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El Apio necesita de un clima templado. No soporta el frío del invierno y necesita luz. Un 30%, que se comercializa es de apio blanco y un 70% de apio verde.Tiene raíz pivotante, potente y profunda, con raíces secundarias superficiales. Del cuello de la raíz brotan tallos herbáceos que alcanzan de 30 a 80 cm de altura. Las hojas son grandes que brotan en forma de corona; el peciolo es una penca muy gruesa y carnosa que se prolonga en gran parte del limbo.En el segundo año emite el tallo floral, con flores blancas o moradas; el fruto es un aquenio. La semilla tiene una facultad germinativa media de 5 años; en un gramo de semilla entran aproximadamente 2.500 unidades. Según Thompson y Kelly, la floración en el apio se motiva principalmente por la acción de temperaturas vernalizantes durante un cierto tiempo (normalmente temperaturas por debajo de 7 ºC a 10 ºC, actuando por un período comprendido entre 14 y 28 días), cuando la planta ya tiene un cierto tamaño, momento en que es capaz de recibir el estímulo vernalizador. ![]() ![]() Necesita luminosidad para su crecimiento. Las temperaturas depende de la fase de cultivo:
El apio no es demasiado exigente en suelos, siempre que no sean excesivamente húmedos. Requiere un suelo profundo, ya que el sistema radicular alcanza gran longitud vertical. El pH debe estar rondando la neutralidad. Es exigente en boro, por lo que este elemento no debe faltar en el suelo. Soporta mal la salinidad, tanto del suelo como del agua de riego. Este cultivo es exigente en humedad del suelo, pero sin que llegue a ser exagerada; los riegos deben permitir que el suelo esté en un estado perfecto de humedad de tempero. Si el suelo sufre sequedad da lugar a un embastecimiento de los tejidos y, por tanto, a una pérdida de calidad. Siembra Existen dos épocas de siembra en función de los dos ciclos productivos (invierno y primavera). Las siembras para la campaña de invierno se realizan desde primeros de julio a finales de agosto, efectuando los trasplantes desde últimos de agosto hasta final de octubre. El trasplante en primavera obliga a una siembra en semillero durante las primeras semanas de noviembre, teniendo lugar los trasplantes durante los meses de enero y febrero. Cuando la plántula alcanza los 15 cm de altura y a desarrollado 3 ó 4 hojas verdaderas, con una longitud de pecíolo de unos 10 cm y de limbo de hoja de 4 a 5 cm, está lista para el trasplante, siempre que tenga una adecuado crecimiento radical. Si la plántula alcanza un desarrollo excesivo de la pare aérea en las primeras fases de semillero, hay que practicar una poda a unos 10 ó 12 cm de altura, para evitar descompensaciones en la planta entre la parte aérea y subterránea. Preparación del terreno Es necesario realizar una labor de desfonde profunda, y a continuación dos pases de rotovator, seguida de una labor de acaballonadora, la cual deja el terreno con surcos de 50 cm de anchura y caballones de igual medida. Si la parcela ha tenido cultivos con recolección mecanizada se recomienda realizar un pase de subsolador y romper la posible suela que se puede localizar más profundamente. Binas y aporcados Cuando se inicia el crecimiento vegetativo no conviene que el “corazón” de la planta se recubra con tierra, ya que se puede producir una parada vegetativa del crecimiento. Por esta razón, cuando se den al cultivo las labores de bina que sean necesarias, se evitará que caiga tierra en el centro de la planta; también en este estado de crecimiento no se harán labores de recalzar las plantas. En cambio, cuando el cultivo esté en pleno desarrollo, es conveniente aporcar las plantas; con esta operación se aumenta la longitud de las pencas. Escardas El apio no admite competencia con las hierbas adventicias al principio de la vegetación, ya que su crecimiento es lento; es necesario mantener limpio el suelo con labores de escarda. En trasplantes en épocas calurosas se dejan estas hierbas sin tratar al principio para que actúen a modo de sombreado y eviten mayores subidas de las temperaturas del suelo. Riego Cuando está en las primeras fases de su desarrollo, el