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Paper - La “trampa estadística” del factor demográfico en la proyección del desarrollo de los países emergentes - Parte II: Abatidos por el fuego amigo - La “cuesta abajo” de los países desarrollados: la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser (“Full Monty” al borde del abismo) Los valores relativos de producción e ingresos per cápita de los países emergentes sólo pueden llegar a aproximarse, en el tiempo (bastante tiempo), a los de los países desarrollados (¿ex ricos?), sí y sólo sí, éstos hacen renuncia absoluta a sus propias capacidades, derechos y responsabilidades. Puede que las grandes empresas lo intenten, en busca de mayores beneficios (de hecho, lo llevan haciendo desde hace bastante tiempo), puede que los gobiernos lo toleren, amparados por el mito del librecambio (de hecho, lo llevan haciendo desde hace bastante tiempo), pero ¿lo “tolerarán” sus ciudadanos? That is the question. ¿Podrán pasar los países desarrollados de una economía dual a una economía bipolar? Repasemos, inicialmente, el concepto de economía dual y luego hagamos el esfuerzo de asimilar a la economía la explicación médica del trastorno bipolar. ¿Cuáles son los síntomas de una economía dual? (la triste realidad) El concepto de “sociedad dual” describe un modelo de funcionamiento del capitalismo desarrollado. La “sociedad dual” es presentada por los defensores del sistema (economistas liberales, políticos venales) como la única salida posible a la crisis actual. De hecho constituye realmente el objetivo estratégico que parece haber fijado la ofensiva que patronal y gobernantes, están llevando contra los trabajadores desde, más o menos, el final de los años 70. Queda por saber si esta supuesta solución no es en definitiva un nuevo callejón sin salida. Es aquella sociedad nacional en la que coexisten dos mundos -el primero y el tercero- en uno. Ambos tienen un gobierno, un territorio y una bandera comunes. Aunque, sus necesidades, modo de vida, inquietudes, educación son muy distintos y recorren caminos divergentes; y su ciudadanía común no tiene valores equivalentes para unos y otros. En esos casos se puede apreciar que la diferencia de ingresos entre la quinta parte más rica y la quinta parte más pobre, es escandalosamente desigual, comparada con cualquiera de los otros. Desde el advenimiento del mundo unipolar y la tan mentada globalización, el problema se ha acentuado, seleccionando un pequeño grupo de incluidos en ella -que ha mejorado su confort notoriamente-, por un lado, y una gran masa de excluidos que crece y se empobrece progresivamente, por otro. Si analizamos el fenómeno dentro de una nación o -si usted prefiere- ciudad, veremos que nuestras sociedades están sufriendo una especie de apartheid, que no separa negros de blancos, sino pobres de ricos. Podemos describir a continuación los principales rasgos de este nuevo modelo. En el plano socioeconómico: La “sociedad dual” se caracterizaría por la coexistencia, en el seno de la economía capitalista, de 2 sectores a la vez opuestos y complementarios. Por un lado, un sector puntero basado sistemáticamente en las nuevas tecnologías (informática y telemática, biotecnología, nuevos materiales, etc.) con ingentes inversiones, dirigido hacia el mercado mundial, pudiendo garantizar a sus asalariados una situación estable (requiriendo una fuerte integración e implicación en la empresa), unos sueldos elevados y en continuo crecimiento (en base a los aumentos de productividad), una fuerte protección legal y sindical y unas condiciones de trabajo interesantes (formación permanente, planes de promoción): más o menos vigencia de la relación salarial fordista. Por otro lado, un entorno de pequeñas y medianas empresas que cubren las actividades menos rentables; con bajas inversiones y mucha más mano de obra, dirigidas hacia los mercados locales o en el mejor de los casos nacionales, o igualmente situadas en condiciones de subcontratas en relación al otro sector; en las cuales los asalariados conocerían la precariedad (oscilación entre el paro y el empleo temporal), unos salarios bajos no basados en el aumento de la productividad, unas malas condiciones de trabajo, una menor protección legal y una casi inexistencia de defensa sindical. A esta situación se le añade, por último, todo el sector llamado de “economía informal” o “subterránea” que introduciría en las metrópolis