LOS LLAMADOS "LOGROS"
GRUPO DE TRABAJO DE LA DISIDENCIA INTERNA (PARA EL ANÁLISIS SOCIOECONÓMICO DE LA SITUACIÓN CUBANA) SUPLEMENTO ESPECIAL AL BOLETÍN NO. 9, CON MOTIVO DEL AÑO II
MANUEL SÁNCHEZ HERRERO Subdirector del Instituto Cubano de Economistas Independientes
ARNALDO RAMOS LAUZURIQUE Miembro del Ejecutivo del Partido Socialdemócrata Cubano
LA HABANA, 1998
I.- INTRODUCCIÓN II. SALUD PÚBLICA III.- EDUCACIÓN IV.- DESEMPLEO V.- SEGURIDAD SOCIAL VI.- VIVIENDA VII.- CONSUMO VIII.- RESUMEN ANEXOS
I.- INTRODUCCIÓN
El régimen cubano ha pregonado durante años, con desbordante regocijo, el triunfo supremo de sus programas sociales, llevados a cabo, fundamentalmente, gracias a la extraordinaria ayuda recibida del exterior y, en buen parte también, sobre la base de los constantes sacrificios exigidos a la población. Por la radio, la televisión y la prensa escrita estatal, así como en diversos libros y revistas publicados en Cuba después de 1958, se han divulgado sobremanera los mismos, exponiéndose a la vez un cuadro sombrío del pasado y justificándose siempre los costosos errores económicos cometidos por los máximos dirigentes del país.
En todos los actos públicos celebrados a lo largo y ancho del territorio nacional resuenan todavía los elogios a los "logros sociales" alcanzados por la Isla bajo el totalitarismo comunista, a pesar del considerable desmedro actual, comparándose sus índices, con ostensible presunción, con los registrados por las demás naciones subdesarrolladas.
"Tenemos el primer lugar entre los países del Tercer Mundo en educación, y por encima de varios países industrializados; primer lugar entre los países del Tercer Mundo en salud pública y con índices que están también por encima de varios países industrializados y nos acercamos aceleradamente a los primeros lugares del mundo."
Desde los mismos inicios se emplearon muchos de los recursos disponibles en tratar de lograr un desarrollo social acelerado, sin tener en cuenta que la economía cubana –básicamente monoproductora y monoexportadora de azúcar- no podía soportarlo, teniendo que depender cada vez en mayor medida de la ex Unión Soviética. Se alcanzó un desarrollo en las zonas rurales, sobre todo en las más apartadas, en cuanto a instrucción pública, salud, vivienda, etc., pero con el deterioro de las zonas urbanas con relación a los bienes de consumo, servicios, viviendas, etc. y un endeudamiento externo que nos coloca en la nada envidiable posición de tener una de las deudas externas per capita mayores del mundo (cada niño cubano debe al nacer más dólares que cualquier otro niño en América Latina).
En muchas partes, por personas principalmente de izquierda e incluso por algunos organismos internacionales, se acepta esta faramalla como fiel exposición de los hechos, sin siquiera considerar las condiciones en que ha vivido el pueblo cubano hasta la fecha: racionamiento de los bienes de consumo desde marzo de 1962, reducido con importaciones de los ex socialistas durante el breve experimento del primer quinquenio de los 80 que aumentó la deuda externa del país, restricciones de todo tipo, subsistencia sobre la base de las remesas familiares de los Estados Unidos, represión política y otras muchas cosas más que harían interminable esta relación.
Todavía recordamos las mujeres, los hombres y hasta los niños, durmiendo en los portales de las tiendas, reservando un número en la cola para comprar un determinado artículo racionado. Esto no quiere decir que ahora no las haya porque se resolvió esa situación, lo que sucede es que desde hace años no se distribuye nada por la libreta de productos industriales, y lo que se vende por la "libre" en pesos cubanos es muy caro. Además, las remesas de dólares de los familiares residentes en el extranjero, fundamentalmente de los Estados Unidos, le permite a una buena parte de la población adquirir los productos básicos para subsistir. También nos viene a la memoria las largas colas a las puertas de las cafeterías para adquirir un pan con algo, algún dulce o una tacita de café mezclado. En las vidrieras de las tiendas, en vez de maniquíes, ropa, zapatos, etc., sólo se veían retratos y estatuillas de Marx, Lenin y los jefes revolucionarios, carteles de propaganda convocando a actos políticos, lemas, todo tipo de arengas y como trasfondo, telas color bermellón con hoces y martillos.
