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La Economía y la necesidad de elegir![]()
Las personas necesitan alimentarse, vestirse, recibir una buena alimentación, etc. Para ello tienen unos recursos o ingresos que siempre son insuficientes a la hora de conseguir todos los bienes y servicios que desean para satisfacer sus necesidades. También el conjunto de personas, o sea, la sociedad, tiene necesidades colectivas, como las carreteras, la defensa, la justicia, etc., y, al igual que ocurre con las personas individuales, también tiene más necesidades que medios para satisfacerlas. La economía se ocupa de las preguntas que se generan en relación con la satisfacción de las necesidades de los individuos y de la sociedad. La satisfacción de necesidades materiales (alimentos, vestidos o vivienda) y no materiales (educación, ocio, etc.) de una sociedad obliga a sus miembros a llevar a cabo determinadas actividades productivas. Mediante estas actividades se producen los bienes y los servicios que se necesitan, y que posteriormente se distribuyen para su consumo entre los miembros de la sociedad. En este proceso de producción y consumo se plantea y resuelven muchos problemas de carácter económico: es decir, problemas en que se utilizan diversos medios para conseguir una serie de fines u objetivos.
La economía estudia la forma en la que los individuos y la sociedad efectúan las elecciones y decisiones para que los recursos disponibles, que son escasos, puedan contribuir de la mejor forma a satisfacer las necesidades individuales y colectivas de la sociedad.
De manera intuitiva, puede decirse que la economía se ocupa de la forma en que los individuos economizan sus recursos, es decir de cómo emplean su ingreso de forma cuidadosa y sabiamente en orden a obtener el máximo provecho. Desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto, a economía trata de cómo los individuos alcanzan el nivel de bienestar material más alto posible a partir de los recursos que ellos tienen disponibles. La economía sólo ocupa de las necesidades que son satisfechas por bienes económicos, o sea, por elementos naturales escasos o por productos elaboraos por el hombre.
La microeconomía se centra en el análisis del comportamiento de las unidades económicas, como las familias o los consumidores individuales y las empresas. También estudia los mercados donde operan los demandantes y los oferentes de bienes y servicios. Desde una perspectiva microeconómica, se considera que las distintas unidades económicas acta como si fueran unidades individuales. Así, cuando explicamos el aumento del precio de petróleo como consecuencia de un incremento de la demanda de energía, estamos haciendo un planteamiento típicamente microeconómico.
La macroeconomía por el contrario, se centra en el comportamiento global del sistema económico reflejado en un número reducido de variables, como el producto total de una economía, el empleo, la inversión, el consumo, el nivel general de precios, etc. Por ejemplo, si el Ministerio de Economía señala que la inflación se ha reducido respecto del año anterior en un 2 por ciento y que el número de empleados ha aumentado en 30.000 personas, está destacando lo que en su opinión son os aspectos más significativos de la evolución global de la economía.
En cualquier caso, debe resaltarse que la microeconomía y la macroeconomía no son sino dos ramas de una misma disciplina, la economía, y como tales se ocupan de las mismas preguntas aunque se fijan en distintos aspectos.
Otra distinción que suele realizarse en el ámbito económico es entre economía positiva y economía normativa
La economía positiva observa los hechos y evalúa las consecuencias de los fenómenos observados. Una típica proposición de economía positiva es a siguiente: si se dan tales circunstancias, tendrán lugar tales acontecimientos.
