descargar 71.59 Kb.
|
ECONOMÍA DE FICHAS INTRODUCCIÓN Son procedimientos dirigidos a establecer un control estricto sobre un determinado ambiente, para controlar las conductas de una persona o grupo. Se introduce, en el medio del paciente, un reforzador artificial generalizado, intercambiable por los reforzadores naturales. Este reforzador es generalizado, potente y completamente controlable. La emisión del reforzador está controlada por el modificador de la conducta y es contingente a la emisión de la conducta que se desea incrementar o mantener. La utilización del sistema de economía de fichas PERMITE:
Los programas de economía de fichas son de uso corriente en nuestra sociedad. CONSIDERACIONES BÁSICAS Aunque los sistemas de economía de fichas suelen ser programas poderosos en la implantación, modificación o eliminación de conductas, las dificultades de implantación y planificación hacen aconsejable considerar antes otros métodos. CARACTERÍSTICAS DE LOS PROGRAMAS DE ECONOMÍA DE FICHAS
CARACTERÍSTICAS DE LAS FICHAS El término fichas no hace referencia a una realidad única, sino a una forma de operar por medio de objetos, que se utilizan como reforzadores artificiales, de características físicas relativamente similares entre ellos (fichas de plástico, estrellitas de papel, puntos en un cuaderno). En los programas dirigidos a adultos, suelen utilizarse puntos, billetes de papel, fichas de algunos juegos, etc. En general, la ficha debe ser apropiada a la población que va a utilizarla: niños, adolescentes o adultos (con o sin déficits).
Los reforzadores por los que pueden cambiarse las fichas, deben estar a la vista de los sujetos, no han de ser un secreto. FASES EN EL DESARROLLO DE UN PROGRAMA DE ECONOMÍA DE FICHAS 1. FASE DE MUESTREO O ESTABLECIMIENTO DE LA FICHA COMO REFORZADOR GENERALIZADO Ha de establecerse la ficha como refuerzo generalizado y remarcarse el valor que tiene como objeto de intercambio. Las explicaciones verbales pueden ser suficientes en algunos casos, pero, cuando se trabaja con personas con déficits o limitaciones intelectuales, se hace necesario el muestreo de la ficha: Pueden entregarse fichas a los sujetos en diversas ocasiones y de forma gratuita, con independencia de sus conductas, y cambiarse inmediatamente por alguno de los reforzadores. Es importante que se cambien por distintos reforzadores y no solo por uno. A la hora de cambiar, remarcar explícitamente el valor del intercambio de las fichas ("la ficha la puedes cambiar por…"). Estos periodos de muestreo de las fichas pueden hacerse constantes en el tiempo, o desarrollarse en determinados intervalos temporales. 2. FASE ESTABLECIMIENTO DEL PROGRAMA El PROCEDIMIENTO a seguir es:
Entrega de fichas: Al principio del programa, es necesario que la entrega de fichas sea muy abundante y con un valor elevado, para conseguir que el sujeto se motive (que participar en el programa le produzca más ventajas o reforzamiento que no hacerlo). El programa de entrega de fichas, ha de ser continuo (cada conducta ha de ir seguida por las fichas). Cuando el programa haya avanzado, el objetivo es aproximarse a las condiciones de control de las conductas en la vida ordinaria, para lo que se pasará a índices de refuerzo intermitente. A la vez que se introduce un retraso entre la emisión de la conducta y la entrega de la fichas, también se cambia el criterio en la obtención de las fichas: si al principio se exigía una escasa emisión de conductas para su obtención, posteriormente, cada vez será necesario emitir más conductas y más fichas para lograr el mismo reforzador. La economía de fichas, requiere el control sobre la administración del reforzamiento. El reforzamiento sólo se entregará a cambio de fichas, que sólo se conseguirán con las conductas establecidas. Es necesario que todo el personal integrado en el programa reciba una adecuada formación para la entrega contingente de los refuerzos (incluso de los sociales, más difíciles de controlar). Dónde deben entregarse las fichas: En cualquier ambiente o situación en el que pueda llevarse a cabo la conducta que deseamos desarrollar. Posteriormente, conviene establecer un lugar único en el que se puedan recoger y en periodos fijos (al principio lo más próximo a la realización de la conducta, y, después, establecer una demora progresiva). Aunque en general, la economía de fichas da más importancia al entrenamiento positivo (aumentar la tasa de conductas adecuadas), en ocasiones, se pueden incluir procedimientos de control de conductas desadaptativas como, el costo de respuesta (en fichas), el tiempo fuera de ganancia de fichas y tiempo fuera de intercambio de fichas. Parece que, la utilización del costo de respuesta por conductas desadaptativas, facilita el mantenimiento de las conductas objetivo durante la fase de desvanecimiento del programa. En algunos casos, es posible reformular las conductas desadaptativas y sus contingencias negativas, con el fin de que tengan una apariencia más positiva y menos sancionadora Þ Si todas las instrucciones están formuladas de manera positiva, es más fácil establecer lo que se gana por realizar las conductas deseadas, que insistir en lo que se pierde por conductas no deseadas ("Pide permiso cuando quieras dejar tu