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Preparación para RIO+20 Muchos son de la opinión de que estamos en un momento crítico en la historia de la Tierra. La crisis social, económica y ambiental requiere un replanteamiento de la situación actual a fin de encontrar formas eficaces para promover la responsabilidad hacia los demás, para ampliar la comunidad de vida para las generaciones futuras y para el planeta. Debemos recordad que la economía humana necesita vivir dentro de la economía de la naturaleza y la debe respetar. Para sobrevivir, la humanidad depende totalmente de los ecosistemas de la naturaleza y esto también incluye el modelo económico global que predomina en la actualidad que es insostenible porque no respeta los límites de la naturaleza y no se preocupa de los costos ecológicos para los pobres, marginados y las futuras generaciones. San Francisco de Asís estuvo inmerso en la sociedad que vivía. Como sus seguidores, también nosotros estamos llamados a comprender a fondo el mundo en el cual vivimos y a sostener en plenitud la vida de toda la creación de Dios. El Papa Juan Pablo II, respondiendo a los desafíos actuales llamaba a una “conversión ecológica”. ¿Qué cosa podemos hacer para responder a esta invitación? En Junio del 2012 Rio de Janeiro albergará al grupo “Rio + 20”. Se espera que este evento, conocido también como Conferencia de la Naciones Unidas (ONU) sobre el Desarrollo Sustentable, pueda conducir a una evaluación global de las conferencias realizadas por la ONU en los años 90. En ella se proponemos discutir tres temas: la evaluación de los cumplimientos de los compromisos acordados en Río 92, la economía verde y el plan de estructura institucional para el desarrollo sostenible. Estos temas, aunque no forman parte de nuestro vocabulario diario, revelan conceptos importantes que necesitamos comprender para poder tomar buenas decisiones en el futuro. Paralelamente a la conferencia oficial de la ONU, la sociedad civil (movimientos sociales, ONG, redes, organizaciones religiosas) están programando la Cumbre de los pueblos Río + 20. La razón de esta cumbre nace de la necesidad de verificar el estado de nuestro planeta. Persistir en ello, en la desigualdad estructural y de la pobreza y miseria, que se reflejan en la crisis ambiental y climáticas y que son agravadas de por ellos mismos. Se está saqueando nuestro planeta y los grupos sociales están marginados. Frente a estos problemas los gobiernos y muchos sectores de las empresas nacionales, que están preocupadas solo de tener beneficios inmediatos y que están ciegos con respecto al futuro, se agrupan en modelos de economía y de gobierno basados en la maximización de las ganancias y del crecimiento económico, medidos en términos monetarios. Los únicos valores que son aceptados son el crecimiento continuo y la maximización de la riqueza .Por el contrario están excluidos los valores de solidaridad, vida en comunidad, el respeto para todos los seres vivientes y la promoción del bien común. En respuesta a esta grave situación, las personas de fe han buscado en sus tradiciones religiosas intuiciones y sabiduría que les ayuden a crear medidas concretas y prácticos con las cuales puedan hacer la diferencia. Los científicos han comenzado a dirigirse a los líderes religiosos para pedir su colaboración para elaborar un enfoque, basado en valores, enfoque que pueda ayudar a dar a conocer mejor los problemas ambientales que debemos afrontar y promover un estilo de vida más auténtico que pueda hacer frente a las contradicciones presentes en nuestro mundo. Nuestro patrimonio franciscano nos proporciona amplios recursos para sostener este proyecto y nosotros nos desafiamos, como lo fueron Francisco y Clara en su tiempo, a ofrecer nuestros servicios para ayudar a leer los signos de los tiempos de tal modo que puedan promover la vida en abundancia para cada uno de nosotros y para todos los seres vivientes. Muchos representan hoy a Francisco como una persona original e inofensiva que amaba a los animales y que tenía una especial atención por la naturaleza. ¡El número de estatuas del santo junto a los pájaros que se encuentran en los jardines dan amplio testimonio de esta imagen común! Sin embargo nosotros, los Franciscanos, debemos ayudar a la gente a ir más allá de la imagen romántica de Francisco. Mientras proclamamos la intrínseca bondad del mundo creado y nos deleitamos de su belleza, debemos también mostrar como la creación se ha unido íntimamente con el mundo social de la gente, y buscar modos de