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En lo que a mí respecta, a lo largo de mí vida no he hecho más que llevar al extremo todo aquello que vosotros habéis dejado a la mitad. (Dostoievski) Cada cual arroja sobre su vecino el peso de su desesperación, de su odio, de su miedo. Nada comienza en nosotros, nada termina en nosotros. (Henri Troyat) La vida aquí es repugnante; ¡sólo es bello lo que se ha liberado del materialismo y de la felicidad terrenas! (Dostoievski) Un ser que se acostumbra a todo; éste es, me parece, la mejor definición que se puede dar del hombre. (Dostoievski) Sí, soy un volcán y el fuego es mi elemento. (Shidbusk) Un pensamiento extraño bullía en mí…, me pareció que en aquel instante comprendí algo que ya había presentido sin haberlo experimentado; me pareció que acababa de despertarme a un mundo nuevo, ajeno a mí y del que no había tenido conocimiento hasta entonces sino por relatos oscuros, por misteriosas señales. Creo que en aquel momento empezó mi verdadera existencia. (Dostoievski) No hay peor vanidoso que quien se ha negado a sí mismo durante mucho tiempo el derecho a serlo. (Henri Troyat) (El diablo) no creo en él. Aún no creo en él. Sé que él soy yo mismo bajo diferentes aspectos; sé que me desdoblo, que hablo conmigo mismo. (Dostoievski) En todos los hombres hay dos postulantes simultáneos; uno se dirige a Dios y el otro a Satanás. (Baudeliere) La vida es vida en todas partes, la vida está en nosotros y no en el mundo que nos rodea. Cerca de mí habrá hombres, y en ser un hombre entre los hombres y serlo para siempre, sea cuales fueren las circunstancias, no desfallecer, no caer, en esto consiste la vida, el verdadero sentido de la vida. Lo he comprendido. Esta idea me ha penetrado en la carne y en la sangre. (Dostoievski) Hay misteriosas señales a las que uno no puede sustraerse y que le reducen a sus miserables dimensiones. Te mueves, escribes, charlas y, de pronto, una mano enorme se abate sobre ti, una poderosa voz ahoga tus gritos y ya no eres nada, y eres feliz no siendo nada, no perteneciéndote, dejando que algún otro actúe por ti, pierda o gane por ti y disponga tu porvenir de alegría o de pena ¡Que necia vanidad es exigir siempre el papel protagonista! ¡Que terrible imprudencia tratar de vencer siempre al destino! (Henri Troyat) Estas gentes de nervios fuertes carecen por completo de capacidad de reflexión. Para que puedan actuar es preciso que tengan vacía la cabeza. El que piensa sólo puede permanecer inmóvil. Pues el pensamiento roe como un ácido el decorado ficticio donde debe encuadrarse la acción. La esencia misma de la acción es el fracaso del espíritu. (Henri Troyat) El rebaño de imbéciles que estas paredes encierran no piensa que la ciencia, cuyo campo no tiene límites, ha construido una cárcel. No piensa más que en su pequeña seguridad del momento, en su pequeña labor así protegida. Se frotan las manos porque están al calor. Y si algún filósofo, algún hombre subterráneo, pretenden negar el mundo, exclaman: “Perdón, es imposible sublevarse, dos por dos son cuatro. La naturaleza no os consulta; no se preocupa de vuestros deseos y de saber si sus leyes os gustan o no. Estáis obligados a aceptarla como es y, por consiguiente, debéis aceptar también todos sus resultados. El muro es un muro. (Dostoievski) ¿Hay locuras matemáticas y locos que piensan que dos por dos son tres? (Baudeliere) El amor humano debe ser humilde. (Henri Troyat) La pasión lo disculpa todo. La pasión incluso criminal, vale más que la quietud. (Henri Troyat) Siga su camino y perdónenos nuestra felicidad. (Dostoievski) Lo que la mayoría de la gente llama fantástico y excepcional es para mí la más profunda realidad. (Dostoievski) Hemos colocado coronas de laurel sobre cabezas piojosas. (Dostoievski) Sin embargo, estos seres tan tremendamente conscientes de su destino no saben escapar del peligro que los acecha. No saben, no pueden y quieren, al parecer, evitar el abismo hacia el cual avanzan. Son esclavos de su propia clarividencia. No dominan su vida, la sienten. Son unos hambrientos de impresiones fuertes. No anhelan la dicha ni la desesperación. Sólo les importa la conciencia de existir. Y cualquier dolor les sirve para comprobar los límites de su existencia. Sufro luego soy. Supero mis tormentos luego seré. Quienquiera que se deje sacudir por los acontecimientos, se dirige hacia Dios. Quienquiera que desee evitarlos, se aparta de él. “El que conserva la vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí la hallará.” (Henri Troyat-análisis del Idiota) La fuerza más importante, el cemento que lo une todo, es la vergüenza de tener una opinión propia. (Dostoievski) El socialismo: “les daremos la felicidad que les corresponde como criaturas débiles que son”. Todo empieza y todo termina aquí abajo. El mundo se transforma en hormiguero. Los valores individuales, la vida íntima, los arrebatos espirituales y las esperanzas superiores se hunden en este pantano de lo inconciente y de la nulidad. El Estado se encarga de proveer al lamentable rebaño pitanza, guarida y pequeñas alegrías diarias. Y el hombre se considera feliz. Pero el hombre no sólo necesita ser feliz. El pan de cada día no es el único alimento a que aspira. Tiene hambre de