sitio", "trabaja en silencio"). Agentes de entrega de fichas: Es importante que la entrega de fichas NO se lleve a cabo sólo por una persona, para que no se convierta en estímulo discriminativo de la entrega. Además, así se facilita el acercamiento a las condiciones de control de la vida real. Intercambio de fichas por reforzadores: Hay que establecer cuáles van a ser los reforzadores por los que se pueden cambiar las fichas, mediante el uso de escalas de identificación de reforzadores, de la observación de las personas o, utilizando el principio de Premack. En última instancia será el propio sujeto el que decida qué reforzadores le resultan más interesantes, por lo que se podrán incluir reforzadores que no hayan sido probados (la elección o no por parte de los sujetos, determinará su valía real). Importante evitar reforzadores que el paciente pueda obtener fuera del sistema (taza de café), pues tendrá un efecto muy limitado. Los reforzadores deben establecerse en términos objetivos y precisos, especialmente los que no consistan en objetos físicos (dar un paseo). En éstos casos, si no es posible ofrecer los reforzadores de actividad de forma inmediata, se pueden cambiar las fichas por vales ("vale por un paseo de media hora por los jardines del hospital, a partir de las seis de la tarde"). Hay que determinar el precio de los reforzadores (su valor en fichas). Se puede hacer según diversos criterios:
Para atender a la ley de la oferta y la demanda y "ajustar el mercado", es necesario llevar un cómputo completo del número de fichas entregado y el número de reforzadores solicitado Þ Permite conocer y controlar los "ahorros" de fichas de los pacientes e indica cuando comenzar a desvanecer el programa. La planificación cuidadosa deberá asegurar que los reforzadores de apoyo se entregan en la cantidad suficiente para mantener el rendimiento. Un sistema que puede ayudar a impedir la acumulación de fichas y la reducción de la emisión de la conducta, es dividir las fichas en dos tipos:
Se puede proceder a las devaluaciones periódicas de las fichas, para evitar problemas de atesoramiento. También hay que evitar las "deudas" (cuando el programa incluye costo de respuesta). No deben generarse deudas por entrega de reforzadores "a cuenta". Los sistemas de contingencia pueden establecerse de manera individual o para un grupo (igual para todos). La contingencia de grupo es más fácil de administrar, aunque su efectividad puede ser reducida para algunos, en cuyo caso se pueden añadir contingencias individuales. El momento de llevar a cabo el intercambio:
Tener en cuenta, sobre todo en pacientes con déficits intelectuales, que si se alarga mucho el tiempo entre la ganancia y el intercambio, pueden producirse efectos de abulia (dejan de emitir la conducta). Lugar del intercambio: Es conveniente establecer un lugar único. Ayllon y Azrin: sus pacientes psiquiátricos podían intercambiar las fichas en una "tienda" especial y el puesto de enfermeras. Para algunos, el momento de intercambio de fichas es muy excitante y se producen alborotos, por lo que Sulzer-Azaroff y Meyer proponen como solución las hojas de pedido, que, además, facilitan el sistema de registro. 3. FINALIZACIÓN DEL PROGRAMA: Una vez que la aparición y consolidación de determinadas conductas se ha dado, hay que poner esas conductas bajo control de las condiciones habituales "normales" en que actúa el sujeto. Si dejan de reforzarse de manera abrupta, retirando las fichas de manera repentina, las conductas desaparecerán. Se hace necesario un programa de retirada progresiva de las fichas, a la vez que se van sustituyendo por otros tipos de reforzadores disponibles en el medio en que la conducta debe mantenerse. Durante todo el programa, se debe ir acompañando a las fichas de reforzadores sociales (alabanzas, reconocimiento verbal), de forma que éstos puedan servir como reforzadores generalizados que sustituyan, al menos parcialmente, a las fichas. Al ir apareados a las fichas, el feedback social positivo, se vuelve reforzante en sí mismo; Además, la entrega de la ficha le sirve al personal implicado como estímulo discriminativo para dar un feedback más frecuente. Los reforzadores de actividad, que suelen ser reforzadores en el medio natural del paciente, juegan aquí un importante papel (determinadas materias escolares). Si se están aplicando las fichas bajo programa de refuerzo intermitente, es más fácil establecer la sustitución. Además, el paso a programas intermitentes evitará el que no se extingan muchas de las conductas instaladas al no ser reforzadas contingentemente en el medio habitual. Un sistema que se puede utilizar, es establecer diferentes niveles de contingencias que van evolucionando progresivamente a condiciones cada vez más similares a las de la vida cotidiana:
Es frecuente que haya diferencias importantes en el mantenimiento de las conductas de los pacientes en la fase de desvanecimiento del programa. Las causas pueden ser diversas:
CONSIDERACIONES FINALES La técnica es eficaz y aplicable a gran número de problemas y poblaciones. Sin embargo, su aplicación presenta DIFICULTADES:
A la vista que puede plantear éste programa, sería deseable conocer de antemano qué pacientes pueden beneficiarse más.
