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LA REVOLUCION INDUSTRIAL Y EL MOVIMIENTO OBRERO. 1.- EL TRANSITO DE LAS SOCIEDADES AGRARIAS A LAS INDUSTRIALES. Desde finales del siglo XVIII se producen una serie de transformaciones en la sociedad europea que permite hablar de una serie de revoluciones en el sistema productivo. Este cambio no solo se produce en la industria sino que también se van a producir cambios en el comportamiento demográfico de la población (Revolución demográfica) y en la agricultura (Revolución agrícola): A.- LA REVOLUCION DEMOGRAFICA. Hasta este momento la población había crecido de forma muy lenta, las epidemias, el hambre o las guerras arruinaban el crecimiento conseguido a costa de años de buena situación económica. Sin embargo a partir de finales del siglo XVIII comienza un crecimiento constante, sin precedentes, de la población europea, que se va a incrementar en el siglo XIX. A esto llamamos revolución demográfica. Ello será debido a las mejoras en la higiene y en la agricultura, que acaba con las muertes por hambre (mortalidad catastrófica) y posteriormente a las mejoras en la medicina (mortalidad ordinaria). Paralelamente la natalidad sigue en valores muy altos, lo que dispara el crecimiento. Mucha de la población campesina va a abandonar el campo, donde no hay suficiente tierra, y se van a dirigir, por un lado a los nuevos continentes (América), y por otras a las ciudades en busca de trabajo en la industria. Esta población va a engrosar las filas del proletariado, que va a trabajar en condiciones deplorables: hacinamiento, falta de higiene, bajos salarios, largas jornadas, falta de seguridad, trabajo infantil mal pagado.... El crecimiento se ralentiza a principios del siglo XX como consecuencia de la disminución de la natalidad, lo que vuelve a dejara el crecimiento en valores más bajos (aunque constantes). Este fenómeno solo es aplicable a los países de Europa occidental, y los poblados por europeos. EVOLUCION DE LA POBLACION : ![]() POBLACIÓN EUROPEA B) LA REVOLUCION AGRICOLA: a lo largo del siglo XVIII y XIX se introducen mejoras en los cultivos que permiten mejorar los rendimientos de la tierra , alimentando a una población que crece muy deprisa, y alimentar a la población de las ciudades. Esas mejoras permiten prescindir de mucha mano de obra, que se traslada a las ciudades para trabajar en la industria. Las mejoras las podemos resumir en las siguientes:
C) LA REVOLUCION INDUSTRIAL: Llamamos Revolución Industrial a un cambio en el sistema de producción que permite el paso de una economía de escaso crecimiento a otro de crecimiento autoinducido, lo que transformara toda la vida del hombre. Se inicio en Gran Bretaña en el siglo XVIII y se extendió al resto de Europa primero y al resto del mundo después, aunque algunos piases del mundo no han experimentado todavía esa transformación. El cambio en el sistema productivo se produce al aparecer las fabricas que sustituyen a los antiguos talleres. De esta manera se produce una concentración en un solo lugar de todo el proceso de la producción, apareciendo la fabricación en cadena o en serie, donde cada obrero se especializa en una sola tarea, y eso favorece la utilización de maquinas cada vez mas especializadas, lo que abarata los costes y rebaja los precios, lo que favorece el consumo, y aumenta los beneficios de los empresarios, favoreciendo a su vez la inversión en la mejora de la producción. Así se crea una reacción en cadena de crecimiento e inversión.... Otro factor del cambio será el uso de la maquina de vapor y del carbón mineral como fuente de energía. Estos cambios se producen por primera vez en la industria textil, posteriormente en la siderometalurgica. El uso del hierro, la maquina de vapor y el carbón va a dar lugar a la aparición del ferrocarril y a la revolución en el mundo de los transportes (también en la navegación marítima). A partir de finales del siglo XIX aparecen nuevas industrias, que van a favorecer el crecimiento de la economía como son la industria del automóvil, la química o la del acero. Aparecen nuevas energías como la electricidad y nuevas maquinas como el motor de explosión. 