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Asunto: La caída del comunismo y sus consecuencias. De la Europa unida a la Unión Europea. Francia: de Mitterrand a Chirac. Madrid, 26 de marzo de 2014. A quien corresponda: Francia. París. Distrito 8. "Palais de l'Elysée." 09 de mayo 1984. El presidente François Mitterrand. ![]() Las elecciones legislativas de 1986 producirían la alternancia política. En ello la extrema derecha representada por el Frente Nacional de Le Pen tuvo gran importancia. El “nacional-populismo” se encargó de fragmentar el espacio político, en las elecciones de 1984, a las elecciones europeas, había obtenido el 11 %. Esta vez no se trataba del voto de la Francia rural sino de la urbana e industrial. El incremento del voto extremista tenía su principal base en la emigración. En 1968 había dos m. de emigrantes de los que el 71 % eran europeos y en 1982 había 3,6 m. con un 43 % de procedencia africana. Paradójicamente, Le Pen pudo conquistar un electorado urbano hasta ahora lejano a su opción. Francia. París. Laurent Fabius en la sede del Partido Socialista. 1993. ![]() Al lado de Chirac desempeñó un papel muy importante Balladur, como ministro de Economía, Hacienda y Privatizaciones. El Gobierno no hizo demasiados cambios, uno fue volver a la ley electoral mayoritaria. El liberalismo y algunos casos de corrupción del Gobierno anterior no desestabilizaron a Mitterrand mientras que las tensiones sociales afectaron al Gobierno de Chirac. Francia. Val de Marne. Jacques Chirac, líder del RPR, en un mitin en las elecciones parlamentarias. 1986. ![]() Las elecciones legislativas de junio de 1988 los socialistas ganaron por tan solo cinco escaños. Mitterrand nombró primer ministro a Rocard a quien profesaba un “odio tranquilo” por su falta de carácter y capacidad de Gobierno. Éste a elección del presidente tuvo centristas y ministros “de la sociedad civil”. El único éxito de Rocard se produjo en el conflicto de Nueva Caledonia pacificando a indígenas y colonos. La situación económica mejoró siguiendo la coyuntura internacional. El Gobierno de Rocard entre 1988 y 1991 ha sido descrito por los historiadores como “morosos” anteponiendo los grandes acontecimientos en política exterior a la mediocridad de la política interior, cuyo hecho más relevante sería la celebración del bicentenario de la Revolución Francesa. Francia. De izquierda a derecha: Pierre Béregovoy, diputado por el departamento de Nièvre, François Mitterrand, presidente francés y candidato a las elecciones presidenciales y socialista Michel Rocard. 1988. ![]() La Guerra del Golfo se convirtió en Francia en una cuestión ampliamente debatida. Fue Mitterrand quien tuvo la responsabilidad casi única de la dirección de la política francesa: las acusaciones de ambigüedad en su contra no estuvieron justificadas, pero en la clase política hubo una profunda división. Chevenement, antiguo promotor de las asociaciones de amistad con Irak y ministro de Defensa, dimitió de forma ostentosa. El propio Le Pen dio la sorpresa al estar a favor de Irak. La opinión pública, en cambio, no parece haberse visto muy seducida por el pacifismo. Tras Rocard, una mujer fue nombrada para sustituirle en mayo de 1991, Edith Cresson, con desesperación de los rocardianos del presidente. Salvo por el hecho de ser mujer o tomar el testigo dejado en Europa por Thatcher, el caso es que duró menos de un año en el puesto, pues Mitterrand nombró a Béregovoy, su opción personal, pero quizás demasiado tarde para su gusto. En poco tiempo se produciría la próxima elección legislativa, justo cuando la situación económica empeoró en torno a 1993, momento en que se pasó del 4 % de crecimiento a cifras negativas. De nuevo surgió la protesta social ahora por parte de los campesinos y contra la emigración. El propio Chirac llegó a decir que en Francia había “sobredosis” de extranjeros. Prosiguieron los escándalos, ahora por los políticos de derecha; una mezcla entre el nacionalismo y una de las epidemias del siglo (envenenamiento de sangre, SIDA). Como la Guerra de Irak, el proyecto de profundización europea aprobado en Maastricht resultó un grave problema en el seno de la clase política francesa durante el período 1991-1992. Crecieron los populismos de diferente signo poco propicios al europeísmo. El referéndum de septiembre de 1992 se ganó con un 50,8 % del voto positivo. Esta inquietud demostrada por el electorado pronto se vio ratificada en las elecciones de marzo de 1993 en donde la izquierda quedó por debajo de los cien escaños y el 30 % de los votos, el legislativo se situó más a la derecha que en toda la Historia francesa en un siglo. Discurso inaugural del primer ministro Edouard Balladur. 1995. ![]() Esto obliga a hacer mención a dos aspectos de sus catorce años presidenciales. La política exterior de Mitterrand fue muy activa: viajó más que Giscard. Su actitud fue tradicionalista y plenamente gaullista. Pero a la vez muy contraria a Moscú lo que propicio el acercamiento de los Estados Unidos. No creyó en el derecho de injerencia y mantuvo una clara resistencia a la unión alemana, lo que le hizo defender la frontera germano polaca con máxima firmeza para dilatar el proceso. El regreso de los conservadores a la URSS en 1991 le pareció normal. Personalista e individualista en su dirección, su tercermundismo fue verbal y siempre compensado por su cercanía personal a Israel. La política exterior francesa proporcionó más decepciones que alegrías debido a la limitación de la capacidad de acción francesa. Sin embargo el mundo cultural vivió un renacimiento con un presupuesto de 35.000 m. de francos para los grandes proyectos del ministro Jack Lang. Además se descubrieron nuevos campos de acción, como la fotografía y el comic. Francia. París. Son las 21.00 PM y se anuncio que el señor Jacques Chirac era elegido quinto presidente de Francia, en la recepción y la sala de banquetes del Hotel de Ville de Paris (el Ayuntamiento), el ex alcalde agradece a sus partidarios antes de dejarlos para asistir a una recepción en la sede del partido. 7 de mayo 1995. ![]() Tras presidir Mitterrand y al poco de su muerte, los cambios políticos habían sido muchos, casi todas las legislativas habían sido socialistas. En Europa Occidental también habían dominado estos. Había nacido una Francia nueva en la que había casi desaparecido la vida rural, mientras el sector terciario suponía el 70 % de los puestos de trabajo, la mitad de las mujeres habían abandonado el hogar como única ocupación, había dos m. de estudiantes universitarios y tan solo un 13 % de misalizantes dominicales. Aún así, la sociedad francesa tenía como problemas acuciantes el paro, la exclusión y la inmigración. Afectuosamente, JAG.stilo. 1 Fuente principal: Javier Tusell. Manual de Historia Universal. 9. El mundo actual. Historia 16, 2001. |