Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004






descargar 31.53 Kb.
títuloFerrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004
fecha de publicación26.05.2015
tamaño31.53 Kb.
tipoDocumentos
e.exam-10.com > Economía > Documentos
Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F.C.E., Buenos Aires, 2004.

Segunda Parte. La etapa de transición (fines del siglo XVIII hasta 1860)
V. El puerto de Buenos Aires como intermediario comercial.

El carácter autosuficiente de las regiones se conmueve a fines del siglo XVIII producto de la apertura del Río de la Plata para el comercio colonial y de la creciente importancia de la ganadería orientada hacia la exportación. 
El río de la Plata constituía la mejor vía de acceso al corazón del imperio colonial español al sur del Perú. Una vara de paño en Potosí costaba 6 o 7 veces más si procedía de Lima que si tenía puerto de entrada en Buenos Aires. 
Buenos Aires pudo hacer valer su ventaja competitiva frente a Lima recién en la segunda mitad del siglo XVIII en virtud de las reformas liberales de los borbones. 
Entre 1561 y 1739 España monopolizó el comercio  con América a través del sistema de Flotas y Galeones, luego se paso al sistema de navíos de registro. Los puertos estaban en Centroamérica y el eje del poder español eran el Virreinato de Nueva España (México) y del Perú donde los metales preciosos eran el objetivo principal de las ideas del mercantilismo vigentes. 
Los cambios que implicaron las Reformas Borbónicas alteraron el viejo equilibrio colonial afectando intereses creados y sostenidos por dos siglos a la vez que nueva elites surgían y se consolidaban, generando una tensión que tendrá su parte en la independencia. Con la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, una región periférica toma la relevancia que en los hechos venía demostrando, se convierte en el nuevo centro de la región. 
El descubrimiento de metales y piedras preciosas en Minas Gerais, Marro Grosso y Goias en el siglo XVIII produjo un desplazamiento de la economía colonial brasileña hacia el Sur, poniendo las fronteras coloniales en discusión. Amparados en la Colonia de Sacramento establecida por los portugueses en 1680 y en el asiento para la trata de esclavos en Buenos Aires concedido a los ingleses por el acuerdote Utrecht de 1713 el contrabando invadió el viejo Virreinato del Perú. 
El nuevo Virreinato convirtió a Buenos Aires en el puerto de entrada legal de productos que ahora competían con las viejas economías artesanales del interior, problema que no será de peso hasta mediados del siglo XIX cuando el volumen y los medios de comunicación se conviertan en un real factor de desintegración.

La exportación de cueros pasó de 20.000 unidades anuales a fines del siglo XVII a 2 millones hacia 1850, alo que se suma el tasajo y la lana. Este crecimiento fue posibilitado por la abundancia de tierras fértiles en la zona pampeana, la expansión de la demanda mundial y la liberalización del régimen comercial, la escasa complejidad de la empresa ganadera y sus bajos requerimientos de mano de obra (según Félix de Azara 10 personas podían cuidar de 10 mil cabezas de ganado). 
Las mejoras de los medios de comunicación marítimo y crecimiento de la demanda de productos ganaderos en Europa y América, el incipiente proceso de industrialización de las economías europeas estimuló el comercio mundial de cueros y lanas, mientras el tasajo era alimento para los esclavos. 
Cerrada la libertad para vaquear a principios del siglo XVII, los permisos otorgados por la autoridad local constituyeron la forma de apropiación de la hacienda cimarrona. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII la expansión de las exportaciones de cueros llevó a la necesidad e racionalizar la explotación desmedida. Surge entonces el rodeo como forma básica de crianza  de hacienda y la estancia se consolida como unidad de producción. Se plantea la necesidad de aumentar la extensión de tierras disponibles, lo que llevó a la apropiación privada de la tierra, proceso que corrió paralelo a la ocupación territorial.
Hacia 1840 las ventas de tierras arrendadas bajo el régimen de enfiteusis durante los años 20 significó la apropiación de 8.600.000 hectáreas por 293 personas en Buenos Aires. 
En otras provincias de la región pampeana la distribución de la tierra pública no fue en general en extensiones tan grandes ni tan rápida, sin embargo las grandes propiedades que venían de la colonia se reforzaron y la tierra se concentró en pocas manos. Hacia mediados del siglo XIX se había producido la apropiación de las tierras más fértiles de la pampa. Esto condicionó el régimen de la tierra en el país desde entonces.