Sin embargo, de continuo se expresa el juicio paliatorio de que, en definitiva, se transformaron las condiciones existentes antes del triunfo revolucionario. Al igual que se hizo en el pasado con las dictaduras de Stalin, Mussolini y durante los primeros años de establecido en el poder Adolfo Hitler, ante de comenzar la Segunda Guerra Mundial con su invasión a Polonia. De este último se decía que, "después de todo Hitler transformó un pueblo enfermo y decadente en una nación robusta y vigorosa", refiriéndose al sistema de salud que existía en el III Reich.
El régimen cubano, en su afán por resaltar los "logros sociales" de su revolución, con el fin de presentarla como paradigma a seguir por los demás países subdesarrollados, no ha vacilado nunca en exponerle al pueblo un cuadro tétrico del pasado, aprovechando para ello el monopolio que tiene sobre los medios masivos de difusión. Este mismo método lo ha seguido con cuanto invitado extranjero, periodista, escritor, religioso, etc. se ha entrevistado su máximo dirigente. ¿Es esa la verdad?
La propaganda oficial se esfuerza todavía en hacer creer que la "Cuba revolucionaria" está caracterizada por una población feliz, sana, entusiasta, tratando de hacerle ver al pueblo, aislado totalmente del exterior, de que vive en el mejor de los mundos, mostrándole datos del pasado que contradicen sus propias estadísticas oficiales. Las estadísticas son siempre indiscretas, desde luego, cuando no se deforman deliberadamente, como se hace en los regímenes totalitarios, donde cumplen fines publicitarios. Y Cuba no es la excepción, sino la regla.
No obstante encontrarnos en medio de una censura inquisitorial, puntillosa y suspicaz, que lee entre líneas creyendo descubrir herejías y abjuraciones en las palabras más inocentes, y las tacha con un afilado lápiz rojo, existen a la par una serie de datos estadísticos publicados abiertamente por los organismos estatales que desmienten esas informaciones distorsionadas y mal intencionadas. Aún los cubanos residentes en la Isla, que padecen esta calamidad, pueden verificarlos en cualquier biblioteca pública, pues fueron obtenidos exclusivamente de los Anuarios Estadísticos de Cuba, de publicaciones de la ONU, así como de revistas cubanas pasadas por las manos del censor.
La creencia astutamente extendida de que todo comenzó después del 1 de enero de 1959, es tan falsa como el cariz democrático que le quieren dar sus principales dirigentes, voceros y apologistas al sistema totalitario implantado en el país. Pero como las simples palabras no representan por sí solas un fiel reflejo de la realidad, pasemos a analizar, con las estadísticas oficiales correspondientes, la verdadera situación antes y después del que se quiere hacer aparecer como "año cero". Estos datos son los siguientes:
II. SALUD PÚBLICA
En 1958 las tasas de mortalidad infantil y de mortalidad general registradas por Cuba eran las más bajas de América Latina (33,4 y 6,3, respectivamente), como puede comprobarse en la Tabla No. 1. Sin embargo, en el período comprendido entre 1959 y 1971, la mortalidad infantil superó la tasa lograda por Cuba en vísperas del establecimiento del totalitarismo en la Isla, registrando los valores máximos en 1962 (41,6) y en 1969 (46,1), mientras que la mortalidad general disminuyó por debajo de 6 entre 1972 y 1983, aumentando de nuevo a partir de 1984 y llegando a ser superior en 1989 (6,4) a la de 1953 (66,2) y a la de 1958 (6,3). Este hecho se ha tratado de ocultar por el régimen cubano, distorsionando sus propias estadísticas.
