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5.2. EVALUACIÓN DEL PROTOCOLO O PROCEDIMIENTO EMPLEADO La evaluación contempla aspectos tales como la tasa de respuesta por parte de la población diana de una campaña en concreto (en el caso de las líneas reactivas) o la misma tasa de respuesta en el caso de un protocolo de líneas proactivas, pues ésta será muy baja si no han funcionado correctamente los procedimientos previos de captación. Cuando se establece un protocolo determinado, deben evaluarse aspectos relacionados con el mismo, tales como el número de pacientes que completan el tratamiento, la tasa de llamadas no resueltas o las notificaciones de los pacientes reflejados en hojas de incidencias o de reclamaciones11. 5.3. EVALUACIÓN DE LA SATISFACCIÓN DEL USUARIO Todos los programas deberían incluir en su diseño la medida de la satisfacción de los usuarios, bien a través de encuestas telefónicas, bien a través del análisis de las hojas de reclamaciones o de sugerencias. Los estudios que evalúan la satisfacción del usuario muestran que son un servicio bien valorado por la población que ha establecido contacto con ellos13,15,19. 5.4. EVALUACIÓN DE LA EFECTIVIDAD DEL PROTOCOLO DE TRATAMIENTO Es importante definir los objetivos del programa: - Si el objetivo es proporcionar información sobre niveles de intervención o centros de asistencia, la medida debería reflejar el incremento de solicitudes en esos centros debidos al programa. - Si el objetivo es el cese del consumo, la medida de efectividad más simple contempla el número de pacientes que han conseguido la abstinencia del total de pacientes que han solicitado el servicio. En este punto es recomendable utilizar el concepto de abstinencia mantenida (no fumar desde el día D), aunque en muchos casos se utiliza la abstinencia puntual de la última semana (no haber fumado en la última semana en el momento de la evaluación). El período de tiempo que se recomienda es de 12 meses, aunque se suelen hacer estimaciones intermedias, sobre todo al mes y a los 6 meses. La medición de la abstinencia suele obtenerse a través de la auto-declaración del paciente; en ocasiones se realizan consultas presenciales para poder corroborarla a través de mediciones de carácter biológico, sobre todo cooximetría en aire espirado; en aquellos programas que incluyen la participación de pares, se incluye la declaración de éstos en la confirmación de la abstinencia. Diferentes estudios han demostrado la consistencia y fiabilidad de los datos obtenidos por auto-declaración20,21. La evaluación mediante estudio controlados de la efectividad de las líneas reactivas para aumentar las tasas de cesación a largo plazo es limitada (es decir, estudios con grupos de control en los que no se ha hecho ninguna intervención o ésta es mínima), debido a las reticencias de los profesionales a rechazar el apoyo a quienes solicitan ayuda. En general se compara las variantes en el servicio, sin incluir propiamente un control. Los servicios proactivos han sido evaluados más ampliamente: al recoger más información y realizar seguimiento, permiten la evaluación de la deshabituación incluso en quienes han abandonado el programa, pero de los que se disponen datos de contacto; así, pueden ser comparados con otros servicios de tratamiento. En la actualidad, hay evidencia suficiente sobre la efectividad de los protocolos empleados en las líneas de autoayuda. De una manera genérica, la efectividad de las líneas telefónicas de ayuda al fumador se estima que incrementa en casi un 50% la proporción de cesaciones al cabo de un año (OR=1,41; IC95%=1,27-1,5711). Esta efectividad varía considerablemente si el contacto es único, (OR=1,12; IC95%=0,84–1,50) a si se realizan contactos repetidos, encontrándose un gradiente de respuesta favorable al número de contactos. Un protocolo de entre 3 y 6 llamadas presenta un incremento es significativo (OR=1,38; IC95%=1,23–1,55). Con respecto a las líneas reactivas, la efectividad encontrada globalmente es de un 33% con respecto al asesoramiento mínimo (OR=1,33; IC95%=1,21–1,47). Cuando se introduce la motivación para el abandono como un elemento del análisis, los resultados muestran que en los fumadores seleccionados como con motivación alta los resultados son mejores (OR=1,64; IC95%=1,41–1,92) que entre los que no (OR=1,15; IC95%=1,05–1,35)11. En esta revisión se acepta que las tasas de abandono al cabo de un año se sitúan entre el 5% y el 14% El metanálisis de la Guía Americana22 encuentra también evidencia científica que justifica esta efectividad. En este caso sólo se analizaron las líneas proactivas encontrándose que, frente a una intervención mínima o a la ausencia de la misma, se producía un incremento de efectividad, alcanzándose tasas de abstinencia del 12,7% a los 6-12 meses (OR=1,60; IC95%=1,4-1,8). El nivel de recomendación de la actuación es A. En el informe sobre el análisis de 9 líneas de ayuda europeas, con población y protocolos de actuación heterogéneos y sin un grupo de control, las proporciones de fumadores que mantuvieron una abstinencia continuada a los doce meses del primer contacto osciló entre un 1,7 y un 10,2%15. La combinación de protocolos de atención telefónica con otras actuaciones de ayuda a dejar de fumar también ha sido estudiada. Así, añadir asesoramiento telefónico a la terapia sustitutiva mejora la efectividad de la Terapia Sustitutiva con Nicotina por sí sola (OR=1,3; IC95%=1,1–1,6)17, sin que la aparición de efectos secundarios requiera habitualmente suspender el tratamiento farmacológico23. Algunos estudios han sugerido la posibilidad de reducir el periodo de tratamiento con Terapia Sustitutiva con Nicotina de 8 a 4 semanas cuando el protocolo se combina con una quitline, no encontrándose diferencias en quienes presentaban un consumo alto y apreciándose un ligero descenso de la efectividad en los de consumo medio23. Hay una sólida evidencia sobre que las líneas de ayuda telefónica son coste-efectivas13,17,24,25. Está eficiencia aumenta al incrementarse las demandas. 6. CONCLUSIONES En la actualidad, y a la vista de los resultados presentados, existe un acuerdo sólido sobre la recomendación de las quitlines, las líneas de ayuda para dejar de fumar26,27. 1. Las líneas de ayuda telefónica son efectivas en el tratamiento del tabaquismo. 2. Son muy accesibles y eficientes. 3. Pueden incluirse en los programas generales de control del tabaquismo como un elemento principal cumpliendo con los objetivos de: a) Prevención del inicio. b) Aumento de la cesación. c) Reducir la exposición al HAT. d) Eliminar las barreras de acceso al tratamiento del tabaquismo. 4. Para enrolar pacientes dependen principalmente de campañas promocionales. 5. Pueden diseñarse programas para grupos de específico interés: a) Fumadores ya preparados para dejar de fumar. b) Personas cultural- y lingüísticamente diversas. c) Personas con bajos ingresos. d) Mujeres embarazadas. e) Adolescentes. 6. Ofrecen diferentes tipos de servicio: a) Consejo. b) Intervenciones más intensivas. c) Protocolo de derivación a centros especializados y/o otros centros. d) Envío de material de autoayuda. e) Integración con programas web. 7. Bibliografía 1. Hernández, E y Gómez-Zúñiga, B. Una aproximación a la intervención en salud en la Red. Intervención en salud en la Red. 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![]() Suplemento monográfico muy completo sobre las líneas de ayuda telefónica (quitlines) de la revista Tobacco Control de diciembre del 2007 (vol. 16; Supl. 1). Disponible en tobaccocontrol.bmj.com/content/16/ Suppl_1, con la posibilidad de acceso gratuito previo registro en la web. U ![]() |