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Hoy se nos invita a revisar las oportunidades, los avances, y los desafíos pendientes para convertir a Chile en una Potencia alimentaria de nivel mundial. Al detenemos a observar las principales ventajas que ofrece nuestro país para materializar exitosamente este propósito, surgen a la vista de inmediato las enormes oportunidades que representan nuestro clima mediterráneo casi único, con ausencia de lluvias durante mas de la mitad del año, que determina ventajas sanitarias que muy pocos países gozan, la producción en contra estación respecto del hemisferio norte, que concentra parte muy significativa de nuestra demanda, recursos humanos, tecnológicos y de gestión productiva para acometer los desafíos de productividad, calidad y competitividad, una infraestructura, logística y servicios modernos que apoyan la labor productiva y el proceso exportador, y por ultimo, algo determinante para que este potencial se pueda expresar: Chile tiene fuertes pilares económicos e institucionales. Por eso, estamos convencidos de que somos capaces de generar un segundo sueldo para Chile, similar al que reporta el cobre. Si las exportaciones alimentarías pudieran crecer en forma sostenida al 10% por año, podríamos duplicarlas en los próximos 8 años. Así de ambiciosa es nuestra meta. Avances: CHILE, UN PAÍS CONFIABLE Y ABIERTO AL MUNDO Hoy Chile se presenta al mundo con una economía sana y dinámica, un sistema financiero sólido, reglas del juego claras, capaz de enfrentar sin mayores trastornos una crisis mundial como la que acabamos de superar. Un país integrado a un mundo cada vez más globalizado, a través de acuerdos comerciales con las principales economías del planeta. Así, podemos mirar el pasado con orgullo. Hace treinta años, la agricultura exportaba unos 200 millones de dólares, hoy, exportamos más de 11 mil millones, cifra detrás de la cual hay una gran diversificación de mercados y productos y un enorme esfuerzo de inversión, liderado por miles de pequeños y medianos agricultores. Ayudados por los acuerdos de libre comercio, en la última década hemos conquistado los mercados de Asia y Europa, accediendo a 57 países con un total de más de 4.000 millones de consumidores y con una diversificación creciente de productos. Hoy, exportamos 2.800 millones de dólares en productos agroalimentarios a Asia, 2.600 millones de dólares a Europa y 3.400 millones de dólares a América del Norte: En suma, 16 veces más que hace tres décadas. Además, hemos incorporado rubros emergentes a las exportaciones. Hace 30 años soñábamos con vender carne y leche al resto del mundo. Hoy vendemos al extranjero un cuarto de la producción láctea nacional y somos los primeros exportadores de uva de mesa, el segundo en manzanas, paltas y ciruelas deshidratadas, el quinto mayor exportador de vino y el sexto mayor exportador en carnes de cerdo del mundo. Todo esto nos permite decir con orgullo que llegaremos al bicentenario con exportaciones silvoagropecuarias y agroindustriales por más de 11 mil millones de dólares, que correspondería al 46% de las exportaciones no cobre o mineras. Chile cuenta con un sector silvoagropecuario y agroindustrial sólidos, que en su conjunto representa cerca del 11% del PIB nacional; Sin embargo, la actividad del agro se está desacelerando más rápido que el resto de los sectores de la economía. Desafíos pendientes: Competitividad Hace tan sólo 5 años atrás la agricultura crecía a un ritmo de 8 a 9% anual, dinamismo que se fue perdiendo. Hoy el crecimiento de tendencia es prácticamente cero. El sector ha venido perdiendo competitividad, no por falta de mercados ni por hacer mal las cosas. Ha ocurrido por la fuerte y sostenida apreciación del peso, producto de un sinnúmero de factores siendo los más relevantes el elevado precio del cobre, y el sostenido aumento en el gasto fiscal de los últimos años, lo cual no sólo afecta al sector exportador sino también a los sustituidores de importaciones. Hacemos un llamado a cuidar la estrategia exportadora de Chile mediante la resuelta utilización de los variados instrumentos de política que provee la ciencia económica. Creemos que cuando hay un tipo de cambio por debajo de su valor de largo plazo, amerita que la autoridad dé señales potentes para recuperar la confianza de exportadores, sustituidores de importaciones e inversionistas. Más allá de medidas puntuales, estimamos prioritario que las autoridades económicas entreguen señales claras del modelo de desarrollo que queremos. Avalan las apreciaciones expuestas, el similar comportamiento de la tendencia que evidencia el PIB silvoagropecuario respecto del tipo de cambio. Nosotros agradecemos el compromiso de la autoridad con el agro, expuestas en las 25 medidas hacia el agro del entonces candidato Sebastián Piñera y reiteradas en su cuenta pública del 21 de mayo, sin embargo, debe haber un compromiso coherente con la aspiración nacional de transformarnos en Potencia Alimentaria. Por un lado hemos invertido en caminos, viviendas, Agua Potable Rural, cobertura educacional y sanitaria etc etc. con el objeto de dar mejores condiciones de vida al mundo rural. Sin embargo, este esfuerzo corre el peligro de