Títulos de renta fija Los inversionistas que buscan mayor rentabilidad pueden comprar a través de los bancos títulos de renta fija de instituciones públicas o privadas, que de este modo acceden a recursos para financiar inversiones u otras operaciones. Entre los deudores de prestigio figuran por ejemplo la propia República Federal de Alemania y grandes empresas alemanas. El título-valor documenta un derecho de crédito con un valor nominal determinado, por ejemplo 100 DM, a un interés anual fijo y por un período de varios años. Hasta la expiración el título-valor se negocia en bolsa a la cotización del día, que viene determinada por la evolución general de los tipos de interés. Así puede suceder que un título al siete por ciento con un valor nominal de 100 DM caiga o suba y su precio de compra varíe en consecuencia a la baja o al alza, pasando de esos 100 DM nominales a 96 o 104; estas cantidades serían las «cotizaciones de compra» o «tipos compradores», que por lo demás no suelen apartarse excesivamente del valor nominal. Aparte del «valor de renta fija» aquí esbozado han ido surgiendo variantes con tipos de interés predominantemente ascendentes (escalonados). Los particulares también pueden calibrar los riesgos y expectativas de los papeles de renta fija, bien estudiando detenidamente la sección de economía de los diarios y las cotizaciones bursátiles, o bien simplemente esperando el rendimiento de principio a fin.
Acciones En realidad el capital monetario siempre es capital de riesgo. Quien está dispuesto a asumir mayores riesgos que los asociados a los títulos de deuda compra acciones, es decir, partes alícuotas de sociedades anónimas que cotizan en bolsa. La cotización depende básicamente de las perspectivas de futuro de las empresas, evaluadas desde la óptica de los bancos. Cuando el primer fabricante de automóviles del país lanza un nuevo modelo el público del parqué reacciona a la señal, y en el mejor de los casos la cotización de la empresa sube como la espuma. En ese supuesto habrá dado en el clavo quien, jugando al alza, haya comprado en un momento en que la marcha de la empresa se haya valorado de forma pesimista en la bolsa y haya flaqueado su cotización, para luego vender con ganancia en la fase de recuperación a partir de la señal positiva. El sistema se basa pues en las fluctuaciones bursátiles y en las tesituras que las provocan («Buy on rumours, sell on news»). El particular que quiera entrar en el juego difícilmente podrá prescindir del asesoramiento de la sección de títulos-valores de su banco. Los expertos de estas secciones conocen de cerca los criterios que conducen a las decisiones que se toman en la bolsa.
De un tiempo a esta parte los clientes también se informan a través de revistas para inversionistas y canales de televisión especializados en Bolsa. El “experto selfmade” con frecuencia prefiere el “online-brokerage” (corretaje en línea), es decir, el comercio de títulos a través de un banco o agencia que opera en Internet, pulsando el ratón, en cuestión de segundos. A lo largo de los últimos años en Alemania este tipo de institutos han proliferado como setas; se trata bien de empresas de nueva fundación, bien de filiales de casas matrices establecidas.
Fondos de inversión El riesgo de pérdida en el sector de renta variable puede en ocasiones limitarse mediante la participación en fondos de inversión. Estos fondos son «cestas» de acciones y/o títulos a interés fijo de distintas razones sociales. El planteamiento es básicamente el siguiente: si por ejemplo caen las acciones petrolíferas a causa de un boicot político de los suministros de crudo, suben las de las compañías mineras que pueden explotar yacimientos de pizarra bituminosa; los metales preciosos probablemente aumenten de valor si los papeles de renta fija caen por miedo a la inflación. Existen asimismo fondos puramente inmobiliarios, que engloban viviendas y locales comerciales repartidos por diversas zonas. En Alemania la oferta se sitúa en estos momentos en torno a los 400 fondos. La mayoría distribuyen beneficios anualmente. El comprador de certificados de un fondo compuesto fundamentalmente con arreglo a criterios de seguridad no debe extrañarse si la ganancia obtenida al cabo de un año es prácticamente la misma que si hubiera comprado renta fija.
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