2.- LOS MOVIMIENTOS OBREROS. Tras la Revolución Francesa, que acaba con el Antiguo Régimen, los obreros se dieron cuenta que habían luchado al lado de la burguesía pero que finalmente el poder había quedado en manos de la burguesía y al proletariado no le había quedado ni el derecho al voto. A partir de este momento la clase obrera y sus dirigentes toman conciencia de que su enemigo de clase es la burguesía y no la nobleza. A mediados del siglo XIX el movimiento obrero se va a organizar y va a luchar de dos maneras: a través de los sindicatos y de los partidos obreros. 2.A. LOS SINDICATOS: se interesan por mejorar la suerte de la clase obrera dentro del sistema político, que no van a intentar reformar, luchando por mejorar las condiciones de trabajo, mediante la negociación con los empresarios y la huelga. Gracias a ellos a lo largo del siglo XIX y XX se redujo la jornada laboral a 10 horas y posteriormente a 8, se regularon las vacaciones pagadas, el salario mínimo, se prohibió el trabajo infantil, se introdujeron medidas de seguridad, se introdujeron el paro y la jubilación así como la asistencia medica. A pesar de la oposición de la burguesía los sindicatos fueron legalizándose en toda Europa, primero en Inglaterra (1825) y posteriormente en el resto de Europa. En España el primero fue U.G.T, fundado en 1888 por Pablo Iglesias, dependiente del PSOE. 2.B. LOS PARTIDOS OBREROS: no aceptan el sistema político y van a intentar reformarlo en su totalidad. Al principio rechazaban el sistema en su conjunto tanto política como económicamente, rechazando el capitalismo y la economía de libre mercado que surge tras la Revolución industrial, ya que se preocupaban de producir mas pero no de repartir justamente los beneficios de la producción, de tal manera que la burguesía empresarial cada vez se enriquecía mas mientras la clase obrera vivía en condiciones miserables. Veamos cuales son los principales partidos defensores de la clase obrera y su evolución:
Buena parte de este pensamiento fue expresado en el manifiesto comunista, elaborado por Marx y Engels en 1848. En el denunciaban con gran dramatismo la situación del proletariado, que a penas recibe una pequeña parte de la renta nacional, mientras que la mayor parte de esa renta, que el obrero contribuye mayoritariamente a crear, se reinvierte en bienes de capital que pertenecían a personas privadas. El estado, que está en manos de los ricos es un comité de la burguesía para la explotación del pueblo. La religión es una droga para el pueblo, un medio de mantener el orden en las clases inferiores, que solo enseña la resignación y la paciencia. Ante todo ello Marx y Engels llaman a la unidad del proletariado para la lucha, ya que el proletario no debe lealtad a nada más que a su propia clase, ni siquiera a la patria, es una llamada internacional porque todos los proletarios tienen los mismos problemas (rechazo al nacionalismo). Por lo que respecta a España en 1871, llegó a Madrid el dirigente de la I Internacional Paul Lafargue, partidario de las tesis de Marx. Entró en contacto con los dirigentes madrileños, entre ellos Pablo Iglesias, que aceptaron seguir las tesis marxistas, fundando el PSOE en 1879 y en 1888 el sindicato UGT. Poco después la Internacional española se escindía en dos, un ala marxista con centro en Madrid y un ala anarquista con centro en Barcelona y profundo arraigo entre los jornaleros andaluces. FRAGMENTO FINAL DEL MANIFIESTO COMUNISTA DE MARX Y ENGELS. 1848. Resumiendo: los comunistas apoyan en todas partes, como se ve, cuantos movimientos revolucionarios se planteen contra el régimen social y político imperante. En todos estos movimientos ponen de relieve el régimen de la propiedad, cualquiera que sea la forma más o menos progresiva que revista, como la cuestión fundamental que se ventila. Finalmente, los comunistas laboran por llegar a la unión y la inteligencia de los partidos democráticos de todos los países. Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos solo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sea sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar. ¡Proletarios de todos los países, uníos!