capitalistas las condiciones de sobre explotación del trabajo experimentadas a gran escala desde hace decenios en el tercer mundo. Esto conduciría de hecho a superponer dos sistemas diferentes de acumulación de capital. Uno basado en la búsqueda permanente de aumento de la productividad y competitividad implicando no ya una producción de masa destinada al consumo de masas, sino una producción selectiva y cambiante destinada a un consumo “elitista”, gracias sobre todo a una flexibilidad acentuada del proceso productivo (hecho posible tanto por los nuevos medios de trabajo automático que por la flexibilidad impuesta a la fuerza de trabajo “con garantías”). El otro basado en el aumento del tiempo y de la intensidad del trabajo. La superposición de estos 2 regímenes de acumulación del capital, hacen problemático todo tipo de regulación del conjunto de la economía capitalista. Evidentemente tal modo de funcionamiento de la economía capitalista implicaría el aumento de todas las desigualdades que la constituyen, ya sea entre clases y fracciones de clases, edades y sexos, regiones y países. Estas desigualdades se concentrarían particularmente en: -el empleo: garantizado para unos (los trabajadores con estatus) e incierto para los otros (precarios y parados) -los ingresos: continuos y en aumento para unos, aleatorios y congelados para los otros -la formación: asegurada para los primeros, reducida al mínimo, incluso inexistente para los otros -la protección social: el sistema de protección social publico sería desmantelado, la parte de protección socializada (es decir la que cubre a toda la sociedad, independientemente de las cotizaciones) siendo reducida al mínimo y el complemento siendo asegurado, para los que tengan medios, con el creciente recurso a los seguros (privados o mutuas). -el derecho social: unos se verían protegidos por convenios más o menos ventajosos, los otros no teniendo más que una protección legal en constante reducción. En el plano institucional: La “sociedad dual” se caracterizaría por una transformación de la forma de inserción-participación del Estado en la sociedad civil. Y en consecuencia, por una remodelación del aparato de Estado, transformación-remodelación a la que las políticas neo-liberales de los años 80 han abierto el camino. Esto se traduce simultáneamente en: 1. “menos Estado” para el capital: un alejamiento relativo del aparato del Estado de cara a sus funciones de gestor de la acumulación de capital (que se había reforzado durante el periodo fordista) ya sea: como Estado empresario y productor (por ejemplo, las privatizaciones de un gran número de empresas y servicios públicos en Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Japón, etc.) como Estado protector (Estado de Bienestar), productor de medios sociales de consumo (servicios públicos y equipamientos colectivos): además del desmantelamiento de los sistemas públicos de protección social, la transformación en “mercancía” de los servicios públicos como regulador: abandono por el Estado de toda función de regulación macro-económica ( por lo menos en el plano nacional), lo que corresponde a la “desreglamentación” de los mercados (de mercancías, de dinero, de capital y evidentemente de la fuerza de trabajo), por último, como Estado planificador: abandono por el Estado de toda acción destinada a asegurar la coherencia e independencia del aparato productivo nacional concentración de la ayuda del Estado en los sectores punteros, competitivos a nivel mundial. 2. “más Estado” contra los trabajadores: reforzamiento del aparato de Estado en sus funciones represivas, de asistencia, de vigilancia y de control social (asistencia social, trabajo social, policía, justicia) para hacer frente al aumento del desencanto, de la marginalidad, de la delincuencia, pero también de las revueltas esporádicas que no pueden más que resultar dado el empeoramiento de las condiciones de vida de la masa de población colocada del lado “malo” de la “sociedad dual”. Al mismo tiempo, muy probablemente, asistiríamos a unas profundas transformaciones de estos mismos aparatos represivos, en el sentido de su descentralización (administrativa y política) y de su “civilización”: su imbricación con los organismos nacidos de la sociedad civil (particularmente, de los movimientos asociativos). Las propuestas del informe Bonnemaison pidiendo simultáneamente la generalización del aislamiento y cerco policial de