Las proposiciones sobre lo que debería ser responden a criterios éticos, ideológicos o políticos acerca de lo que se considera deseable o indeseable. Así, la doctrina social de la iglesia constituye un típico ejemplo de economía normativa. A través de sucesivas encíclicas, los pontífices han fijado cuál es la posición de la Iglesia Católica ante la problemática económico-social y cuál debería ser la conducta de los creyentes a partir de los principios del cristianismo. Otro ejemplo lo puede constituir la discusión acerca del tamaño del estado. Desde un punto de vista normativo, unos son partidarios de reducir su peso dentro de la economía global y otros opinan a favor de aumentar su importancia. En cambio, un enfoque positivo se limita a indicar cuál es el peso relativo del sector público sin entrar a valorar si es deseable aumentarlo o disminuirlo. En la vida real, sin embargo, los componentes positivo y normativo de la ciencia económica se suelen mezclar, de manera que es difícil separarlos. La mayoría de los economistas tienen puntos de vista sobre cómo debería funcionar la sociedad y ellos están presentes cuando se hacen recomendaciones a favor o en contra de una política determinada. En consecuencia, es inevitable cierta superposición entre economía positiva y normativa, pues sus límites no están claramente definidos.
El problema económico por excelencia es la escasez y surge por las necesidades humanas son virtualmente ilimitadas, mientras que los recursos económicos son ilimitados y, por lo tanto, también los bienes. Esto no es un problema tecnológico, sino de disparidad entre los deseos humanos y los medios disponibles para satisfacerlos. La escasez es n concepto relativo en el sentido de que existe un deseo de adquirir una cantidad de bienes y servicios mayores que la disponible. Existen países donde la gente tiene niveles de vida más elevados que en otros. En los primeros existen abundante alimentos y bienes materiales, mientras que en algunos países atrasados millones de personas viven en la más absoluta pobreza y muchos mueren de hambre. Teniendo en cuenta esta situación, parece extraño que en economía se hable de la escasez como de un problema universal, esto es, como un problema que afecta a todas las sociedades. Ello se debe a que la economía considera el problema de la escasez como algo relativo, en el sentido de que los bienes y los servicios son escasos en relación a los deseos de los individuos.
El concepto de necesidad humana, es decir, la sensación de carencia de algo unidad al deseo de satisfacerla, es, como se refleja en el esquema 1.1, algo relativo, pues los deseos de os individuos no son algo fijo. El dicho si más tienes, más deseas parece reflejar fielmente la actitud de los individuos respecto de los bienes materiales. Así, pues, el hecho real con el que se encuentra la economía es que, en todas las sociedades, tanto en las ricas como en las pobres, los deseos de los individuos no se pueden satisfacer completamente. En este sentido, bienes escasos son aquellos de los que no hay nunca cantidad suficiente para satisfacer los deseos de los individuos (Esquema 1.2)
Necesidades vitales o primarias: de ellas depende la conservación de la vida; por ejemplo, los alimentos. Necesidades civilizadas o secundarias: son las que tienden a aumentar el bienestar del individuo y varían de unas épocas a otras en el medio cultural, económico y social en el que se desenvuelven los individuos; por ejemplo, el turismo. ![]() Necesidades del individuo ![]() ![]() Según de quien surge Necesidades de la sociedad ![]() Según su naturaleza
![]() Según su carácter ![]() Según su naturaleza ![]() Según su función Cuando tratan de conseguir bienes para remediar sus necesidades, las personas suelen, normalmente, fijarse unas preferencias. Así, los primeros bienes que se desean son los que satisfacen necesidades básicas o primarias, como la alimentación, el vestido o la salud. Cuando los individuos tienen satisfechas sus necesidades primarias, suelen tratar de satisfacer otras más refinadas, como el turismo, o buscan una mejor calidad de los bienes que satisfacen sus necesidades primarias, como una vivienda mejor, vestidos de determinadas marcas, etc. Por ello se puede decir que las necesidades son ilimitadas o, de otra forma, que siempre existirán necesidades en los individuos que no podrán ser satisfechas, aunque sólo sea porque los deseos son susceptibles de ser refinados.