creer a cada momento que existe una alegría elevada, completamente inimaginable y deliciosa, de la que no será excluido. Tiene hambre de algo que no podría procurarse ni por el trabajo ni por la astucia. Siendo el hambre de lo inconmensurable, de lo incomprensible, de lo infinito. “La ley de la existencia humana consiste en que el hombre puede siempre inclinarse ante algo inmensamente grande. Si se llegara a privar a los humanos de esta “inmensidad”, no querrían vivir, morirían de desesperación. (Los poseídos comentarios de Henri Troyat) Fue entonces, mientras tomaba el té y charlaba con unos compañeros, cuando por primera vez en mi vida me hice a mí mismo esta reflexión: yo no sabía, no sentía lo que es el bien y el mal, y no sólo no lo sentía, sino que no había ni bien ni mal. (…) Estaba aburrido de la vida hasta la estupidez. (Dostoievski. Los Poseídos) El hombre sólo inventó a Dios para poder vivir sin matarse. (Dostoievski) Volvemos, con este rodeo, a la dialéctica del hombre subterráneo. El hombre se forjó un ídolo y levantó los muros de la religión sólo para defenderse de la libertad, que le da miedo. Es un prisionero por temor a la independencia. Se ha humillado ante su propia creación. Pero él, Kirilou, triunfará sobre la costumbre. Y vuelve el antiguo tema de la crucifixión, tratado por Hipólito: “Si las leyes de la naturaleza no han perdonado a éste…entonces el planeta entero es sólo una mentira, descansa sobre la mentira y resulta estúpidamente irrisorio. (Henri Troyat) Si alguien me hubiese demostrado que cristo está fuera de la verdad, si estuviera realmente establecido que la verdad está fuera de Cristo, hubiera preferido quedarme con Cristo antes que con la verdad. (Dostoievski) ¿Cuál puede ser la idea de un humillado, de un ofendido? Quiere sobrepasar a todo el mundo, romper lo muros, pulverizar los prejuicios, ser temido, respetado y obedecido como él mismo teme, respeta y obedece. (Henri Troyat) El no llegar constituye tu grandeza. (Goethe) Ni la sensualidad ni la piedad constituyen el verdadero amor, aunque las dos formen parte de este sentimiento. El amor es, en primer lugar, entrega. En cambio, la piedad implica la superioridad de un ser respecto al otro y la sensualidad un completo egoísmo. Para el depravado, la unión sólo es un pretexto para el placer. (Henri Troyat comenta a Dostoievski) Las mujeres como ella se agotan en la espera, se desconsuelan en la realización de sus deseos, arden por entregarse y os reprochan haberlas tomado. Tan pronto son crueles por el placer de ser luego suaves como suaves por el placer de ser crueles más tarde. Tienen pudores perversos y voluptuosidades inocentes. Mienten a los hombres; a Dios; se mienten a sí mismas. No han penetrado en la vida. Juegan con la vida. Posan delante de la vida como ante un espejo. Adoptan gestos artificiosos. Y cambian de expresión y de actitud para tener la sensación de existir. Lo constante es para el hombre, la prueba de su propia realidad. Y la mujer, en cambio, afirma su existencia con la volubilidad. El hombre quiere ser uno. La mujer quiere ser múltiple. El hombre sólo se siente fuerte si es plenamente consciente de sus cualidades y de sus defectos. La mujer no se siente fuerte si no es en la completa inocencia de sí misma. El hombre es el mundo organizado. La mujer, el universo informe. Con ella, todo es posible. Y nada es seguro con ella. Hay que huir de la mujer o renunciar a dominarla. (Henri Troyat) Siempre crucé la frontera siempre… (Dostoievski) No se puede establecer ninguna relación auténtica entre cosas que tienen diversas naturalezas. (Rousseau) Los hombres no puede engendrar nuevas fuerzas, sino únicamente unir y dirigir las existentes, no tiene ya otro medio de conservarse que formar por agregación una suma de fuerzas que pueda superar la resistencia, ponerlas en juego mediante un solo móvil y hacerlas actuar conjuntamente. (Rousseau) Solo el sentimiento es creador. (Machado) Locos necesitamos que siembren para no cosechar. Cuerdos que talen el árbol para alcanzar el fruto. (Gullón) “Cuando uno se apresta para una hazaña no debe pararse en por qué puerta ha de salir”. Se lanza sin escuchar advertencias y avisos; no reflexiona, acosado por la aventura inminente. No se busque en sus acciones la lógica de las escuelas sino la coherencia del comportamiento heroico. (Unamuno-Gullón) “Yo sé quien soy” no dijo sino “Yo sé quien quiero ser”. (Gullón) Sólo existe de verdad lo que obra. (Unamuno) No hay porvenir, nunca hay porvenir. Eso que llaman porvenir es una de las más grandes mentiras. El verdadero porvenir es hoy. ¿Qué será de nosotros mañana? ¡No hay mañana! ¿Qué de nosotros hoy, ahora? Esta es la única cuestión. (Unamuno) Hay que hacer algo con lo que se ha hecho de nosotros. (Sartre) El hombre sólo es (…) enteramente hombre cuando juega. (Schiller) Cuando nada pienses y nada razones, es cuando comienzas a entender el Tao. Cuando en nada haces asiento y no te ocupas en nada, es cuando te asientas en el Tao. Cuando no sigues dirección alguna y no llevas camino alguno, entonces es cuando comienzas a posesionarte del Tao. (Chuang Tzu) El proceso creador no es el efecto de una causa, sino que contiene un capricho enigmático. Los procesos causales son