TABLA NO. 1 Tasas de mortalidad infantil x 1.000 nacidos vivos Tasas de mortalidad general x 1.000 nacidos vivos
Años Tasa de mortalidad infantil Tasa de mortalidad general Años Tasa de mortalidad infantil Tasa de mortalidad general Años Tasa de mortalidad infantil Tasa de mortalidad general
1953 35,0 6,2 1968 38,2 6,5 1979 19,4 5,6
1958 33,4 6,3 1969 46,7 6,6 1980 19,6 5,7
1959 34,7 6,7 1970 38,7 6,3 1981 18,5 5,9
1960 35,9 6,1 1971 37,4 6,2 1982 17,3 5,8
1961 37,6 6,4 1972 27,4 5,5 1983 16,8 5,9
1962 41,6 7,1 1973 28,9 5,7 1984 15,0 6,0
1963 37,1 6,7 1974 27,9 5,7 1985 16,5 6,4
1964 37,4 6,3 1975 27,5 5,5 1986 13,6 6,2
1965 37,8 6,4 1976 23,3 5,6 1987 13,3 6,3
1966 37,2 6,4 1977 24,9 5,9 1988 11,9 6,5
1967 36,4 6,3 1978 22,4 5,7 1989 11,1 6,4
Fuente: Anuario Estadístico de Cuba, 1974, pág. 28 (JUCEPLAN). Anuario Estadístico de Cuba, 1976, pág. 38 (CEE). Anuario Estadístico de Cuba, 1981, pág. 53 (CEE). Anuario Estadístico de Cuba, 1987, pág. 73 (CEE). Anuario Estadístico de Cuba, 1988 (CEE). Anuario Estadístico de Cuba, 1989, pag. 62 (CEE).
No obstante ser la tasa de mortalidad infantil de 33,4 en 1958, según el dato oficial publicado en la página 28 del Anuario Estadístico de Cuba de 1974, el jefe del régimen planteó en su "Informe Central al Primer Congreso del PCC", en diciembre de 1975, que "La mortalidad infantil, que en el período pre-revolucionario era mayor de 60, ha descendido a 28,9 en 1974". En realidad esta última cifra corresponde al año 1973.
En 1976, las tasas volvieron a ser las más bajas de América Latina. Y es a partir de ese momento, cuando el régimen cubano introduce en su sistema de propaganda el tema de la tasa de mortalidad infantil, alterando los datos de estos indicadores.
En el folleto "Cuba, desarrollo económico y social durante el período 1958-1980", publicado por el Comité Estatal de Estadísticas, La Habana, diciembre de 1981, se repite que la tasa de mortalidad infantil antes de 1959 era "mayor de 60".
Con la tasa de mortalidad general sucedió exactamente lo mismo. En el Anuario Estadístico de Cuba de 1974, pág. 28, se muestra como tasa oficial 6,3 para 1958. Sin embargo, en el folleto "Cuba, desarrollo económico y social durante el período 1958-1980", se aumenta la cifra en un punto, en vez de 6,3 aparece 7,3. Se debe recordar que Fidel Vascós, Presidente del Comité Estatal de Estadísticas desde su fundación en 1976 hasta su desaparición en los primeros años de los 90, era un alto oficial del ejército cubano.
Por otro lado, el actual Ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, en su libro "Erradicación de la Pobreza en Cuba", La Habana, 1990, segunda edición, pág. 137, Cuadro 53, tercera fila, muestra los datos siguientes:
Cuadro 53 INDICADORES DE LA SALUD PÚBLICA
Indicadores 1958 1980 1983 Tasa de mortalidad infantil (1.000 nacidos vivos) 40,017,4***15,0**** *** Datos de 1982 **** Datos de 1984
En ese mismo libro, pero en el "Anexo Estadístico", pág. 199, expone las cifras que siguen:
Salud Pública19591983 1959-1983
Tasa de mortalidad infantil (por 1.000 nacidos vivos, en menores de 1 año).32,5 (1958) 15,0 (1984)
Como puede observarse, la cifra debajo de l año 1959, 32,5 (1958) es muy similar a la del año 1958 (Ver Tabla No. 1). En la Presentación del libro "Erradicación de la pobreza en Cuba", el autor señala que "Este trabajo fue elaborado por la CEPAL en septiembre de 1983", por eso el acercamiento.
En cambio, en su otro libro "Estrategia del desarrollo económico en Cuba", La Habana, 1990, en la Tabla 22, pág. 296, modifica la cifra de ese mismo indicador.