Los bienes y servicios se pueden clasificar, además, en bienes de consumo, cuando se destinan a la satisfacción directa de necesidades humanas, y bienes de capital . Dentro de los bienes de consumo cabe hablar de bienes de consumo durables, si permiten un uso prolongado; por ejemplo, un electrodoméstico, y bienes de consumo no durable, como los alimentos. Por otro lado, los bienes se pueden clasificar en bienes intermedios, que son los que deben sufrir nuevas transformaciones antes de convertirse n bienes de consumo o de capital, y bienes finales, que son los que ya han sufrido estas transformaciones. A la suma total de bienes y servicios finales generado en un periodo se le denomina producto total. Asimismo, los bienes se pueden clasificar en privados y públicos. Bienes privados son los producidos y poseídos privadamente. Bienes públicos son aquellos cuyo consumo se lleva a cabo simultáneamente por varios sujetos, por ejemplo, un parque público.
El trabajo, cuando no está destinado a la creación de bienes, esto es, de objetos materiales, tal como el efectuado por un agricultor o un albañil, se canaliza a la producción de servicios. El trabajo de servicios puede estar relacionado con la distribución de productos, como el efectuado por un agente de ventas o un dependiente; con actividades que satisfacen necesidades culturales, como las realizadas por un profesor o un artista de cine, un escritor o un cantante; o con otros tipos de actos, tales como los servicios que ofrecen un banco o una compañía de seguros. Todas estas actividades constituyen lo que se denomina servicios.
La satisfacción de las necesidades humanas exige la producción de bienes y servicios, y para ello es preciso el empleo de recursos productivos y de bienes elaborados.
Tradicionalmente, estos factores se clasifican en tres grandes categorías: tierra, trabajo y capital.
Ocupados en sentido estricto: tienen un trabajo remunerado aunque se hallen de baja por enfermedad. Activos marginales: realizan un trabajo remunerado pero durante un tiempo inferior a lo normal; los que tienen un empleo estacional. Desocupados: Reúnen las condiciones de edad y capacidad física y mental para realizar un trabajo remunerado y no lo encuentran.
![]() Ocupados ![]() Población activa: la que interviene en el proceso productivo. ![]() Población Población inactiva: la que realiza sólo las funciones de consumo. ![]()
Mientras que los bienes de consumo se orientan a la satisfacción directa de las necesidades humanas, los bienes de capital, o bienes de inversión, no están concebidos para ello, sino para ser utilizados en la producción de otros bienes. Si dedicamos una cierta cantidad de recursos a producir bienes de capital, nos satisfarán necesidades en el futuro, cuando se utilicen en la producción de bienes de consumo. El capital empleado en la producción puede dividirse en capital fijo y capital circulante. El capital circulante consiste en bienes de proceso de preparación para el consumo, básicamente materia prima y existencias en depósitos. El capital fijo consiste en instrumentos de toda clase, incluyendo los edificios, maquinaria y equipo. En economía, a menos que se especifique lo contrario, el termino capital significa capital físico, es decir maquinas y edificios, y no capital financiero. Un paquete de acciones no constituye un recurso productor de bienes y servicios, y no es capital en sentido económico. De forma similar, al hablar de inversión en economía nos referimos a la inversión real, es decir, acumulación de maquinas y edificios, y no a la compra de bienes financieros. Cuando, por ejemplo, se realiza una compra de acciones ya emitidas no tiene lugar una inversión real, pues únicamente se produce un cambio de propiedad de dichas acciones. Asimismo, en economía en necesario distinguir entre capital físico, al que nos hemos referido anteriormente, y capital humano, entendiendo por este ultimo la educación y la formación profesional, que incrementan el rendimiento del trabajo. Los gastos de educación y formación profesional suponen una inversión en capital, ya que durante el periodo de aprendizaje y estudio hay un elemento implícito de espera. Estos gastos contribuyen a incrementar la capacidad productiva de la economía, pues un trabajador formado y educado suele ser más productivo que uno