previsibles, los creadores no. (Herder) El que carece de genio, un ser fatigado y sin fuerzas, no puede dar un paso sin las muletas de las reglas y las leyes; inane y desamparado, nunca puede saltar por encima del cauce señalado o romperlo con la audacia del Héroe, para encontrar creativamente por sí mismo un nuevo cauce. A la manera de aquel animal manso que espera recibir la carga, se arrastra con necia quietud en los cauces marcados. (Jacob Abel) Que todas las fuerzas del alma y todas las ideas y clases de ideas dependan del cuerpo. (Jacob Abel) El genio lleno del sentimiento de su fuerza, pleno de noble orgullo, arroja las humillantes cadenas; mofándose de la estrecha cárcel en la que se consume el mortal de a pie, se desata lleno de heroica osadía y, émulo del águila real, vuela muy por encima de la pequeña tierra y se mueve en los esplendores del sol. Le recrimináis porque no permanece en los raíles, porque ha salido de los cauces de la sabiduría y de la virtud. ¡Insectos! Él ha volado al sol. (Jacob Abel) Dirigido tan solo por la naturaleza y el instinto, sus ángeles custodios. El genio camina tranquilo y seguro a través de todos los lazos del falso gusto. (Schiller) La fuente básica de error no son los sentidos, sino el entendimiento socializado; en consecuencia, nuestra tarea es sacar el entendimiento del laberinto de sus errores mediante experimentos intuitivos. (…) es de nuevo el entendimiento el que ha de destruir su propio engaño para que la experiencia sensible pueda imponerse con toda pureza. (Bacon) La ley todavía no ha formado ningún hombre grande; la libertad, en cambio, incuba colosos y realidades extremas. (Schiller-Los Bandidos) Las leyes del mundo son simple juego de dados, el vinculo de la naturaleza se ha rasgado. (Schiller) “Seas como quieras, más allá sin nombre, sólo me permanece fiel este yo mismo. (Schiller) Se da libertad cuando un yo llega a concordar consigo mismo. (Safranski) Quien descubre su libertad como lo hace Karl, en definitiva está dispuesto a asumir la responsabilidad de sus actos. La libertad y la responsabilidad van unidas. La aceptación de la responsabilidad no equivale al reestablecimiento de un orden del mundo roto. De hecho en el último acto no se reestablece nada (…) Al final no hay ninguna reconciliación, sino que se dan tan sólo el triunfo de la libertad orgullosa de Karl, que permanece fiel a “su sí mismo”. “Los Bandidos” termina con el ansia de esta libertad, no con afán de un orden del mundo reestablecido. (Safranski) Tan bien lo bello tienen que morir (…) Lloran los dioses, lloran todas las diosas porque lo bello pasa, porque lo perfecto muere. (Schiller) ¡Que se paralice el tormento de mi orgullo! (Schiller) La orgullosa acción de la huida se convertirá para él mismo en mito fundacional de su vida. (Safranski) Con frecuencia pequeños motivos arrebatan vertiginosamente mis esperanzas. (Schiller) No se debe amar a otro por lo que ya es, sino por lo que puede llegar a ser. (Schiller) En general la autodeterminación sólo se da sobre el trasfondo de una indeterminación insuficiente. El misterio de la libertad se encuentra precisamente en ese vacío, en esta laguna en la cadena de las determinaciones suficientes (…) No se trata de lo que se debe querer ¿Cómo podemos averiguar lo que propiamente queremos? Lo sabremos cuando hayamos actuado. Hemos de decidirnos y actuar para saber quiénes somos. No hay ningún saber de la propia identidad que preceda a la acción. Lo que yo soy no lo sé antes, sino solamente cuando he actuado. (Safranski) La naturaleza humana no soporta yacer incesante y eternamente en el potro de la tortura de los negocios; los estímulos de los sentidos mueren con su satisfacción (…) El es la institución (…) donde no se tensa ninguna fuerza del alma sin perjuicios de las otras, donde no se disfruta de ningún placer a expensas de los otros (…); en este mundo artístico soñamos sin las barreras de lo real; allí nos recuperamos a nosotros mismos, despiertan nuestras sensaciones, pasiones salvíficas estremecen nuestra dormitante naturaleza y mueven la sangre con latidos frescos. (Schiller) Al hombre se le ha puesto a disposición la propia creación. Por tanto, su para qué: llegar a ser lo que puede ser, y llegar a ser eso haciéndose a sí mismo. (Safranski) Hay algunos juegos de presdigitación por lo que la fatua razón intenta escapar a la vergüenza de no poder rebasar los límites de la naturaleza humana. (Köner) Créeme, nuestro mundo moral y político está minado con pasillos, sótanos y cloacas subterráneas, tal como suele estar una ciudad sobre cuyas redes en el subsuelo nadie piensa y reflexiona. (Goethe) Practico lo romántico en cuanto doy un sentido elevado a lo bajo, un aspecto misterioso a lo ordinario, la dignidad de lo desconocido a lo conocido, y una apariencia infinita a lo finito. (Schiller) Que en las cosas morales nos alejemos sin peligro del sentimiento natural práctico, para elevarnos a abstracciones generales, que el hombre se confía con mayor seguridad a las inspiraciones de su corazón o a los sentimientos individuales ya presentes de derecho y injusticia que a la dirección peligrosa de las ideas universales de la razón, que el ser humano se ha creado artificialmente, en efecto, nada que no