Las empresas ganaderas consolidaron el sistema de la explotación con la gran propiedad con unidad de administración y empleando trabajo asalariado. La estancia es la primera empresa capitalista en gran escala y expansiva que surge en la economía del país. 
En el nivel de las técnicas productivas se desarrolló el sistema de la crianza de animales en rodeo y comenzaron a introducirse los primeros reproductores para mejorar la calidad. La introducción del alambrado consolidó los derechos jurídicos de propiedad y redujo la necesidad de mano de obra. 
La importancia creciente del tasajo permitió integrar la economía mediante la implementación de la cría de hacienda con su industrialización. Los núcleos comerciales de Buenos Aires volcaron también parte de sus capitales en el sector pecuario estrechando vínculos económicos.

El Desarrollo del Litoral
La centralización del comercio exterior por Buenos Aires y las restricciones a la navegación de los ríos Paraná y Uruguay enfrentó los intereses de la provincia con los de Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. La apropiación de los derechos de aduana y la intermediación obligada a través de su puerto concentraba en ella los recursos fiscales y los ingresos generados en la actividad comercial. 
Entre 1800 y 1869 la población de las provincias del Litoral pasó de 100 mil a 850 mil, sector cuyo peso relativo crecería desplazando la vieja importancia del NOA colonial.

La apertura del Río de la Plata a fines del siglo XVIII, la liberalización total posterior a la independencia y la expansión ganadera se reflejan en el aumento de las exportaciones que se duplicaron entre 1800 y 1850. En toda la etapa se produjo un desplazamiento del origen de las exportaciones desde las regiones del interior hacia el Litoral que además asimiló los efectos expansivos del crecimiento. 
Los sectores dinámicos en el proceso de desarrollo del Litoral, comerciantes y ganaderos, tenían sus intereses estrechamente vinculados ala expansión de las exportaciones. El libre cambio fue el objetivo desde la revolución de independencia, quería eliminar las trabas al comercio. La libertad de importación o la aplicación de derechos de aduana simplemente con el objeto de recaudar fondos y o de promover la instalación de industrias impidió el desarrollo interno de las mismas. 
La elevación en el nivel de ingresos y la importancia que iban adquiriendo las ocupaciones comerciales y urbanas provocó el crecimiento de la población de las ciudades del Litoral.

Distribución del ingreso. Acumulación de capital. La empresa ganadera permitió la concentración del ingreso en una reducida parte de la población. La actividad comercial estaba también fuertemente concentrada. Eran lo que se conoce como las elites, grupos heterogéneos cuya característica principal pero no suficiente era económica, también contaba el linaje, el abolengo, los contactos sociales y políticos, la educación, la participación política. Aquí encontraremos sectores nuevos que se integran y amplían las bases sociales del consenso hegemónico.
La población del Litoral se iba integrando más y más en la economía del mercado al punto de depender del mercado en su vida cotidiana. La relación existente entre el empresario y el trabajador era netamente capitalista, la fuerza de trabajo recibía un salario por sus servicios (aunque esto variaba entre regiones y el Estado haya intervenido para disciplinar la fuerza de trabajo mediante una construcción política del “trabajador”, incluso como hombre forzado a ello).

El sector público. Los gobiernos provinciales consolidaron la situación de los sectores ganaderos y comerciales, grupo del que se nutrían las filas del poder.
No menos del 60% de los gastos totales de los gobiernos del Litoral correspondían a los gastos militares. El resto era para mantener la maquinaria administrativa del Estado. 
Los ingresos corrientes de las provincias del Litoral provenían en alrededor de un 90% de los derechos de aduana y  de puertos. 
Hubo otras dos fuentes significativas de obtención de recursos para el fisco, particularmente de Buenos Aires, la colocación de empréstitos y la emisión de papel moneda. 
Los empréstitos internos adoptaron el carácter de contribuciones forzosas aplicada a los grupos que disponían de recursos, comerciantes y terratenientes. 
Respecto a la moneda, hasta años después de la Revolución de Mayo, continuaron circulando monedas metálicas de oro y plata españolas y varias provincias organizaron sus sistemas monetarios emitiendo moneda. La emisión lesa y llana de papel moneda para pagar los gastos públicos tenía varias ventajas para el fisco: recibía dinero sin necesidad de devolverlo y se evitaba vender títulos públicos. Esta última medida era preferida por ganaderos y comerciantes que de ese modo se evitaban tener que tomar los empréstitos del Estado y además la inflación los favorecía porque sus ganancias aumentaban a la par que los costos de salarios crecían en menor medida. En la medida en que la política fiscal tendió a conjugar los déficit con emisión y no con empréstitos internos, se trasladó el peso de la financiación de los sectores terratenientes y comerciantes a los sectores de ingresos reducidos. 
En una economía tan poco diversificada y sin base industrial como la del Litoral, era imposible provocar en el corto plazo un desplazamiento apreciable de factores productivos del sector exportador al sector destinado a satisfacer el consumo interno, o sea a sustituir importaciones. 
La inflación sólo podría haber estimulado la diversificación de la estructura productiva interna mediante una política paralela de restricción de las importaciones que se querían sustituir; pero esto contradecía la política y los objetivos de largo plazo de los grupos dominantes del Litoral. 
La escasez del ahorro del sector público determinó la ausencia casi total de obra pública, particularmente de infraestructura. Los gastos en defensa de la provincia de Buenos Aires en las campañas contra el indio que posibilitaba la expansión de la frontera constituyeron verdaderas inversiones del sector público que ampliaba la capacidad productiva con nuevas tierras. La apropiación privada posterior determinó una transferencia prácticamente sin costo al sector privado de las inversiones realizadas por el gobierno.

