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![]() DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN NOTA DE PRENSA![]() El estudio se basa en una encuesta realizada a profesionales sanitarios y especialistas en Economía de la Salud La Fundación BBVA presenta el ‘Barómetro para el diagnóstico del sistema sanitario español’
2 de Junio de 2005.- La Fundación BBVA presenta el Barómetro para el diagnóstico y estudio de la evolución del sistema sanitario español, un estudio realizado por el Centre de Recerca en Economia i Salut de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y dirigido por Guillem López Casasnovas, catedrático de la UPF y consejero del Banco de España, y Marc Sáez Zafra, profesor de la Universidad de Girona. El objetivo del Barómetro es el de recoger y analizar las valoraciones de los profesionales de la sanidad y de los expertos en Economía de la Salud sobre la situación y evolución de múltiples aspectos de la política sanitaria española. El estudio se basa en una encuesta realizada a los miembros de la Asociación de Economía de la Salud, integrada por gestores y profesionales sanitarios, y economistas de la salud, que aportan una opinión experta basada en su mejor conocimiento del sistema sanitario y ejercen una notable influencia en los foros de política sanitaria. Barómetro del sistema sanitario español El cuestionario se compone de dos bloques de preguntas. El primero, el barómetro propiamente dicho, consta de diez cuestiones dobles en las que se pregunta sobre la situación real del sistema sanitario. En el segundo bloque, las respuestas de los profesionales a veinte cuestiones básicas ofrecen una información de carácter cualitativo sobre los aspectos fundamentales de la sanidad española. La valoración general sobre la importancia del sistema sanitario en la cohesión social del país resulta muy elevada (7,5). Igualmente elevada es la puntuación que recibe la valoración de su la calidad asistencial del sistema sanitario (7). Por otra parte, los expertos encuestados otorgan una puntuación relativamente baja al fundamento científico de la política sanitaria (5,1), considerando así que deberían crecer el peso y la influencia de la investigación básica en el sistema sanitario. Igualmente, se sitúa en la parte baja de las puntuaciones la escasa implicación de los médicos en una buena atención sanitaria (el conocido burn out de los profesionales). En ambos casos, el impacto en la calidad asistencial es innegable. En la valoración de la contribución neta de la sanidad al bienestar colectivo destaca, en negativo, el papel otorgado a los aseguradores privados, que no alcanzan el valor 5 (4,8). En la zona intermedia se sitúan las valoraciones sobre la equidad del sistema sanitario (6,38), y sobre su eficiencia (6,27). El Barómetro otorga una relativamente elevada puntuación a la descentralización sanitaria autonómica por su contribución a la mejora del sistema de salud: su puntuación (6,19) la aproxima a un juicio globalmente positivo, dada su influencia en la eficiencia del sistema. En términos generales, se percibe un mayor optimismo entre los más jóvenes (menos de 41 años) respecto a las innovaciones introducidas en el sistema de salud, mientras que entre las personas de más edad existe mayor escepticismo acerca de las potencialidades de algunas medidas. F ![]() Evolución temporal En lo que se refiere a la evolución temporal del barómetro (situaciones en las que el sistema sanitario ha empeorado, mejorado o permanece igual), se detecta en las respuestas el reconocimiento mayoritario (un 5152,6% de los encuestados) de que ha empeorado la implicación de los médicos en la atención sanitaria. Desde el punto de vista de las mejoras, destaca la descentralización sanitaria autonómica, una apreciación positiva que viene influida por la generalización en 2002 de las transferencias a todas las comunidades autónomas y por la entrada en vigor en 2003 de la Ley de Cohesión y Calidad. Cuadro 1: Evolución en el último año de las cuestiones del barómetro
Prestaciones del sistema sanitario público El estudio aborda también, en forma de cuestiones con contenidos abiertos, el catálogo de prestaciones que debe cubrir la sanidad pública. En lo que se refiere al planteamiento de nuevas prestaciones, destacan los pronunciamientos a favor de las odontológicas. Siguen, en segundo término, la dependencia y la atención mental y, en muy escasa medida, las relativas a la salud sexual y a la oftalmología. En lo que atañe a los servicios o prestaciones hoy suministrados y que debieran de excluirse del sistema de salud, destaca la supresión de financiación pública de los tratamientos y medicamentos no eficaces o no efectivos, así como la exención del copago hoy existente para los pensionistas. Cuadro 2: Prestaciones sanitarias que deberían incluirse y excluirse de la sanidad pública
Respuestas más citadas en las dos preguntas con contenidos abiertos Cuestiones para el diseño de la política sanitaria En lo que atañe a las cuestiones más específicas, que pueden resultar de interés para el diagnóstico y la posible corrección de la política sanitaria actual, se observa en general un amplio apoyo a la idea de que la pobreza, y no la desigualdad en renta, resulta decisiva para la salud (7,2). Cabe remarcar igualmente la elevada aceptación de la conveniencia de suprimir MUFACE (6,8) y de la magnitud de las listas de espera como “indicador de necesidad” de servicios sanitarios que “conviene considerar en la definición de políticas sanitarias” (6,03). Por otra parte, se mantiene entre los especialistas consultados la percepción de que los recursos totales que España gasta en salud no están en consonancia con su nivel de desarrollo. F ![]() igura 2: ¿Cuál es su grado de acuerdo con cada frase? ![]() Media en una escala de 0 a 10 (0 indica totalmente en desacuerdo y 10 totalmente de acuerdo) Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de Comunicación de la Fundación BBVA (915 376 615 y 944 874 627) Ficha técnica
La encuesta fue contestada por 99 especialistas, 84,4% hombres (sobre-representados respecto al porcentaje de socios hombres de la AES) y 15,6% mujeres (sub-representadas). ![]() La edad media de los encuestados fue de 45,73 años (46,26 años en el caso de los hombres y 43 años en el de las las mujeres), con una desviación típica igual a 8,25 años (8,04 en los hombres y 9,44 las mujeres)3. Como se desprende de la ficha técnica la edad media de los encuestados fue mayor que la de los socios del AES. Un 48,5% de los encuestados era profesional sanitario (53,1% en el caso de los hombres y sólo un 33,3% en el de las mujeres), un 36,4% economista (un 46,7% en el caso de las mujeres), un 7,1% farmacéutico (un 13,3% en el caso de las mujeres) y un 8,1% tenía otras profesiones.
Un 30,2% de los encuestados trabajaba en un centro sanitario (21,9% en asistencia hospitalaria y un 8,3% en asistencia primaria); un 29,2% en administraciones sanitarias; un 18,8% en instituciones de enseñanza superior; 9,4% en laboratorios farmacéuticos y en empresas de material sanitario; un 8,3% en consultoras; un 1% en aseguradoras privadas y mutuas; y un 3,1% en otros lugares de trabajo. Salvo por lo que se refiere a las aseguradoras privadas y mutuas, la distribución de frecuencias por sexo fue bastante similar.
1 Memoria de la Asociación de Economía de la Salud 2003 2 Los porcentajes en el caso de la encuesta pudiesen no sumar 100% a causa de los datos faltantes. 3 La edad mínima de los encuestados la presentó una mujer con 26 años y la máxima un hombre de 61 años. |
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