sea natural conduce al bien. (Schiller) Es una idea original de Schiller la de que posiblemente haya una relación entre el monoteísmo cristiano y el dominio de la razón abstracta en la modernidad. El monoteísmo cristiano ha desplazado a Dios a un más allá invisible y a una interioridad igualmente invisible, lo que ha hecho que el mundo se enfríe. Sólo media un paso entre este mundo despojado de alma y encanto por causa del monoteísmo, y el moderno desencanto científico. El mundo es primero una obra de Dios, y luego pasa a ser el material de una razón calculadora. La esfera donde antaño Helios y las Oréades irradiaban en la cúpula celeste, se ha convertido en un espacio vacío, donde “se mueve sin alma una bola de fuego”. Adondequiera que mire la ciencia, al final descubrirá solamente un “esqueleto”. Tanto del Dios cristiano como del moderno Dios de la ciencia podemos decir: “Todas aquellas flores han caído arrastradas por el soplo invernal del norte”. Para “enriquecer a uno entre todos, tenía que perecer este mundo de los dioses.”. (Safranski comenta Schiller) Cuando pienso que tejido de pequeñeces se tiende entorno a nuestra vida, y cómo una de estas nos despoja de los más nobles disfrutes, me encuentro muy angustiado y en desacuerdo conmigo, y esto sucede con frecuencia en nuestra vida femenina.(Karoline Von Lengefeld) Yo tengo que ser enteramente artista y, de otro modo, no quiero seguir existiendo. (Schiller) Si yo estuviera sólo con él (Goethe) en una isla desierta o en un barco, no ahorraría tiempo ni esfuerzo para deshacer esta enrevesada madeja de su carácter. Pero yo no estoy atado a este único ser, pues, como dice Hamlet, cada uno tiene sus negocios en el mundo, y también yo tengo los míos; y, en verdad, no tenemos suficiente vida efectiva para dilapidar tiempo y esfuerzos a hombres que son difíciles de descifrar. Hay un lenguaje único que entienden todos los hombres, y ese lenguaje es el que dice: Usa tus fuerzas. Si cada uno actúa con todas sus fuerzas. No habrá quien permanezca oculto a los demás. Éste es mi plan. Si alguna vez mi situación llegar a ser tal que pueda dejar actuar a todas mis fuerzas, él me conocerá y otros me conocerán, de la misma manera que yo ahora conozco su espíritu. (Schiller) Veo lo que me precedió y lo que me seguirá como dos impenetrables cubiertas negras, que están colgadas en los dos extremos de la existencia humana y que ningún ser vivo ha descorrido (…) Muchos ven sus propias sombras, las figuras de su pasión, agrandadas y moviéndose en la cubierta del futuro, y se estremecen ante su propia imagen (…) Detrás de esta cubierta reina un silencio profundo; nadie de los que están detrás de ella responde desde allí; todo lo que se ha oído era un eco vacío de la pregunta, como si se hubiera llamado en una fosa. (Schiller) Los héroes de la edad media eran presas de un delirio, que confundieron con sabiduría, y eso fue así porque para ellos la sangre, la vida y la propiedad eran sabiduría; mal adoctrinados por su razón, obedecían heroicamente a las leyes supremas; y nosotros, sus refinados nietos, ¿podemos gloriarnos de que en medio de nuestra sabiduría osemos tan sólo la mitad de lo que ellos se atrevieron a hacer en su locura? (Schiller) Kant dijo: “La naturaleza se halla bajo la ley del entendimiento”. Esta frase, aplicada al problema del materialismo significa: el materialismo, que amenaza con derribar la creación del espíritu, es a su vez una construcción del espíritu, en la que éste no nota que él mismo la ha construido. Por tanto, el materialismo, visto trascendentalmente, es un dogmatismo de la razón olvidada de sí misma. (Safranski) La imaginación es un ingrediente necesario de la percepción. (Kant) Nosotros mismos en cuanto queremos entendernos, somos una representación; pero somos también un ser, independientemente que somos conciencia. En este sentido, somos para nosotros mismos “una cosa en sí” que no podemos conocer. De esa manera, lo que antaño era una trascendencia consistente en su elevación, se convierte en un punto ciego de nuestra existencia, en la oscuridad del instante vivido. Esto tiene una consecuencia dramática. Cuando no nos entendemos a nosotros mismos, igual que cuando queremos comprender la realidad exterior, descubrimos causalidades. Si nos miramos desde fuera, no descubrimos en nosotros ninguna libertad, sino solamente causalidades y determinaciones. Y, sin embargo, desde dentro experimentamos la libertad. Nos experimentamos como suficientemente indeterminados, tanto como para determinar nosotros mismos nuestra acción. (Safranski) Lo que puede desarrollar la naturaleza sin encorvarse, sin opresiones, sin consumirse, lo que de sí mismo se desarrolla hacia sí mismo con el ímpetu de una forma viva, es lo que tiene semejanza con la libertad y, en consecuencia, la realidad de la belleza en la naturaleza (…) Lo forjado, oprimido, impedido, dice Schiller, nunca puede ser bello. Schiller escoge como ejemplo el caballo de raza, que se mueve según su naturaleza, sin coacción y con libertad; y en contraste con esto tenemos el percherón de carro, que lleva en el cuerpo las marcas del peso, del trabajo y la coacción. (Safranski comenta a Schiller) Belleza es libertad en aparición. (Schiller) El artista no ha