo a las pequeñas y medianas empresas mexicanas para exportar a la UE, o el Programa de Competitividad e Innovación (PROCEI) que se va iniciar, son programas que tienen como objetivo una mejora de las exportaciones mexicanas hacia la UE. El balance de los diez años del Acuerdo de Asociación Económica es positivo la Unión Europea se ha convertido en el segundo socio comercial de México. Sobre la base del acuerdo se está negociando una liberalización adicional del comercio de productos agrícolas, servicios e inversiones18 que podría mejorar los resultados de las relaciones económicas en los próximos años. La crisis económica y financiera internacional puede generar tendencias a un mayor proteccionismo en lugar de mayor liberalización. Sin embargo el Acuerdo Global y la Asociación Estratégica entre México y la UE, son instrumentos de diálogo y concertación bilateral y con perspectiva de influencia multilateral que deben perseverar en un marco de soluciones de salida de la crisis que se fundamenten en una mayor competitividad, en la posición global de las empresas mexicanas y con políticas de estabilidad macroeconómica. El Plan Ejecutivo Conjunto de la Asociación Económica19 establece en su capítulo bilateral de relaciones económicas y comerciales la prioridad de reglamentar mejor los mercados financieros y poner freno al proteccionismo, así como concebir estrategias de salida de la crisis mediante medidas extraordinarias para mitigar la crisis. En medio de la profunda crisis económica aparece el ejemplo de las economías emergentes, con economías de mercado y regímenes democráticos con mayores tasas de crecimiento (Corea, India, Brasil), que se caracterizan por tener empresas globales que compiten en el mercado global. Esto ha sido posible porque desde hace varias décadas han seguido estrategias de competitividad e innovación, con políticas industriales activas y reformas estructurales encaminadas a buscar sus mejores oportunidades en los mercados globales. México con el Acuerdo Global y la Asociación Estratégica tiene también una ventana de oportunidad en el gran mercado de la Unión Europea, que le ofrece la posibilidad de diversificación y de un mejor posicionamiento de sus empresas en el mercado global. Bibliografía: Bacaria, Jordi, (2010) “La Asociación Estratégica entre México y la Unión Europea en el contexto latinoamericano e internacional” en Sola A. Carlos (Coord.) México y la Unión Europea: Un puente de ida y vuelta, 2010, México, Porrúa, pp. 153-165. Evaluación del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación entre la Unión Europea y México Soledad Gallardo García El año 2010 resulta definitivamente emblemático no sólo por celebrar el bicentenario y centenario de la Independencia y Revolución mexicanas respectivamente, sino también porque marca el 50º- aniversario de las relaciones diplomáticas entre México y la Unión Europea y particularmente, por el cumplimiento de diez años de la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación –también llamado Acuerdo Global- que firmaron en diciembre de 1997. Gracias a la firma de este tratado -que representó el primero en su tipo en ser firmado con un país tercero- México tuvo entonces un acuerdo jurídicamente vinculante con el bloque más importante a nivel internacional, no sólo por ser una potencia económica sino también política, lo cual le brindó a nuestro país la oportunidad de diversificar sus relaciones y de esta manera compartir experiencias y abrir espacios de reflexión y diálogo que servirían para fortalecer la relación bilateral. La idea de incluir una estructura institucional dentro del Acuerdo Global y crear de esta manera una relación más profunda que la que implica un mero tratado comercial es característica de los acuerdos de asociación que la Unión Europea tiene con otros Estados, y se debe a que los europeos buscan reflejar su propia estructura interna y reproducir los esquemas que les han traído grandes resultados y que los han consolidado hasta el momento como el proyecto más exitoso y sofisticado de su tipo no sólo en materia de integración regional sino también en ámbitos como el crecimiento económico y el desarrollo humano. En los últimos diez años la relación entre México y la Unión Europea también ha ido evolucionando, las condiciones en las que se firmó el acuerdo son totalmente diferentes a la situación internacional hoy en día y de igual manera, tanto la UE como México han cambiado significativamente al interior, la ampliación de la Unión a 27 miembros actualmente, ha generado que se presenten dificultades porque se generan más temas, más puntos de contacto y por lo tanto es lógico que surjan roces pero también el debate se ha vuelto más rico, lo cual fortalece los lazos de unión y se pueden llegar a resoluciones que beneficien a ambas partes. En este sentido, se han abierto diálogos sectoriales dentro del marco del Tratado que