ser parte de las alegrías y dolores del mundo. Los Franciscanos proponen una visión que está profundamente arraigada en la esperanza y la alegría, porque la creación y el despliegue de los eventos están profundamente imbuidos de la presencia del Dios viviente. Ofrecemos una reflexión sobre la crisis que estamos viviendo que no es solo intelectual, teológica y filosófica, sino que proponemos también de sugerencias concretas para la oración, estilo de vida, la vida en comunidad, ministerio y la sociedad. Nuestra tradición, heredada de Francisco y Clara, nos invita a tratar la Creación como hermano, hermana y madre, y sus miembros como miembros de nuestra familia. No debemos buscar una posición de poder y de control, sino más bien una relación amorosa y de interés recíproco y de cuidado para nuestra familia. Cada crisis que amenaza nuestra familia es motivo de preocupación y de compromiso para nosotros. Recientemente un pequeño grupo de Franciscanos que trabaja en el ámbito de la Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) se reunieron para discutir como aumentar la conciencia sobre los temas ecológicos en el ámbito de la familia Franciscana. La conversación inició tomando en consideración la justicia ecológica que une los conceptos de ecología y de justicia social .La justicia ambiental reconoce la relación indisoluble que existe entre la degradación ambiental y los temas de justicia, paz y defensa de los derechos de los individuos y de los pueblos: las fuerzas y las estructuras que dañan el medio ambiente son las mismas fuerzas y estructuras que dañan a los pobres y marginados. La justicia ambiental exige que todas las razas, culturas, clases sociales y niveles de educación tengan un trato justo hacia el desarrollo y pide un fortalecimiento de las leyes, de los reglamentos y de las políticas ambientales. Justicia ambiental es un término que combina muchos de nuestros intereses por las personas y por la Creación. El grupo acordó promover una participación numerosa de Franciscanos en la Cumbre de los Pueblos ( del 12 al 26 de Junio) y al Conferencia de la ONU en Río + 20 (del 20 al 23 de Junio). Ya se iniciaron los planes para involucrar a la Familia Franciscana, y la representación Franciscana en estos eventos incluyen a Franciscans International, la Familia Franciscana en el mundo y a los Franciscanos de Brasil que serán los anfitriones. El grupo también acordó preparar algunos documentos educativos que serán como una introducción general a los temas más importantes que se trataran. E n primer ligar, esta reflexión, subraya la visión Franciscana de la Creación, la situación ecológica actual y propone una posible respuesta. Los ocho documentos breves que siguen informa a los lectores sobre las ideas principales que se discutirán en Río, temas que han sido ya ampliamente discutidos en la preparación a las conferencias. Las primeras cinco partes tratan de los problemas globales que nos enfrentamos: la desertificación, pérdida de la biodiversidad, hambre, cambios climáticos y falta del agua dulce y del saneamiento. Los tres últimos por el contrario tratan de las soluciones propuestas: la economía verde; desarrollo sostenible y la soberanía alimentaria. El grupo ha dedicado bastante tiempo a discutir las implicaciones de la “economía verde” y del “desarrollo sostenible”. Es absolutamente necesario tomar nota de los actores poderosos involucrados en estos temas. Los poderosos no tienen necesidad de nuestro apoyo, pueden defenderse solos. Son más bien los pobres y oprimidos, quienes ya sufren de los efectos de la degradación ambiental, y que esperan nuestra ayuda. Una importante contribución que podemos dar al debate ecológico será colocar la pregunta : “¿Qué cosa significa esto para los pobres?”. Esta serie de reflexiones es una invitación a los Franciscanos de cada parte del mundo a ser más conscientes de los problemas ambientales y a estar más involucrados en la promoción de la justicia ambiental. Tenemos que preguntarnos donde ponemos el problema de la degradación de nuestro planeta y de la situación da tantos hermanos y hermanas que sufren privaciones e injusticias. ¿La sociedad contemporánea se ha alejado del contacto vital con el mundo viviente y con nuestros amigos, los seres humanos? ¿Con qué frecuencia agradecemos a Dios por todos los dones que hemos recibido? Tomemos el desafío de trabajar junto a los hombres y mujeres de buena voluntad para proteger a nuestros hermanos y nuestras hermanas y a toda la creación de Dios. Escrito por el Hno. Joe Rozansky ofm |