imponer a la materia sus ideas de forma dominadora; y, si lo hace, se produce el amaneramiento: el artista se da demasiada importancia, se impone, anda a la caza de originalidad, quiere afirmarse en el mercado de la vanidad. El artista sólo tiene estilo cuando sus intenciones se unen con el sentido propio de la materia y con ello aparece algo inconfundible, que no puede reducirse al artista, ni a la materia; más bien, es un tercero que surge de la unión de ambos. (Safranski comenta a Schiller) Fichte diría: Yo me produzco y, por tanto, yo soy. (Safranski) Todo lo que el poeta puede darnos es su individualidad. Por tanto, ésta ha de ser digna de exponerse ante el mundo y la posteridad. El primer y más importante asunto del poeta es ennoblecer su individualidad tanto como sea posible, purificarla hasta la altura de la humanidad más grandiosa; el genio poético debe atender a eso antes de alcanzar su condición de hombre extraordinario. (Schiller) La propia experiencia nos conduce al mundo como universo de la espontaneidad. El “yo soy” es el secreto revelado del mundo. Este pensamiento fue para Fichte el rasgo deslumbrante que calentó su filosofía hasta el final. (Safranski) Me vuelvo hacia mí mismo y encuentro un mundo. (Goethe) ¿Quién es capaz de mantener su corazón dentro de límites tan bellos cuando el mundo le da puñetazos? Cuanto más nos ataca la nada, que bosteza en torno a nosotros como un abismo, o bien cuando nos ataca lo carente de forma, de alma y de amor, aunque sea distraído entre millares de algos de la sociedad y de la actividad del hombre, con tanta mayor pasión, dureza y fuerza “hemos de resistir” (…) La necesidad e indigencia de fuera convierte la exuberancia del corazón en tu propia necesidad y exigencia. (Hölderlin) El yo es algo que simplemente no puede convertirse en cosa. (Shelling) El hombre ha nacido para una situación limitada; es capaz de ver fines sencillos, próximos, determinados, y se acostumbra a utilizar medios que tiene a la mano inmediatamente; pero tan pronto como llega a mayores anchuras no sabe ni lo que quiere, ni lo que debe, y da lo mismo que esté dispuesto por la multitud de objetos, o que la altura y la dignidad de los mismos lo saquen de quicio. Es siempre una desgracia para él verse incitado a aspirar a algo con lo que no puede unirse mediante una regular actividad propia. (Goethe) Sea sólo la personalidad la dicha suprema de los hijos de la tierra. (Goethe) Adaptarse al mundo y con ello apropiárselo, pero sólo tomar de él cuanto podamos adaptar a nuestra conveniencia; lo que no nos conviene ha de dejarse fuera sin escrúpulos. El mundo y la vida de Goethe fueron suficientemente espaciosos a pesar de los gestos de rechazo y limitación. (Safranski) El hombre sólo se conoce a sí mismo en cuanto conoce el mundo… Cada objeto nuevo, bien mirado, abre un nuevo órgano en nosotros. (Goethe) Se han separado el disfrute del trabajo, el medio del fin, el esfuerzo de la retribución. El hombre eternamente atado a un único fragmento pequeño del todo, se forma así mismo solo como fragmento; el individuo, con el oído pegado eternamente al ruido monótono de la rueda que maneja, y lejos de expresar a la humanidad en su naturaleza, se convierte en mera copia de lo que realiza. (Schiller) La sociedad moderna, ha hecho progresos en el campo de la técnica, de la ciencia y de la artesanía como fruto de la división del trabajo y de la especialización. A medida que la sociedad en su conjunto se hace más rica y compleja, el individuo se empobrece en lo que se refiere al desarrollo de sus disposiciones y fuerzas. Mientras el todo se muestra como una totalidad rica, el individuo deja de ser lo que en la antigüedad debió de ser de acuerdo con un perjuicio idealizante: una persona como totalidad en pequeño. En lugar de eso encontramos hoy entre los hombres meros “fragmentos”, lo cual tiene como consecuencia que hayamos de andar preguntando de individuo en individuo, para congregar la totalidad del género humano. (Schiller) Por decirlo finalmente de una vez, el hombre juega tan sólo cuando es hombre en el sentido pleno de la palabra, y sólo es enteramente hombre cuando juega. (Schiller) La modernidad es seria, no juega, no tiene ninguna antena para la bella carencia de fin. (Schiller) La utilidad es el gran ídolo del tiempo, al que sirven todas las fuerzas y han de prestar homenaje todos los talentos. En una balanza tan tosca no tiene ningún peso el mérito espiritual del arte, y éste, priva de todo aliento, desaparece del ruidoso mercado del siglo. (Schiller) El amor no es necesario para vivir, pero si es necesario para que merezca la pena vivir. Si resumimos bajo el concepto de principio de realidad las coacciones serias de la naturaleza y las coacciones de la utilidad que sirven a la vida y la conservan, entonces “jugar” significa derrocar de forma limitada el principio de realidad, un ejercicio de relajación para el corazón, los sentidos y el entendimiento, que están coartados y encadenados en el ajetreo de las tendencias y el botín del trabajo útil. (Schiller) Frente a la coacción de la utilidad para la conservación de la vida, relajación significa: sentido para lo superfluo, entrega a lo carente de fin o a lo que tiene el fin en sí, jugueteo en