los extrarradios y la colaboración entre policías, educadores de calle, cargos electos locales y representantes de los movimientos asociativos, prefiguran sin duda las nuevas formas de control social que conjugan descentralización de los poderes represivos y “autogestión de la miseria” por parte del tejido asociativo. Así, a la imagen de un Estado garante del crecimiento económico y del bienestar social, dominante durante el periodo fordista, se sustituiría la doble imagen de un Estado liberal-autoritario, liberal de cara al capital, autoritario de cara a los trabajadores. El régimen de la Señora Thatcher, la Dama de Hierro inglesa, ha servido de modelo durante los 80. En el plano ideológico: Nos encontraríamos de nuevo con esta doble tendencia, a la vez liberal y autoritaria, de la “sociedad dual”. En una sociedad que limita a una minoría el acceso a un estatus garantizado y que condena a la mayoría a la precariedad y a la exclusión, la aceptación del orden establecido no puede más que basarse en: 1. el individualismo y sus ilusiones: el individualismo triunfante de los “ganadores” y de los “nuevos ricos”; el individualismo militante de los que sueñan con triunfar; el individualismo descreído de los que se resignan al “sálvese quien pueda” para mantenerse en la competición; por último el individualismo fruto de la reacción frente a la angustia y la culpabilidad que nace del fracaso (que rápidamente se transforma en resentimiento hacia el “cabeza de turco”) de los vencidos y de los que “nunca serán nada”. Y no es apenas necesario añadir que, en tal contexto, los valores tradicionales de la socialdemocracia (acción colectiva, solidaridad, justicia social, igualdad de derechos y de estatus, etc.) están destinados a desaparecer. Aun más fácilmente por cuanto su base social tradicional, el movimiento obrero, ve su crisis prolongarse. 2. la ideología de la seguridad: ya que, con el desarrollo masivo del paro y de la precariedad, con el aumento de la pobreza y de la marginalización como fenómeno de masas, con el aumento de la delincuencia, revueltas esporádicas de los guetos sociales, la “sociedad dual” prepara las condiciones de un fuerte sentimiento de inseguridad en la mayor parte de la población. El mantenimiento y explotación de este sentimiento por los medios masivos, pero también por el poder político (transformación en espectáculo de la “nueva pobreza”, de la delincuencia, del terrorismo, etc.) abonaría el terreno sobre el que podría establecerse un consenso social mínimo: la adhesión de la mayor parte de la población a los órganos de poder y a sus órdenes mediante la designación de “cabezas de turco”, cercanas (inmigrantes, jóvenes del extrarradio, delincuentes) o lejanas (Estados, comunidades extranjeras: los árabes hoy, eventualmente los eslavos mañana), sobre los que se podría echar las responsabilidades de los males que azotan la comunidad nacional (o europea u occidental). Es decir una cohesión ideológica basada en la heterofobia (sentimiento de odio y miedo hacia el extranjero, el marginado, el diferente), en las políticas de segregación, exclusión, encierro. En este sentido, se ve inmediatamente que profunda solidaridad une desde ya movimientos tan dispares como el Frente Nacional (en Francia) por un lado, la derecha clásica y el centro izquierda, convertido a los valores liberales, por otro lado: la de una división del trabajo ideológico con el decorado de un mismo modelo de sociedad… Ganadores, nuevos ricos y nuevos pobres (que de eso se trata). ¿Usted, de qué lado está? ¿Qué es un disturbio bipolar? (una dramática metáfora, con el permiso de Freud) ¿Por qué es el disturbio bipolar una enfermedad? Cada uno tiene altibajos de ánimo -la felicidad, la tristeza, y la ira son emociones normales y una parte esencial de la vida diaria. En contraste, el disturbio bipolar es una condición médica en la cual la gente tiene unos altibajos fuera de proporción, o totalmente sin relación con los eventos de la vida. Estos altibajos afectan los pensamientos, sentimientos, salud física, comportamiento, y el funcionamiento. El disturbio bipolar no es su culpa, ni es el resultado de una personalidad “débil” ó inestable. Es un disturbio que tiene tratamiento médico para el cual hay medicamentos específicos que ayudan a la mayoría de la gente. ¿Cuándo comienza el disturbio bipolar? El disturbio bipolar comienza generalmente en la adolescencia o la temprana edad de