CONTRATOS CONDUCTUALES CONSIDERACIONES BÁSICAS Constituyen una alternativa cuando se trata de reorganizar las contingencias ambientales y, o no se tiene un control tan extenso del medio, o se trabaja con personas "normales", y se desean modificar solamente algunas conductas concretas. Lo mismo que en el caso de la economía de fichas, se trata de controlar las consecuencias de las conductas, a fin de que no se produzcan refuerzos inadecuados para conductas incorrectas, o falta de refuerzo para las deseadas. Contrato conductual o contrato de contingencias: Documento escrito que explicita las acciones que el cliente está de acuerdo en realizar, y establece las consecuencias del cumplimiento o no cumplimiento de tal acuerdo. La mayoría de nuestras conductas, están reguladas por contratos. El problema se presenta en los casos en los que no está claro qué consecuencias se derivarán para la persona, por no cumplir un contrato. Es decir, cuando existe un cierto contrato "implícito", pero no están explicitadas claramente, ni las conductas a realizar ni sus consecuencias. Es posible que ésta falta de precisión explícita, permita el que una persona desarrolle conductas poco adaptativas a su medio (llegar todos los días tarde a casa). Los contratos son especialmente útiles para personas con escasa capacidad de autoreforzamiento. En un contrato conductual, deben especificarse:
Eventualmente, pueden incluirse dos elementos más:
CONDICIONES GENERALES QUE DEBE REUNIR UN CONTRATO
CONSIDERACIONES ADICIONALES
Areas de aplicación de los contratos:
Los contratos son una alternativa más útil, rápida y económica que los programas de economía de fichas, en especial si las personas no presentan limitaciones intelectuales y no se precisa una reestructuración completa de las contingencias del medio. CONTRATOS DE PAREJA En éstos casos, los contratos tienen ventajas adicionales: el mutuo reforzamiento que la pareja autoadministra, lo que supone una importante mejora en la relación interpersonal Þ Se consiguen resultados estables y adherencia al tratamiento. Un problema: Cómo presentar la técnica a los pacientes (los pacientes se niegan a "amarse pro contrato"). Es conveniente explicarles que una relación mutuamente reforzante, parte de la premisa de "dar para recibir", que los sentimientos surgen de una relación satisfactoria para ambos, y que, si el contrato consigue que se den relaciones más placenteras con el otro, resurgirá el amor. A veces, la especificación de las conductas a modificar resulta problemática (muchas y muy vagas). Si es imposible, puede redactarse un contrato en términos generales, en el que el mutuo reforzamiento se dispensa a criterio de cada uno de los miembros de la pareja. CONTRATOS CONDUCTUALES CON NIÑOS Homme, señala 10 REGLAS BÁSICAS:
Una última regla: El contrato debe recompensar a niño por su iniciativa en la emisión de conductas meta, más que por obedecer. Esto facilita el mantenimiento de la conducta tras la retirada del programa (Si Pablo pone la mesa sin que nadie se lo pida, podrá jugar 15 min (en vez de 10) con los soldaditos). Periódicamente, el contrato debe revisarse para evaluar su cumplimiento e introducir modificaciones entre las partes. |