Algunos anarquistas consideraban que la única institución valida en la futura sociedad anarquista serian los sindicatos, aunque solo se ocuparían de coordinar aspectos de producción, por ello se les llamo anarcosindicalistas. En España tuvieron gran importancia la CNT y la FAI en Cataluña, donde existía una masa de trabajadores andaluces, desarraigados, escasamente integrados en la vida catalana. Durante los primeros meses de la Guerra Civil (1936) tuvieron un gran protagonismo e impusieron su modelo de sociedad en algunas comunidades lo que provocó el colapso de la producción, con gran perjuicio para el gobierno de la II República. Su hundimiento vino al aceptar los lideres la colaboración con los socialistas en el gobierno de la República, pues con ello traicionaban todo su pensamiento y perdieron toda la credibilidad frente a las bases. 2.C. LAS INTERNACIONALES OBRERAS: En 1864 se reunió en Londres lo que se ha llamado la Primera Internacional o AIT, reunión internacional de trabajadores patrocinada tanto por los sindicatos británicos y franceses como por los lideres de movimiento revolucionario (Marx o Mazzini). Esta asociación debía reunirse periódicamente para discutir cuestiones relacionadas con el socialismo, respondiendo a la vocación internacional del socialismo. En los siguientes congresos Marx fue reforzando su posición en detrimento de otros lideres a los que atacó muy duramente (como a Mazzini o a Lassalle, socialista alemán que había colaborado con Bismarck). Eso le llevo a un enfrentamiento con Bakunin por el papel del Estado, que Bakunin quería destruir y Marx utilizar para implantar la dictadura del proletariado. Finalmente Bakunin fue expulsado y pasó a dirigir el movimiento anarquista europeo. La I Internacional dejó de reunir en 1872, y se disolvio en 1878, a causa del fracaso de la Comuna de París (1871), primer intento de crear un Estado obrero, que la Internacional había apoyado, y que había fracasado por los desordenes y su propio radicalismo. Los sindicatos ingleses, pilar fundamental de la Internacional abandonaron la asociación ante estos hechos y la Internacional se disolvió. Poco después la Internacional española se escindía en dos, un ala marxista con centro en Madrid y un ala anarquista con centro en Barcelona y profundo arraigo entre los jornaleros andaluces. En 1875 se formaba en Alemania el partido Socialdemócrata, al que siguieron otros en Francia, Bélgica, Rusia, España, etc. En 1889 estos se unían en una liga o II Internacional, que se reuniría cada tres años hasta 1914. Sus posturas ya no coincidían estrictamente con el Marxismo ya que pronto fue evidente, incluso para Marx, que la sociedad no evolucionaba como este preconizara y que la revolución no era el único camino. Dentro de la II Internacional había diferentes posturas, desde los más moderados como Berstein (vía reformista para implantar una sociedad democrática socialista) a los más radicales como Rosa Luxemburgo (lucha revolucionaria total mediante la huelga general como vía para acabar con la sociedad capitalista). La II Internacional se ocupó de discutir todas estas cuestiones doctrinales: misión de los sindicatos, la acción parlamentaria, la forma de acceder al poder, el uso de la huelga general, el nacionalismo, el colonialismo o la postura a adoptar frente a los conflictos internacionales. El final de la II Internacional estuvo en relación con el estallido de la 1ª GM. A pesar de que los socialistas habían declarado su vocación internacional, su rechazo al nacionalismo y su no participación en los conflictos internacionales que solo pretendían defender intereses burgueses, cuando en 1914 estallo la guerra en Europa los diferentes partidos socialdemócratas apoyaron a sus respectivos estados y la Internacional se disolvió. ACTA FUNDACIONAL DE LA I INTERNACIONAL SOCIALISTA Considerando Que la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la misma clase obrera. Que la lucha por la emancipación de la clase obrera no es una lucha por privilegios ni monopolios de clase, sino para establecer idénticos derechos y deberes para todos y destruir toda dominación clasista. Que la sumisión económica del obrero con respecto a los propietarios de los medios de producción, es decir de las fuentes de la