incluyen los temas coyunturales que a ambos conciernen y también donde se discuten las necesidades tanto de los europeos como de los mexicanos; estas reuniones también tienen el objetivo de revisar y evaluar el Acuerdo Global y es así como los expertos en las diversas áreas debaten cómo complementar y mejorar tanto la aplicación como el funcionamiento del acuerdo en sí para obtener los mejores resultados posibles. Dentro de los logros más evidentes del Tratado con respecto a la concertación política, debe destacarse que este diálogo ofrece un marco estructurado de interacción que mantiene a las partes en contacto permanente a distintos niveles y en distintos rubros, es especialmente importante dado que, ni la UE ni México son prioridad el uno para el otro en cuanto a Política Exterior se refiere, así que este marco institucional ayuda también a que se generen nuevos acuerdos en materia de cooperación, educación, cultura, etc., y también sirve para coordinar sus posturas de cara a foros y eventos multilaterales, como el próximo a celebrarse en Cancún sobre cambio climático. Sin embargo, también existen ciertos límites en las negociaciones debido a la complejidad de sus partes, puesto que cuando no hay un acuerdo entre los 27 miembros de la Unión es difícil llevar los temas y las propuestas a las mesas de debate y por lo tanto se sigue utilizando el diálogo bilateral con los países europeos por separado, aunque gracias a la firma del Tratado de Lisboa esta situación puede y se espera que mejore, ya que uno de sus objetivos es perfeccionar la Política Exterior y de Seguridad Común. Ahora bien, debe recordarse que México es el único país que además de contar con un tratado de libre comercio que incluye 27 países a través de un solo instrumento legal, también es socio estratégico de la UE y, a pesar de que en materia comercial la Unión es la mayor economía del mundo por ser la principal exportadora e importadora de bienes y servicios, México no ha sido capaz de obtener todo el beneficio que puede y debe derivar de dicha relación. No obstante, la UE es el segundo socio comercial de nuestro país y la segunda fuente de inversión; en el ámbito multilateral ambos coinciden en la importancia de integrar a sus respectivas regiones para hacerlas más competitivas a nivel internacional. A diez años de la entrada en vigor del acuerdo, los indicadores señalan que durante el periodo 1999-2008 las exportaciones mexicanas pasaron de menos de 5 mil millones de dólares a casi 20 mil millones de dólares, es decir, un crecimiento del 312% y en cuanto a las importaciones procedentes del mercado europeo, éstas crecieron un 208%20. Por otra parte, hay una serie de temas pendientes que se acordaron resolver al finalizar la ronda de Doha21, sin embargo, como no se vislumbra que se llegue a un acuerdo en un futuro cercano, tanto la UE como México deberían sentarse a negociar en estos asuntos independientemente de los avances en dicho foro multilateral. Igualmente importante resulta la parte de cooperación, donde destaca la participación de la sociedad civil especialmente en los Foros de diálogo entre la sociedad civil y los gobiernos de México y la Unión Europea y en la reuniones de seguimiento de los mismos, donde se tiene la oportunidad de debatir sobre cuestiones sociales que preocupan a los ciudadanos y que pueden ser incluidos en los temas de la agenda a evaluar en las reuniones oficiales entre mandatarios de ambas partes. A partir del Acuerdo Global se han llevado a cabo cuatro diálogos sectoriales en los ámbitos de ciencia y tecnología, medio ambiente y cambio Climático, cohesión social y educación y cultura. La Comisión Europea ha invertido más de 110 millones de euros sólo en programas bilaterales desde 2002 y durante el período 2007-2013, la contribución total de la UE supone un total de 55 millones de euros22. En conclusión, aunque se han obtenido logros significativos en materia económica principalmente, cabe señalar que no se ha aprovechado todo el potencial que el Acuerdo tiene, puesto que no sólo es un tratado comercial sino como su nombre lo indica incluye aspectos tales como, el diálogo político, la cooperación y la democracia entre otros, que son asuntos que a todos concierne y de los cuales se puede aprender de la experiencia europea. En este sentido, uno de los valores más importantes de esta relación es su constante evolución y la gran ventaja que posee es que México y la Unión Europea pueden hablar de temas globales como pares y encontrar soluciones y/o propuestas comunes a la problemática internacional que se presenta ahora y que tal vez no es la que se contemplaba hace diez años. Ésa es la virtud de este diálogo constante con la Unión Europea, definir cuáles son los temas que preocupan a las dos regiones, y como pueden trabajar de la mano viendo hacia el futuro. Bibliografía
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