Salud Pública 1958/59 1965 1975 1980 1988
Tasa de mortalidad infantil en menores de un año (por 1.000 nacidos vivos)40/60 37,7 27,5 19,6 11,9 (Existen diversos estimados)
En conclusión, el régimen ha tratado de modificar las cifras de estos indicadores, para sus campañas propagandísticas. Sin embargo, aún con esas cifras modificadas, Cuba estaba por debajo de naciones que hoy día están consideradas como altamente desarrolladas.
TABLA NO. 2 Tasa de mortalidad infantil por 1.000 nacidos vivos
Países 1949 1954 1958 1989 1993
Cuba 40,46 - 40,0 11,1 9,9 *
Francia - 41,9 - 7,4 7,0
Japón - 48,9 - 4,5 4,0
Bélgica - 40.1 - 7,9 6,0
Italia - 52,8 - 8,8 8,0
Fuente: Para 1949: Anuario Estadístico de Cuba, 1957, pág. 93
Para 1954: Anuario Estadístico de 1955, ONU.
Para 1958: "Erradicación de la pobreza en Cuba", José L. Rodríguez, Cuad. 53, pág. 137.
Para 1989: Anuario Estadístico de 1989, ONU y Anuario Estadístico de Cuba, 1989.
* Corresponde a 1994. Informe Económico del Banco Nacional de Cuba, 1994.
Para 1993: Population Vital Statistic Report Statistical. Boletines de las Naciones Unidas, 1995. Almanaque Mundial, 1997.
En 1989 y 1993, como puede observarse en la Tabla anterior, estos países registraron tasas de mortalidad infantil inferiores a las de Cuba. Esta situación se repite con la tasa de mortalidad general.
TABLA NO. 3 Tasas de mortalidad general por 1.000 habitantes
Países 1949 1954 1958
Cuba 7,81 - 7,83
Japón - 8,2 -
Noruega - 8,4 -
Italia - 9,2 -
Reino Unido - 11,4 -
Bélgica - 11,9 -
Francia - 12,0 -
Fuente: Para 1949: Anuario Estadístico de Cuba 1957, pág. 93
Para 1954: Anuario Estadístico ONU, 1955
Para 1958: La Economía Cubana en 1958 y 1988, CEE.
Ahora bien, conjuntamente con el descenso de la tasa de mortalidad infantil, anunciado a bombo y platillo, ha descendido también la tasa de natalidad.
TABLA NO. 4 Tasas de mortalidad infantil y de natalidad por quinquenios
Concepto 1970-1975 1975-1980 1980-1985 1985-1990 1990-1995
Tasa de mortalidad infantil x1.000 nacidos vivos. 38,5 22,5 17,0 12,9 11,8
Tasa de natalidad 26,7 17,2 16, 17,4 14,9
Fuente: Anuario Estadístico de CEPAL, 1996, pp. 13 y 57
En 1993 la tasa de natalidad fue de 14,0 (Population and Vital Statistic Report Statistical. Boletines de las Naciones Unidas. Almanaque Mundial, 1998). Es decir, han disminuido las muertes, pero a la vez se han reducido relativamente los nacimientos. Hoy día, con el "período especial", no es frecuente ver en la calle a una mujer embarazada. En 1990-1995, Cuba registró las tasas más bajas de América Latina en ambos indicadores.
Con la tasa de mortalidad general y la esperanza de vida al nacer (años promedio) ocurre un fenómeno bastante extraño, pues los dos indicadores se incrementan con el tiempo, cuestión que no se presenta en los demás países latinoamericanos.
TABLA NO. 5 Tasas de mortalidad general y esperanza de vida al nacer
País/Indicador 1975-1980 1980-1985 1985-1990 1990-1995
Costa Rica
Tasa de mortalidad 4,8 4,1 3,8 3,7
Esperanza de vida 71,0 73,8 75,3 76,3
Cuba
Tasa de mortalidad 6,0 6,4 6,7 6,8
Esperanza de vida 73,1 73,9 74,6 75,3
En 1993, Cuba registró una tasa de mortalidad general de 7,2, mientras que la esperanza de vida al nacer ascendió a 76,0 años.
En cada uno de los años comprendidos entre 1990 y 1995, Cuba ocupó el primer lugar de América Latina en el indicador: Promedio de habitantes por médico.
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