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Tema 4. La empresa, Estado social y Administraciones públicas” Por: Sara In the Sky with Diamonds TEMA 4: LA EMPRESA, ESTADO SOCIAL Y ADMINISTRACIONES PUBLICAS 4.1. EL SER HUMANO COMO SUJETO DE NECESIDADES, LA SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES HUMANAS Y LOS DISTINTOS MODELOS SOCIOECONOMICOS Para Adela CORTINA, la meta de la actividad empresarial es la satisfacción de las necesidades humanas a través de la puesta en marcha de un capital, del que es parte esencial el capital humano (los recursos humanos), es decir, las capacidades de cuantos cooperan en la empresa. Por tanto, el bien interno de la actividad empresarial consiste en lograr satisfacer esas necesidades y, de forma inseparable, en desarrollar al máximo las capacidades de sus colaboradores, metas ambas que no podrá alcanzar si no es promocionando valores de libertad, igualdad y solidaridad desde el modo específico en que la empresa puede y debe hacerlo. Es en este sentido en el que la recién nacida ética de la empresa tiene por valores irrenunciables la calidad en los productos y en la gestión, la honradez en el servicio, el mutuo respeto en las relaciones internas y externas de la empresa, la solidaridad al alza, que consiste en explotar al máximo las propias capacidades de modo que el conjunto de personas pueda beneficiarse de ellas, la creatividad, la iniciativa, el espíritu de riesgo. Según ADELA CORTINA (1997), una transformación radical del capitalismo implica considerar a la empresa no sólo como una máquina de hacer dinero, sino como un grupo humano que se propone satisfacer las necesidades humanas con calidad. Y pasar del reino de las necesidades al de la libertad, implica el reconocimiento de los individuos afectados por la actividad empresarial como ciudadanos económicos, en cuanto pueden participar mediante el diálogo en la toma de decisiones empresariales. De este se pasaría del término “súbdito” al de “ciudadano”. De este modo, una empresa consciente de esto, y capaz de asumir su responsabilidad social es una empresa ciudadana, y los afectados por su actividad, serían ciudadanos económicos. Para algunos sectores del mundo empresarial, el Estado no es más que un obstáculo que impide a la empresa el desplegar su libertad en su totalidad; es como un juego de suma cero, en el que los recursos ganados por uno (el estado), son exactamente los que pierde la empresa. No obstante, para CAMACHO (2002), el Estado es un stakeholder de enorme importancia, que no sólo afecta a la empresa y a su actividad, sino que es afectado por ella. Vamos a discutir el por qué de la crisis del Estado del Bienestar, pero primero, vamos a situar en la Historia, como si de un árbol genealógico se tratase, sus antecedentes económicos más inmediatos (el capitalismo liberal y el comunismo), ya que sin mencionar la confrontación de estos dos sistemas opuestos no puede entenderse la economía moderna El capitalismo surge a finales del siglo XVIII en Inglaterra como resultado de conjugar tres fenómenos: la progresiva acumulación de capital como resultado del descubrimiento de América y su progresivo expolio, así como del auge del comercio en Europa (siglos XV y XVI); la revolución industrial (finales del XVIII) y el auge de un pensamiento ideológico filosófico, el liberalismo, que ensalzaba la libertad individual y la propiedad privada, siendo la riqueza un signo de benevolencia divina, y por tanto, de virtud en la persona . Este capitalismo se consolida primeramente como capitalismo liberal, cuya principal máxima era “dejar hacer-dejar pasar”, es decir, una intervención del Estado nula o mínima, siendo éste solo un árbitro que garantice las reglas del juego del mercado. Como reacción a los excesos de este frío y descarnado capitalismo primitivo, surge a principios del siglo XIX el Socialismo, el cual, inspirado en las ideas de Marx, abogaba por la abolición de la propiedad privada, mecanismo de explotación de las clases obreras. El sueño socialista tuvo su puesta en práctica en la Rusia revolucionaria, a partir de 1917, mediante la abolición de la propiedad privada y la colectivización de los bienes, y a la vez creando un órgano de planificación, sustituto del mercado, para satisfacer las necesidades de la población. Paralelamente a los años de comunismo soviético, asistimos a una profunda transformación del capitalismo liberal, (como reacción a la Gran Depresión, cuyos devastadores efectos ―paro, inflación?― fueron el resultado por una fe ciega en la capacidad del mercado de autorregularse), inspirada en las teorías de Keynes, que abogaba por una intervención externa al mercado que actuara sobre la demanda global de la economía. De ahí surgió el modelo de capitalismo mixto, que pareció sustituir definitivamente al fracasado capitalismo liberal. Este nuevo capitalismo daría un paso más hacia la perfección, mediante la modalidad del llamado Estado del Bienestar, cuyas principales tareas son la intervención estatal en la economía para mantener el pleno empleo, o por lo menos, garantizar un alto nivel de ocupación, y por otro lado, proveer a la sociedad en su conjunto de unos servicios sociales universales (salud, educación, seguridad, ayudas familiares y vivienda), para todos los ciudadanos, independientemente de su renta. Así, se pasaría al llamado Estado Providencia. Este modelo de capitalismo mixto tiene una base común: el reconocimiento de la necesidad de alguna intervención por parte del poder publico para la sustentación del propio modelo de mercado. Este modelo dio como resultado una creciente estabilidad en la sociedad y un fuerte consenso en cuanto a dicho modelo. Pero a finales de los 80’s, con la caída del modelo soviético (la URSS) en 1989, se iba a producir una nueva vuelta de tuerca: la crisis del Estado Social. Tres son los fenómenos que la impulsaron: la caída de la URSS, como ya hemos dicho, que sacó a la luz la inviabilidad del colectivismo (verdadera alternativa hasta el momento), la crisis del Estado social y la globalización. Al producirse la caída del colectivismo, se pasó de confrontar capitalismo liberal y comunismo de planificación centralizada, a confrontar capitalismo contra capitalismo (capitalismo anglosajón y renano, o en que medida dejar intervenir al estado en economía). Desde un punto de vista endógeno, la creciente corrupción que iba demostrando el Gobierno, al tener más y más poder, la presión fiscal, el derroche y la creciente tendencia de la población a gritar por sus derechos y no asumir sus deberes, hizo que el modelo de Estado Social entrase en un callejón sin salida. Por último, la globalización, al liberalizar los mercados, reduce el papel interventor del Estado en la economía, y otorga un mayor poder (casi sin limites) a las multinacionales. Todos estos fenómenos están haciendo que resurja con más fuerza una nueva forma de capitalismo liberal, o neo-liberalismo, como consecuencia de las contradicciones que han minado el Estado social, hasta poner en tela de juicio su viabilidad |
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