lugar de aspiración al fin. (Safranski) Según Schiller, lo “ingenuo” es lo natural, intuitivo e inmediato. Lo “sentimental” es la inmediatez rora, lo reflexivo. Lo ingenuo es lo antiguo y lo sentimental es lo moderno. En lo ingenuo actúa el ser espontáneo, en lo moderno, la conciencia. Allí el conocimiento está envuelto en el sentimiento, aquí se independiza el conocimiento y lega a oponerse al sentimiento. La modernidad ha perdido su inocencia, se ha hecho prudente, e incluso excesivamente prudente. Los poetas “ingenuos” de la antigüedad son todavía enteramente “naturaleza”: En cambio, a los modernos no les queda más que buscar la naturaleza perdida. Schiller palpa el dolor originario de la conciencia, aquel instante en el que la conciencia que despierta pierde la facilidad inmediata del ser, la seguridad sonámbula de la realización natural de la vida, la ingenuidad. (Safranski) Reúna, por favor, toda su fuerza y toda su vigilancia, elija una materia poética agradable, llévela en su corazón con amor y cuidado, y deje que en los momentos más bellos de la existencia madure con tranquilidad hasta la consumación; en lo posible huya de las materias filosóficas, que son las más ingratas, de manera que en la estéril lucha con ellas se consumen con frecuencia las mejores fuerzas; permanezca cerca del mundo de los sentidos, así correrá menos peligro de perder la sobriedad en el entusiasmo. (Schiller) Habríamos de intentar hacernos extraño lo usual, y nos sorprenderíamos de lo cerca que están de nosotros algunas enseñanzas, algunas diversiones que buscamos en alguna lejanía grande y fatigosa. La admirable utopía con frecuencia está densamente ante nuestros pies, pero con nuestro telescopio miramos más allá de ella. (Tieck) Es el espíritu el que construye el cuerpo. (Safranski) Estar libre de pasión y mirar siempre con tranquilidad y claridad en torno a sí mismo y en sí mismo, encontrar por todas partes más casualidad que destino, y reír sobre los despropósitos más que enojarse y llorar por las maldades. (Schiller) Pero el disfrute supremo es la libertad de ánimo en el juego vivo de todas las fuerzas. (Schiller) Lo que hemos de prometernos en la vida es la palabra que hemos de cumplir ante nosotros mismos. Lo que podemos vencer en la muerte es tan sólo el miedo a ella. (Safranski) El poeta tiene que abrir de nuevo los palacios, ha de sacar a la luz del día los juicios bajo el cielo libre, debe erigir de nuevo a los dioses, tiene que establecer de nuevo todo lo inmediato, que ha sido suprimido por las instituciones artificiales de la vida real y ha de arrojar fuera, lo mismo que los escultores arrojan los vestidos modernos, toda chapucería artificiosa en el hombre y en torno al hombre, que limite la aparición de su naturaleza interna y de su carácter originario. (Schiller) La sabiduría interna del hombre debería consistir en agarrar cada instante con todas sus fuerzas, en aprovecharlo como si fuera el único, el último. (Schiller) Cree en sí, y en consecuencia, el mundo cree en él. (Schiller) La sabiduría nos llega cuando ya nonos sirve para nada. (Gabriel García Márquez) La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y que gracias a ese artificio logramos sobrellevar el pasado. (Gabriel garcía Márquez) El trabajo y la creación científica no tienen ningún valor, puesto que ni otorgan la felicidad ni hacen mejorar a la humanidad. Es una locura emplear la juventud en esos estudios; es una desventura sobre todo para la mujer, el poseer facultades que la impulsen hacia una esfera de actividad en la que no obtiene ninguna alegría. (Sonia Kowaleska) El hombre tiene fe en lo racional y abstracto, y por eso se refugia en los grandes sistemas científicos o filosóficos; de manera que cuando ese sistema se viene abajo –como tarde o temprano sucede- se siente perdido, escéptico y suicida. La mujer confía en lo irracional, en lo mágico, y por eso difícilmente pierde la fe, porque nunca el mundo puede revelársele más absurdo de lo que a primera vista intuye. (Sábato) Madurar es envejecer, ensuciarse las manos, volverse sensato, aburguesarse, entrar en el juego de las conveniencias y de la razón; en suma transformarse en un cochino. (Sábato) El problema de la vida pública es aprender a dominar el terror, el problema de la vida conyugal es aprender a dominar el tedio. (Gabriel García Márquez) La forma honrada de vivir era a merced del cuerpo, comiendo sólo por hambre, amando sin mentir, durmiendo sin tener que fingirse dormidas para escapar a la indecencia del amor oficial, dueñas por fin al derecho de una cama entera para ellas solas en las que nadie les disputaba la mitad de sus sábanas, la mitad de su aire de respirar, la mitad de su noche, hasta que el cuerpo se saciaba de soñar con sus propios sueños y despertaba solo. (Gabriel García Márquez) Tenía que enseñarle a pensar en el amor como un estado de gracia que no era un medio para nada, sino un origen y un fin en sí mismo. (Gabriel García Márquez) La locura llamada amor es la máxima cordura. Loa hombres somos unos pobres siervos de los prejuicios. En cambio, cuando una mujer decide acostarse con un hombre, no hay talanquera que no salte, ni fortaleza que no derribe, ni consideración moral alguna que no esté dispuesta a