la adultez, aunque puede comenzar a veces durante la niñez temprana o tan tarde como los 40 ó 50 años. Cuando alguien con más de 50 años tiene un episodio maníaco por primera vez, es muy probable que la causa sea un problema que imita el disturbio bipolar (por ejemplo: enfermedad neurológica o los efectos de drogas, alcohol, o algunos medicamentos prescritos). ¿Por qué es importante diagnosticar y tratar el disturbio bipolar tan pronto como sea posible? Como promedio, la gente con el disturbio bipolar ve de 3 a 4 médicos y pasan más de 8 años antes de recibir un diagnóstico correcto. Previos diagnósticos, tratamiento adecuado, y encontrar los medicamentos debidos, pueden ayudar a la gente evitar lo siguiente: - El suicidio. El riesgo es más alto en los años iniciales de la enfermedad. - El abuso de alcohol/sustancias. Más de 50% de aquellos con el disturbio bipolar abusan el alcohol o las drogas durante la enfermedad. - Problemas matrimoniales y del trabajo. El tratamiento inmediato mejora las perspectivas para un matrimonio estable y un trabajo productivo. Las dificultades del tratamiento. Hay evidencias que cuantos más episodios de altibajos tiene una persona, más difícil resulta tratar los episodios que siguen posteriormente y los episodios pueden ocurrir más frecuentemente (esto es a veces referido a como un “encender”- por ejemplo: una vez que el fuego ha comenzado y se ha esparcido, es más difícil apagarlo) El tratamiento incorrecto, impropio, o parcial. Una persona diagnosticada por error con depresión solamente en lugar del disturbio bipolar puede recibir antidepresivos incorrectamente sin medicamento anti-maníaco. Estos pueden ocasionar episodios maníacos y hacer que el curso general de la enfermedad empeore. ¿Es el disturbio bipolar heredado? El disturbio bipolar tiende a repetirse en familias. Los investigadores han identificado un número de genes que pueden estar vinculados al disturbio, sugiriendo que varios diferentes problemas bioquímicos pueden ocurrir en el disturbio bipolar (lo mismo que hay diferentes tipos de artritis). Sin embargo, si usted tuviera el disturbio bipolar y su cónyuge no lo tiene, hay solamente un riesgo de uno (1) en siete (7) que su niño lo desarrolle. La oportunidad puede ser mayor si usted tiene un número de familiares con disturbio o depresión bipolar. ¿Qué causa el disturbio bipolar? No hay una causa singular ni garantizada del disturbio bipolar, pero la investigación sugiere fuertemente que es frecuentemente un problema heredado relacionado con una falta de estabilidad en la transmisión de impulsos nerviosos en el cerebro. Este problema bioquímico hace a la gente con disturbio bipolar más vulnerables a la tensión emocional y física. Si hay un contratiempo de la vida, el uso de sustancia, la falta de sueño, u otra estimulación excesiva, los mecanismos del cerebro normales no trabajan siempre adecuadamente para restaurar el funcionamiento. Esta teoría de un interactuar de vulnerabilidad innato con un estímulo ambiental es similar a teorías propuestas para muchas otras condiciones médicas. En la enfermedad del corazón, por ejemplo, una persona podría heredar una tendencia para tener el colesterol alto o la presión arterial alta, que hace que dañe gradualmente el suministro de oxígeno al corazón. Durante la tensión, tal como el esfuerzo físico o la tensión emocional, la persona podría desarrollar repentinamente dolor del pecho o tener un ataque al corazón si el suministro de oxígeno se baja demasiado. Al igual que con la enfermedad del corazón y otras condiciones médicas, el tratamiento para el disturbio bipolar se centra en el tomar los medicamentos debidos y haciendo cambios del estilo de vida para reducir el riesgo de episodios de altibajos. ¿Cuáles son los síntomas del disturbio bipolar? Durante el proceso del disturbio bipolar, cuatro diferentes tipos de episodios de ánimo pueden ocurrir: 1. La manía (episodio maníaco). La manía frecuentemente comienza con un sentido agradable de energía mejorada, creatividad, y la facilidad social-sentimientos que pueden rápidamente escalar fuera de control en un episodio maníaco. La gente con manía típicamente carece de comprensión, niegan que las cosas anden mal, y culpan con cólera a cualquier persona que señala el problema. En un episodio maníaco, los siguientes síntomas se presentan por lo menos por una semana, hasta el punto que la persona tiene problemas funcionando de un