Limitaciones al desarrollo del Litoral. La región seguía siendo escasamente poblada, la densidad en la campaña bonaerense era aún en 1896 de 1 habitante por Km2. los principales factores eran en primer lugar que hasta mediados del siglo XIX no se habían consumado aún la integración y formación del mercado mundial (los cambios en a tecnología no se habían difundido y los fletes eran onerosos para los productos agropecuarios); y en segundo lugar no se habían incorporado al país cantidades suficientes de capital y mano de obra como para poblar la región pampeana y aprovechar racionalmente la tierra disponible, el capital de infraestructura era prácticamente el mismo que en la etapa de la economía primaria de subsistencia. 
En esta etapa la concentración de la propiedad territorial se constituyó enano de los factores de la concentración del ingreso del sector agropecuario en pocas manos.


El estancamiento del Interior.
En el Noroeste la población pasó de aproximadamente unos 150 mil hacia 1800 a 450 mil según el censo de 1869. En Cuyo la población creció de 40 mil a 184 mil y en el Centro de 60 mil a 264 mil. El total el Interior paso de 250 mil en 1800 a 900 mil en 1869 (la tasa de crecimiento anual fue de 1.9%, contra un 3% en el Litoral). 
Si se compara la relación existente entre la población del Interior con la del total del país se observa que mientras en 1800 ascendía al 70% en 1869 había caído al 50%. La declinación obedece a la disminución de la participación del noroeste en la población total que cayó del 43% al 26% en los años citados. Por otro lado el Litoral concentró el aumento y pasó del 30 al 50% entre 1800 y 1869.
Hacia 1750 las exportaciones estaban compuestas en un 80% por la plata del Alto Perú y en un 20% por “productos de la tierra”, esto es cueros en su mayoría. Es posible que una proporción sustancial de la plata exportada fuera propiedad de empresarios del noroeste y Córdoba que la habían recibido en pago por sus ventas de mulas, tejidos, etc. a Potosí. De las exportaciones de cueros al menos la mitad provendría del Interior. Lo que quiere decir que el 90% de las exportaciones provenía del Interior. 
Un siglo más tarde las exportaciones de plata casi habían desaparecido por la caída de la producción del Alto Perú. Del total exportado ahora el cuero representaba un 60% aproximadamente, el resto, lanas, tasajo, sebo. A mediados del siglo XIX los productos que provenían del Interior representaban un 15% del total de las exportaciones. Otro 15% provenía de las provincias del Litoral y el resto salía de Buenos Aires exclusivamente. El alto costo de los fletes y de los intermediarios del puerto debe haber reducido considerablemente el margen de ganancia recibido por los empresarios del Interior. Es muy probable que el comercio entre las distintas regiones del Interior haya sido muy pequeño. 
Un hecho fundamental fue la política de libre cambio seguida por la provincia de Buenos Aires desde la independencia, ya que el mercado del Litoral era el único cuya demanda interna crecía al influjo de la expansión de las exportaciones (al exporta más tenía mayor capacidad de consumo), pero se satisfacía con productos de importación. 
Las cifras disponibles sobre las importaciones efectuadas por el puerto de Buenos Aires revelan que hacia mediados del siglo XIX alrededor del 50% de las importaciones consistía en textiles, bebidas, azúcar, yerba mate y tabaco, productos todos que competían con la producción del Interior. 
En algunas provincias del Interior ciertas actividades destinadas al comercio interregional subsistieron y se consolidaron, como la producción de azúcar en Tucumán. El sur de Córdoba jugó un papel parecido al resto del Litoral. La baja capacidad de importación del Interior se debía a sus reducidas exportaciones, algunas medidas proteccionistas de gobiernos provinciales para defender su economía y las enormes distancias que encarecían los productos. 
La concentración de las exportaciones ganaderas en el Litoral y la apertura de su mercado a la producción extranjera sella el esquema de estancamiento de las provincias del Interior. El aumento de población fue absorbido por los moldes tradicionales de la economía de subsistencia, no por la economía del mercado. 
La producción regional se utilizó en el mercado interno y el grueso de la población continuo en actividades de subsistencia. En el Noroeste seguramente se vivió un retroceso respecto a mediados del siglo XVIII y la economía de subsistencia suplió las exportaciones perdidas, salvo en provincias que iniciaron actividades orientadas al mercado del Litoral como el azúcar tucumana. 
La producción agropecuaria debía ocupar el 80% de la población y el resto en el sector artesanal y manufacturas. El 80% de la población seguía viviendo en el campo.