pasarse por el fundamento: no hay Dios que valga. (Gabriel García Márquez) De todos los males, el mío difiere; me gusta; me regocijo en él; mi mal es lo que yo quiero y mi dolor es mi salud. No creo, de qué puedo quejarme, pues mi mal me viene de mi voluntad; es mi querer lo que constituye mi mal; pero tengo tanto cuidado de querer así que sufro agradablemente y gano tanta alegría en mi dolor que estoy enfermo con delicia. (Chrétien de Troyes) Llama Freud a la “compulsión de la repetición”, instancia demoníaca, por cuanto actúa con independencia plena de la conciencia del sujeto, a modo de un automatismo. La pasión es demoníaca en virtud de su naturaleza repetitiva y de su carácter posesivo respecto a la subjetividad. La pasión posee al sujeto del mismo modo (…) Dominar las pasiones equivale a suicidarse o morir. (Eugenio Trias) La pasión tiene por objeto la pasión. A quien incansable se esfuerza, podemos concederle la salvación, la redención… (Goethe) El mejor autor será aquel a quien le dé vergüenza ser un hombre de letras. (Nietzsche) He buscado muchos libros. He estudiado las teorías de los astrónomos, he procurado innumerables argumentos, sin embargo, no he encontrado nada más poderoso que el destino. (Dionisos en Exilio. Eurípides en Alcestis) A pesar de ser la mujer una criatura esencialmente erótica, para ella la relación sexual tienen menos importancia que la anímica; en tanto que los hombres tienden a confundir eros con sexualidad y creen poseer a la mujer cuando la poseen sexualmente, siendo que en ningún momento la poseen menos, pues para ella sólo importa la posesión erótica, es decir, anímica y sentimental. Eros es, en suma, “relación entre almas” y es el principio supremo de la mujer, así como el logos, “interés por las cosas”, es el principio supremo de la masculinidad. (…) Para la mujer la ideas puras no existen y no tienen sentido, son casi un juego descabellado, prolongación de la insensatez infantil. Y si las tolera, si las escucha y si hasta las admira es en virtud de su maternal virtud por los seres (hombres) que quiere y es capaz de admirar hasta en sus actos de demencia. (Sábato) Se llegó así a la paradoja de que la única forma de escapar a la subjetividad total es mediante lo más extremadamente subjetivo que existe: no la razón (que es objetiva) sino la emoción; no mediante la ciencia y las ideas puras sino mediante el amor y el arte: Así se alcanzan esos universales concretos que establecen puentes entre los sujetos. (Ernesto Sábato) Es que en la posesión está ya latente la desesperación de lo transitorio, la sombría certeza de que todo ha de terminar y de que, al fin, no se habrá pasado de la superficie de “algo”, de algo que jamás se podrá aprehender ni fijar, que se irá para siempre para dejarnos solos una vez más. Cierto, pero para la clase de hombres que no aman. Ni Don Juan Ama a las mujeres que conquista, ni Napoleón ama a las naciones que una tras otras van cayendo tras sus garras de solitario. (Sábato) Gracias al amor sentimos lo que de carne tiene el espíritu. (Unamuno) ¿Cuánta verdad soporta, de cuánta verdad es capaz un espíritu? Esta fue siempre para mí la más precisa y valiosa medida…Toda conquista, todo paso adelante, en la senda del conocimiento, es fruto de un acto de valor, de dureza contra sí mismo, de propia depuración. (Nietzsche) El hombre libre, el herético, el solitario, tiene que estar poseído de un valor casi demencial. (Sábato) Con el dinero y la razón el hombre de occidente inicio la conquista del mundo externo, empresa típicamente viril, constituyéndose así la sociedad contemporánea, en cuyo anverso está el capitalismo y en cuyo reverso domina la ciencia positiva y matemática. Ambos productos viriles, ambos separados –trágicamente- de la realidad concreta del ser humano. Así hemos llegado a una tremenda dicotomía del hombre contemporáneo, a una absoluta deshumanización, pues mientras por un lado se ha erigido un universo de símbolos matemáticos, por el otro, y dominado por esos símbolos, el hombre de carne y hueso se ha ido convirtiendo en el hombre cosa, hasta la humilde impotencia del héroe Kafkiano. (Sábato) La masculinización de la mujer trajo un desequilibrio en la vida erótica, que se manifiesta en una neurosis colectiva y en una crisis del matrimonio. La enorme mayoría de los matrimonios ciudadanos son infelices. (Sábato) Todo el movimiento romántico con sus últimas estribaciones del existencialismo, como rebelión contra una sociedad abstracta y racionalizada, es un impulso hacia la mujer. (Sábato) El artista es el hombre que más se aproxima a la unidad y, como tal, es un extraño monstruo, mitad hombre y mitad mujer, que tiene de aquél la capacidad para trascender la pura subjetividad, a la búsqueda de otros mundos, y de la mujer su tendencia a la unidad, a la permanencia en la magma primordial. (Sábato) La paradoja, esa pasión del pensamiento. (Kierkegaard) La disputa entre los que señalan la primacía de la razón y los que defiende la pasión es, simplemente, la disputa acerca de lo que en primer término debe interesar al hombre: Las cosas o el ser humano. (Sábato) Ya sabemos que los individuos llamados realistas son aquellos que no ven más allá de sus narices, confundiendo la realidad con un círculo