modo normal: Sintiéndose extraordinariamente “alto”, eufórico, o irritable (o pareciendo de esta manera a aquellos que lo conocen bien) Por lo menos cuatro (y frecuentemente casi todas) de las siguientes condiciones: - Necesitar dormir un poco pero todavía teniendo altos niveles de energía - Hablando tan rápidamente que otros no pueden seguir lo que usted quiere decir - Tener pensamientos acelerados y sin control - Que se distrae tan fácilmente que cambia la atención entre muchos temas en sólo algunos minutos - Teniendo un sentimiento inflado de poder, grandeza, o de importancia - Haciendo cosas temerarias sin preocupación acerca de las posibles malas consecuencias tal como gastar demasiado dinero, actividad sexual impropia, hacer inversiones tontas en el negocio - En casos muy severos, pueden haber síntomas psicóticos tal como alucinaciones (oyendo o viendo cosas que no están allí) ó ilusiones (creyendo firmemente en cosas que no son verdaderas). 2. La hipomanía (episodio hipomaníaco). La hipomanía es una forma más moderada de manía con síntomas similares pero menos severos y el deterioro es menos también. En episodios hipomaníacos, la persona puede tener un ánimo elevado, se siente mejor que lo usual, y es más productiva. Estos episodios frecuentemente hacen a uno sentirse bien y la búsqueda de la hipomanía puede hasta hacer que la gente deje de tomar su medicamento. Sin embargo, con demasiada frecuencia hay un precio severo que pagar por la hipomanía ya sea escalar hasta la manía ó un descenso a la depresión. 3. La depresión (episodio depresivo mayor). En un incontrolable episodio depresivo “mayor”, los siguientes síntomas se manifiestan al menos por 2 semanas y hacen las cosas difíciles para que usted funcione bien: - Sentimiento triste, decaído, melancólico o pierde interés en las cosas que usted disfruta normalmente Por lo menos cuatro de los siguientes: - Problemas al dormir o dormir demasiado - Pérdida de apetito o comer demasiado - Problemas al tratar de concentrarse o para tomar decisiones - Sintiendo que todo va lento o sintiéndose demasiado agitado que no puede estar tranquilo - Sintiéndose inútil o culpable o teniendo muy bajo estimo - Pérdida de energía o sintiéndose cansado todo el tiempo - Pensamientos de suicidio o de muerte. - Las depresiones severas pueden también incluir alucinaciones ó ilusiones. 4. El Episodio mixto. Quizás los episodios más debilitantes son aquellos que involucran al mismo tiempo síntomas tanto como de manía como de depresión o frecuentemente se alternan durante el día. Usted está excitado ó agitado como en la manía pero también se siente irritable y deprimido, en lugar de sentirse como si podría conquistar el mundo. ¿Cuáles son los diferentes patrones del disturbio bipolar? La gente varía en los tipos de episodios que generalmente tienen y cuan frecuente se sienten enfermo. Algunos tienen iguales números de episodios maníacos y depresivos; otros tienen principalmente un tipo o el otro. Por promedio, las personas con disturbio bipolar tienen cuatro episodios durante los primeros 10 años de la enfermedad. Es más probable que los hombres comiencen con un episodio maníaco, las mujeres con un episodio depresivo. Mientras que un número de años puedan transcurrir entre los primeros dos o tres episodios de manía o depresión, la mayoría de la gente sin tratamiento eventualmente tiene episodios más frecuentes. A veces estos son determinados por las estaciones del año (por ejemplo, un episodio hipomaníaco en el verano y otro de depresión en el invierno). Un pequeño número de gente pasa por un ciclo en forma frecuente o hasta continuamente durante el año. Los episodios pueden durar días, meses, ó a veces hasta años. Como promedio, sin tratamiento, episodios maníacos o hipomaníacos duran algunos meses, mientras depresiones frecuentemente duran mucho más de 6 meses. Algunas personas se recuperan completamente y pueden pasar muchos años entre episodios sin ningún síntoma, mientras que otros continúan teniendo débiles pero preocupantes episodios de depresión o de altibajos. Términos especiales que se usan para describir patrones comunes: En el disturbio bipolar I, una persona tiene episodios maníacos o mezclados y casi siempre tiene depresiones también. Si usted se ha enfermado recientemente por primera vez y le ocurrió con un episodio maníaco, aún se le considerada que tiene un disturbio bipolar I. Es probable que usted continúe