que no lo está. -Capital fijo: consiste en los instrumentos de toda clase empleados en la producción, tales como edificios y maquinaria. Su duración se extiende sobre varios ciclos de la producción. -Capital circulante: consiste en bienes en proceso de preparación para el consumo, básicamente materias primas y existencias. ![]() ![]() Capital físico o real Tipos de Capital Capital humano: la educación, la formación profesional y la experiencia y, en general, todo lo que contribuya a elevar la capacidad productiva de los seres humanos. Capital financiero: fondos disponibles para la compra de capital físico o activos financieros, como bonos o acciones 1.5 LA NECESIDAD DE ELEGIR Y EL COSTO DE OPORTUNIDAD En la vida nos vemos forzados a elegir continuamente. Cualquiera alternativa implica que al optar por algo tenemos que renunciar a otras cosas. Como los recursos con que se cuenta son escasos, solamente se puede satisfacer una necesidad si se deja satisfacer otra. No hay suficientes recursos materiales, ni trabajo ni capital para producir todo lo que desea la gente. Por eso hay que elegir entre las distintas opciones que se presentan. Este problema se plantean los gobiernos a las familias y a las empresas. Así por ejemplo, los gobiernos tienen que decidir entre construir más colegios o comprar más helicópteros para la policía. Las familias deben elegir entre comprarles a sus hijos juguetes o gastar sus recursos en un nuevo lavarropas. Así mismo las empresas de juguetes deben decidir entre gastar más recursos en publicidad o invertir en renovar maquinaria de la fábrica. Cuando los gobiernos, las empresas y las familias deciden que gastar o que producir están renunciando a otras posibilidades. La opción que debe abandonarse para poder producir u obtener otras cosas se asocia en economía con el concepto de costo de oportunidad.
(*) Datos aproximados, de acuerdo con los precios de mediado de 1988
Así, supongamos que factores utilizados para extraer una tonelada de hierro se pudieran haber empleado para cultivar 10 quintales de trigo. El costo de oportunidad de una tonelada de hierro es, pues, los 10 quintales de trigo que se podrían haber producido. Al extraer hierro se pierde la oportunidad de cosechar trigo.
Consideremos una economía con una tecnología que dispone de una dotación fija de factores productivos, que supondremos plenamente utilizados, y en la que se producen sólo dos bienes: trigo y algodón. Si a partir de una situación dada se decide producir más trigo y se orientan los esfuerzos n esa dirección, se tendrá que estar dispuesto a producir menos algodón. En consecuencia, para poder satisfacer mejor las necesidades alimentarias habrá que estar dispuestos a sacrificar una cierta cantidad de algodón, ya que se ha supuesto que sólo se producen dos bienes. Por lo tanto, aumentar la producción de trigo tiene un costo para la sociedad en términos del algodón que se ha dejado producir. Las diferentes posibilidades que se presentan a la economía se pueden reflejar acudiendo a un ejemplo numérico. Las distintas opciones son las combinaciones posibles de trigo y algodón. La curva o frontera de posibilidades de producción está formada por todos los puntos intermedios entre las situaciones recogidas en dicho cuadro.
Si todos los recursos están siendo plena y eficientemente utilizados, producir una cantidad mayor de un bien exigirá necesariamente producir menos de otro, esto es, tendrá un costo de oportunidad. En términos más precisos, si estamos obteniendo una combinación determinada de bienes empleando eficientemente todos los recursos de que dispone la sociedad y quisiéramos, no abstante, producir algunas unidades más de uno de los dos bienes, tendrá que ser a costa de reducir la producción del otro. Esta elección entre los dos bienes indica que el costo de obtener más unidades de –en nuestro caso- algodón es precisamente dejar de producir algunas unidades del otro, es decir, trigo. En el ejemplo comentado, llamados costos de oportunidad de una unidad de algodón al número de unidades de trigo que es preciso dejar de producir para obtenerla. Al moverse dentro de una curva de posibilidades de producción de un punto a otro, la sociedad está transformando un bien a otro, lo que refleja que los recursos son susceptibles de emplearse en distintos usos. |