de dos metros de diámetro, con centro en su modesta cabeza. Estas personas provincianas se ríen de lo que no pueden comprender y descreen de lo que está fuera de ese círculo. Con la típica astucia de los campesinos, rechazan a los locos que vienen con planes de descubrir América, pero compran el billete premiado en cuanto bajan a la ciudad. (Sábato) Constantemente tendemos a considerar lógico lo que es simplemente psicológico. Lo familiar se convierte así en lo razonable, mecanismo mediante el cual al lapón le parece razonable ofrecer su mujer al huésped, mientras que a nosotros nos parece más bien una locura. (Sábato) El alma está unida al cuerpo como una expresión a un rostro. (Sábato) Se afirma que el día es lo que somos y la noche lo que deseamos. Al revés: el día es lo que deseamos –y por tanto logramos- ser y la noche lo que verdaderamente somos. (Sábato) Lo que afirma un hombre o una cultura es más bien la expresión de un deseo que de una realidad (…) Si Sócrates recomienda desconfiar del cuerpo, estemos ciertos que Sócrates es un sensual que lucha desesperadamente con sus apetitos: sus opiniones sobre la superioridad de la razón constituyen el reverso de su personalidad profunda. (Sábato) La creación es mágica, imaginativa, irracional. Lo que la razón realiza es luego un trabajo de limpieza, semejante al del minero que separa el mineral valioso de la ganga, pero cuidando de no dañarlo, siguiendo modestamente sus límites. Creer que la razón crea la materia artística es tan absurdo como imaginar que el minero produce el material con sus martillos y zarandas. (Sábato) El racionalismo adorador de lo abstracto –abstracción=separación- pretendió separar la razón de la emoción y la voluntad, mediante ella, y sólo mediante ella, conocer el mundo. Como la razón es universal, pues dos más dos vale cuatro para todos, y como lo válido para todo el mundo parece ser la verdad, entonces lo individual era lo falso. Así se desacreditó lo subjetivo, lo emocional, lo sentimental. Así fue guillotinado el hombre concreto -¿Qué otro hombre hay?- en nombre de la subjetividad y de la verdad. (Sábato) Las regiones más valiosas de la realidad –las más valiosas para el hombre y su existencia- no son aprehendidas por esos esquemas de la lógica y de la ciencia. Querer aprehender el mundo de los sentimientos, de las emociones, de lo vivo, mediante esos esquemas es como querer sacar aguas con horquillas. (Sábato) Cuando he sentido y he expresado a fondo mis sentimientos más profundos, cada uno de los lectores se sentirá tocado en sus propios problemas. Profundizo en mi propio yo –y solamente así- puedo alcanzar la realidad de los demás. (Sábato) ¡Con todo y con eso soy un hombre, todo un hombre, en cuanto a corazón y pensamiento! Ahora bien: Al darme cuanta que me perseguía el sino, al permitirme yo, humillado por la suerte, rebajar mi propia dignidad de hombre, al ceder bajo el peso de mis desdichas, estaba demostrando que había perdido el valor: ¡Y eso era la verdadera desgracia! (Dostoievski-Pobres Gentes) Lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar. (Rilke) Se da la sensación de lo siniestro cuando algo sentido y presentido, temido y secretamente deseado por el sujeto, se hace, de forma súbita realidad. (Eugenio Trias) Pues la mitología de Pan –el pánico y estampida de los rebaños- nos da la impresión de algo ajeno: sucede en el reino animal y como seres humanos tendemos a desentendernos de eso. Nos es difícil concebir nuestra naturaleza animal y sentir que Pan está siempre en nosotros. Un aspecto de la posesión por Pan es la pérdida de cuerpo psíquico: una desconexión con el cuerpo y la realidad de vivir que justamente nos pone merced del cuerpo físico, quien nos toma creando el pánico. (Rafael López Pedraza) Quien quiere el fin quiere también los medios, y estos medios son inseparables de algunos riesgos e incluso de algunas pérdidas. (Rousseau) Lo que es bueno y conforme al orden lo es por la naturaleza de las cosas e independiente de las convenciones humanas. (Rousseau) La virtud es la fuerza y vigor del alma. (Rousseau) Pueblos, sabed pues de una vez que la naturaleza ha querido preservarnos de la ciencia como una madre arranca un arma peligrosa de las manos de su hijo; que todos los secretos que os oculta son otros tantos males que os protege, y que la dificultad que halláis en instruiros no es el menor de sus beneficios. Los hombres son perversos; peores serían aún si hubieran tenido la desgracia de nacer sabios. (Rousseau) No, no es posible que los espíritus degradados por una multitud de preocupaciones fútiles se aleen nunca a nada grande; y aún cuando tuvieran las fuerzas para ello, les faltaría el valor. (Rousseau) Los hombres serán siempre lo que plazca a las mujeres. Por tanto, si queréis que se vuelvan grandes y virtuosos, enseñad a las mujeres que es grandeza de alma y virtud. (Rousseau) El alma se adecua insensiblemente a los objetos que la ocupan, y son las grandes ocasiones las que hacen a los grandes hombres. (Rousseau) Me gusta más la gente mala que sabe lo que es, que la gente buena y estúpida. (C. Baudeliere) Desde muy pequeño sentí en mi corazón dos sentimientos contradictorios, el horror de la vida y el éxtasis de la vida. (Baudeliere) |