teniendo episodios de depresión en el futuro, así como manía a menos que usted obtenga tratamiento efectivo. En el disturbio bipolar II, una persona tiene solamente episodios hipomaníacos y depresivos, no episodios maníacos o completamente mezclados. Este tipo es frecuentemente difícil de reconocer porque hipomanía puede parecer “sobrenormal”, especialmente si la persona se siente feliz, tiene mucha energía, y evita tener problemas serios. Si usted tiene el disturbio bipolar II, usted puede pasar por alto la hipomanía y buscar tratamiento solamente para sus depresiones. Lamentablemente, si el único medicamento que usted recibe es un antidepresivo, hay un riesgo que el medicamento le pueda causar una rápida subida de ánimo ó iniciarle un ciclo de reacciones más frecuentes. En el disturbio bipolar cíclico rápido, una persona tiene por lo menos cuatro episodios por año, en cualquier combinación de maníaco, hipomaníaco, combinado, o episodios depresivos. Este patrón de episodios se ve en aproximadamente del 5% al 15% de pacientes con disturbios bipolares. Resulta a veces en la “búsqueda” de depresiones con antidepresivos, que pueden alentar una reacción de manía, seguida por una caída a la depresión (por ejemplo: usted continúa subiendo y bajando como una montaña Rusa). El disturbio esquizoafectivo: Este término se usa para describir una condición que en algunos modos se traslapa con el disturbio bipolar. Además de la manía o depresión, hay síntomas psicóticos persistentes (alucinaciones o ilusiones) durante los momentos cuando los síntomas de ánimo están bajo control. En contraste, en el disturbio bipolar, cualesquier síntoma psicótico que ocurre durante episodios severos de manía o depresión terminan cuando el ánimo regresa a lo normal. ¿Cómo se trata el disturbio bipolar? Las Etapas de Tratamiento - La fase aguda del tratamiento: El tratamiento está dirigido en terminar el presente episodio maníaco, hipomaníaco, depresivo, o mixto. - El tratamiento preventivo: El medicamento es continuado a largo plazo para evitar futuros episodios. Los Componentes del Tratamiento - El medicamento: Prescritos para casi todos los pacientes durante fases agudas y preventivas. - La educación: Cruciales en la ayuda a los pacientes y familias para aprender cómo manejar mejor el disturbio bipolar y prevenir sus complicaciones. - La psicoterapia: De gran ayuda para muchos pacientes y familias en el resolver de problemas y en el enfrentarse con la tensión; no debería ser utilizado a solas, sino más bien debería estar combinado con medicamento (excepto en situaciones especiales tal como el embarazo). El medicamento Los dos tipos más importantes de medicamentos usados para controlar los síntomas del disturbio bipolar son estabilizadores de ánimo y antidepresivos. Su médico puede también prescribir otros fármacos para ayudar con el insomnio, la ansiedad, la inquietud, o los síntomas psicóticos. ¿Estabilizadores de ánimo? Los estabilizadores de ánimo son usados para mejorar síntomas durante episodios agudos maníacos, hipomaníacos, y mixtos. Pueden a veces también reducir síntomas de depresión. Son el apoyo del tratamiento preventivo a largo plazo tanto para la manía como para la depresión. Reconozco que el lector deberá hacer un esfuerzo interdisciplinario para interpretar los aspectos psicológicos del “trastorno bipolar”, otro de carácter transitivo para asemejar las causas-efectos al trastorno económico y, finalmente, otro de síntesis para asumir con autocrítica la enfermedad político-empresaria, y el consiguiente tratamiento (tanto psíquico, en su caso, como económico), que es de lo que se trata. Para aquellos que desconfían de Freud (y sus seguidores), les dejo con un amplio stock de información estadística, con la que podrán dar o quitar razón. Por favor, pasen y lean. ¿Recuerdan aquello de “la vergüenza de haber sido o el dolor de ya no ser”?… ¿Hay mucho mérito de los “vagones” (emergentes) o demasiado fracaso de las “locomotoras” (desarrollados)?... ¿De la sociedad dual se está pasando a una economía bipolar? Del Informe La cohesión social en los países desarrollados - CEPAL 2007 ![]() ![]() ![]() ![]() Del Informe Society at glance 2011: OECD Social Indicators - OECD 2011 (Nota: la Tabla 3.1. anterior, también corresponde a la misma Fuente) ![]() ![]() ![]() Del Informe Income and living conditions in Europe - Eurostat 2010 |
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