Incapacidad financiera de los fiscos del Interior. En ausencia de toda actividad expansiva poco era lo que podían hacer los gobiernos del Interior para reorientar los recursos. Los ingresos fiscales estaban limitados. El bajo nivel de exportaciones impedía recaudar tributos sustanciales mientras ene. Litoral los derechos de aduana proporcionaban entre el 70 y 90% de los ingresos del fisco, en el Interior no pasaban del 40%. 
La alta proporción de la población que vivía fuera de la economía de mercado impedía al gobierno hacerse de ingresos mediante la emisión de papel moneda. 
Pese a esta precariedad, los gastos eran los mismos que en el Litoral, las guerras de independencia, la luchas federales y las campañas contra los indios. El recurso al que se apeló fueron los empréstitos forzados aplicados a comerciantes y terratenientes, mientras los sectores más pobres participaban en la milicia. 
La única solución posible consistía en comprimir al máximo el sector público. El caso de Jujuy es ejemplar. En 1839 su presupuesto ascendía a 9.040 pesos, de los cuales 2.860 correspondían al Ministerio de Gobierno y dentro de éste 1.500 al sueldo del gobernador. La instrucción pública insumía 480 pesos anuales. 
El desenlace de las guerras federales estaba predeterminado por esta penuria de recursos del Interior. 
La situación de Buenos Aires y el Litoral era diferente ya que allí se radicaba la actividad dinámica fundamental, la ganadería orientada ala exportación, por lo que los gobiernos podían contar con recursos tanto por la vía de aduanas como por la colocación de empréstitos internos o la emisión monetaria. El monopolio del comercio exterior era un factor secundario ya que el 90% de las exportaciones se generaban en el Litoral y absorbía otro tanto, mientras lo que provenía del Interior o iba a él no debía superar el 10%. 
Cada provincia tenía tarifas de aduanas que restringía la posibilidad de importar bienes que compitieran con los producidos internamente. Las compras estaban comprimidas básicamente por sus escasas exportaciones y la consecuente escasa capacidad de importar. Las distancias elevaban a tal el precio que muchos productos importados o podían competir con la producción interna.

La lucha del Interior por imponer una política proteccionista a Buenos Aires era la única forma de asegurar el mercado del Litoral para la producción mediterránea. Los reclamos por participar en las recaudaciones de aduanas de Buenos Aires era otra forma de difundir los beneficios de la expansión del comercio exterior entre las provincias. 
La independencia le permitió a Buenos Aires una autonomía que le permitió beneficiarse exclusivamente de su posición privilegiada frente a los mercados de ultramar y del entorno natural de la pampa húmeda. La provincia se abrazó a su autonomía bajo la bandera del federalismo. 
Los sectores expansivos de la provincia, ganaderos y comerciantes, apoyaron este federalismo mientras les faltó fuerzas para imponer una solución nacional. Las condiciones para ello se abrirían recién en la etapa de la economía primaria exportadora, cuando además el ferrocarril barrería las últimas barreras del aislamiento que implicaban las distancias. La posición de Buenos Aires también afectó a otras provincias del Litoral a través de la exclusión de la libre navegación de los ríos.

Historia de la Educación Argentina - 2011

Añadir el documento a tu blog o sitio web

similar:

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconResumen De La Economia Argentina De Aldo Ferrer

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconPublicado en El pensamiento alternativo en la Argentina del siglo...

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconResumen Desde comienzos del siglo XXI, Argentina y Brasil, los dos...

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconResumen En la provincia de Buenos Aires desde fines del siglo XIX...

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconPresidente de la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica, Asociación...

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconPrólogo Aldo Ferrer

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconTeorías del desarrollo a principios del siglo XXI

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconThis is about Argentina. It is a large nation in South America. The...

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconThis is about Argentina. It is a large nation in South America. The...

Ferrer, Aldo: La economía argentina. Desde sus orígenes ata principios del siglo XXI, ediciones F. C. E., Buenos Aires, 2004 iconFloreal gorini (15/10/1922 – 3/10/2004 en Buenos Aires)




Economía


© 2015
contactos
e.exam-10.com