vida, es el fundamento de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, la atrofia espiritual y la dependencia política. Que la emancipación económica de la clase obrera constituye por ello el gran fin último al que debe supeditarse todo movimiento político. Que todos los esfuerzos orientados a este fin han fracasado hasta ahora por falta de unidad entre los muchos ramos del trabajo en cada país y por la carencia de una federación fraternal entre las clases obreras de los diferentes países. Que la emancipación de la clase obrera no es una tarea local ni nacional, sino social, que abarca todos los países en los que exista la sociedad moderna y cuya solución depende de la cooperación práctica y teórica de los países más avanzados. Que el movimiento obrero que actualmente sé desarrolla en los países industriales de Europa, a la vez que despierta nuevas esperanzas, constituye una seria advertencia contra la recaída en los viejos errores y urge la inmediata unión de todos los movimientos aún desunidos. Por estos motivos: Los abajo firmantes, miembros del Consejo elegido por la Asamblea celebrada el 28 de septiembre de 1864 en Saint Martin’s Hall, en Londres, han tomado las medidas necesarias para fundar una Asociación Internacional de Trabajadores. Declaran que esta Asociación Internacional, así como todas las asociaciones e individuos que a ella se adhieran, reconocen la verdad, la justicia y la moral como su norma de comportamiento entre sí y para con todos los hombres, sin distinción de color, creencia o nacionalidad. Consideran como un deber que cada uno alcance los derechos humanos y cívicos no solo para ellos, sino para que todos cumplan con sus deberes. Ni deberes sin derechos, ni derechos sin deberes Con este espíritu han redactado el Reglamento provisional de la Asociación Internacional. 1.- CLASIFICACIÓN DEL TEXTO:
2.- RESUMEN Y EXPLICACIÓN DE LAS PRINCIPALES IDEAS DEL TEXTO: El texto se divide en dos partes, en la primera se exponen los motivos que les han llevado a la fundación de la AIT, entre las que se encuentran la necesidad de acabar con la sociedad de clases y la propiedad privada de los medios de producción y la necesidad de que se unan todas las organizaciones obreras para superar sus anteriores fracasos pues esta es una lucha de toda una clase social, el proletariado, al margen de las nacionalidades. En la segunda parte se declara fundada la propia Asociación (Londres, en Saint Martin’s Hall, en septiembre de 1864) y se citan los principios más generales que guiaran su conducta (la verdad la justicia y la igualdad). Finalmente termina el texto con una frase en la que se explica que este acta servirá como reglamento provisional hasta que se redacte otro definitivo. LAS INTERNACIONALES OBRERAS: LA II INTERNACIONAL. Sobre el colonialismo. — El Congreso es del parecer de que la política colonial capitalista, por su esencia misma, lleva necesariamente al avasallamiento, al trabajo forzado y a la destrucción de las poblaciones indígenas en el dominio colonial. La misión civilizadora que proclama la sociedad capitalista sólo le sirve de pretexto para cubrir su sed de explotación y conquista. Sólo la sociedad socialista podrá ofrecer a todos los pueblos la posibilidad de desarrollar plenamente su civilización. El Congreso condena esta política de explotación y de conquista y constata que la política colonial aumenta el peligro de complicaciones internacionales y de guerra entre los pueblos colonizadores. Sobre la guerra.— El único poder que, en nuestra sociedad, lucha realmente contra la guerra que amenaza a los pueblos y los armamentos que arruinan a las naciones, es la democracia social. La Internacional proletaria, en la resolución de París en 1900, ha protestado contra “las Conferencias de la Paz como las celebradas en La Haya, que sólo son un engaño”.. En la resolución de Copenhague, en 1910 se exige de las fracciones socialistas de los Parlamentos: A. — Que reclamen sin cesar la solución obligatoria de todos los conflictos entre Estados por las vías internacionales del arbitraje. B.- Que se renueven constantemente Las proposiciones tendentes al desarme general y, ante todo, las proposiciones para concluir convenciones limitando los armamentos marítimos... Amsterdam 1914. |