perderse si no se generan las condiciones para sustentar la actividad económica en este mundo rural. Para ser coherentes, todo este esfuerzo país debe ir acompañado de un plan nacional que permita dar rentabilidad a la agricultura en todas sus expresiones a lo largo y ancho del país. Si seguimos eludiendo enfrentar los temas que determinan la rentabilidad del agro, veremos como paulatinamente se ira despoblando el mundo rural, quedando abandonadas las cuantiosas inversiones en infraestructura que se han realizado y forzando a miles de chilenos, los menos capacitados por cierto, a emigrar a las ciudades con todas las secuelas ya conocidas. Creo que lo fácil, el equipamiento rural, ha sido abordado. Resta por asumir un compromiso de largo aliento con el sector, que le permita proyectarse para hacer las inversiones que resultan ineludibles, si se pretende alcanzar el ambicioso objetivo planteado. Me he detenido en esta reflexión, por cuanto estamos asistiendo al inicio de un nuevo ciclo de crecimiento, que se proyecta para los próximos 4 años en torno al 6% anual, con un precio proyectado del cobre muy por sobre el promedio, y la historia conocida del comportamiento anticiclico del PIB silvoagropecuario nos indica que cada vez que el país crece de la mano con las exportaciones mineras, nuestra actividad decae y luego se estanca. En el primer semestre de este año tuvimos un retroceso de 1,1% y el PIB agrícola de tendencia es cero. Si este comportamiento cíclico no se rompe hoy, nuestro sector no podrá hacer el aporte que todos esperamos al logro de la ambiciosa meta que nos compromete, y con la grave secuela de ver una vez mas postergadas las oportunidades de una vida mas digna, con ingresos que cubran las necesidades básicas de los habitantes del mundo rural, con los que el país arrastra una enorme deuda histórica. Ámbito Laboral El Sector silvoagropecuario da empleo a casi 850 mil trabajadores los que, junto a otros 250 mil empleos temporales, representan, el 17% de la fuerza laboral del país durante la mitad del año. El sector cuenta con 280 mil productores agrícolas, 240.000 de los cuales son medianos y pequeños. Es el sector que cuenta con el mayor número de medianos y pequeños empresarios, después del comercio. Es insólito que un sector tan importante se rija por normas que se pensaron para la ciudad. Necesitamos normas acordes con las características especiales del agro; queremos acordar con nuestros trabajadores las mejores formas de organizar nuestras tareas, en temas como: la jornada laboral semanal, horas extraordinarias, condiciones en los lugares de trabajo. La Sociedad Nacional de Agricultura ha venido trabajando en la mesa laboral con otros gremios y agrupaciones de trabajadores del sector, lográndose importantes avances. Prueba de que relaciones laborales no son un juego suma cero. Todos, empleadores y empleados pueden construir un futuro con mayores oportunidades para ambos. Sin embargo, falta mucho trecho por avanzar. Queremos normas que faciliten el diálogo dentro de la empresa, que den mayor empleo y permitan elevar la productividad. Capital humano Nuestra experiencia a través de Codesser, como educadores y formadores de capital humano, con mas de 15.000 jóvenes egresados de nuestros 21 liceos técnicos ubicados desde Mejillones a Coyhaique, nos demuestra que contamos con un excelente potencial en nuestros jóvenes del mundo rural, los que puestos en un ambiente propicio y con buenos educadores a su cargo, es posible dar un salto muy significativo en cuanto a las oportunidades que se abren para ellos, como también para cubrir las necesidades de técnicos de las empresas del sector, evitando así la indeseable situación de desapego de las nuevas generaciones con sus tradiciones y raíces, tan fuertemente arraigadas en el campo. El desafío que nos plantea el seguir avanzando tras la meta país propuesta, nos demanda dar pasos adicionales en la formación de nuestros técnicos mediante la implementación de Centros de Formación Técnica, de modo de entregarles nuevas herramientas para ponerlos en sintonía con los crecientes requerimientos que nos plantea las tecnologías de producción de última generación. Esta opción abriría un nuevo mercado, con acceso a mejores remuneraciones para nuestros alumnos y en general para los jóvenes del mundo rural, conjuntamente con atender las necesidades de soporte técnico especializado de la mediana agricultura. Al finalizar estas palabras quisiera reiterar nuestros agradecimientos a las nuevas autoridades de gobierno, por su permanente apoyo y sintonía con la realidad que vive la agricultura nacional. La actividad agropecuaria es el pilar del desarrollo humano sustentable en gran parte de las regiones del país. El Chile de los medianos y pequeños empresarios y agricultores merecen una alta prioridad en las políticas públicas. Ellos quieren ser protagonistas del desarrollo armónico de la economía chilena. Tengan la más absoluta seguridad que la Sociedad Nacional de Agricultura está trabajando intensamente para generar las mejores condiciones para nuestra actividad. Conocemos los problemas y no claudicaremos en nuestro esfuerzo hasta no ver debidamente encaminadas las soluciones. Muchas Gracias. |