riego debe ser abundante y regular, ya que la plántula debe tener un crecimiento continuo. En todo su ciclo, este cultivo sufre estrés si hay escasez de agua en el suelo. Se puede regar tanto por gravedad como por riego localizado como por aspersión (el riego por aspersión resulta interesante en este cultivo). Es un cultivo exigente en agua de buena calidad. Si la conductividad eléctrica del agua de riego es elevada se frena el desarrollo vegetativo, provoca aperturas de la planta y favorece los problemas de "corazón negro", debido a una deficiente asimilación de calcio. En el ciclo otoñal-invernal, en riego localizado se emplean unos 7.000 m3 de agua por hectárea. En el ciclo primaveral, se utilizan aproximadamente de 3.500 a 4.500 m3/ha. En este ciclo es necesario el uso de cubiertas flotantes para evitar la inducción floral, acortándose el ciclo en unos 10-15 días si se emplea además acolchado negro debajo de la cubierta. Fertilizacion. Para obtener una buena producción y de buena calidad, es conveniente que el suelo esté bien abonado y con abundante materia organica. En el caso de los invernaderos, el apio normalmente constituye un cultivo de relleno en la época invernal, por lo que no debe aportarse estiércol si ya se estercoló el cultivo anterior, aunque si el siguiente cultivo lo precisa, pueden aplicarse 3 kg/m2. Si no se aplica estiércol, es necesario aumentar el abonado nitrogenado y potásico, especialmente cuando los suelos sean ligeros. En el último mes de desarrollo, antes de la recolección, el nitrógeno debe estar disponible en cantidad suficiente en el suelo. Además, el apio es una planta muy sensible al déficit de boro, azufre y magnesio. En el abonado de fondo pueden aportarse, a título orientativo, alrededor de 50 g/m2 de abono complejo 8-15-15 y 15 g/m2 de potasio. Si los resultados del análisis de suelo muestran bajos niveles de boro y/o magnesio, éstos pueden aplicarse a razón de 2 g/m2 de producto a base de boro y 10-15 g/m2 de sulfato de magnesio. Además es conveniente aportar unos 5 g/m2 de azufre, debido a su elevada sensibilidad a la carencia de este elemento. Cuando el riego es por gravedad, pueden aplicarse 30 g/m2 de nitrato amónico en cobertera en 2 o 3 veces, con la última aportación un mes antes de la recolección. El abono foliar aplicado una vez por semana suele dar buenos resultados, para los aportes de boro y magnesio y de calcio en caso de suelos pobres en este elemento.Excelente los extractso de algas Ascophyllum y el humus de lombriz liquido; a falta de ellos el macerado de ortiga, consuelda o el compots té funcionan tambien. En fertirrigación, es recomendable aportar microelementos en cada riego y la programación puede llevarse a cabo de la siguiente forma:
En el caso de las variedades amarillas el abonado puede ser insuficiente, por ello para completar el desarrollo de la planta y darle un porte más erecto se aplican giberelinas o extr4actos liquidos de algas marina so brassinoesteroides botanicos a una concentración de 20 ppm; se aconseja que la planta presente de 50 a 60 cm de altura y que no se encuentre inducida a flor y acompañarlo con un fertilizante foliar, por ejemplo urea en una proporción de 200 g/100 l de agua. A continuación se expone la sintomatología de carencias de macroelementos en el apio: -Nitrógeno: los primeros síntomas son una reducción del crecimiento vegetativo, amarilleos y decaimientos de las hojas. Si la deficiencia es muy acusada el crecimientos se paraliza, tiene lugar un amarillamiento en toda la planta y se pueden observar manchas cloróticas internerviales en los limbos que evolucionan a moteado necrótico. -Fósforo: al principio provoca una disminución del vigor de la planta, las hojas jóvenes se debilitan y las muy desarrolladas tienen un crecimiento muy erguido. Si la deficiencia es muy acusada los limbos foliares se reducen, apareciendo necrosados el borde de algunos foliolos. -Potasio: se manifiesta inicialmente por una reducción del crecimiento vegetativo y la aparición de amarillamiento ocre en las hojas más adultas, especialmente en la periferia de los foliolos. También pueden aparecer en los foliolos puntos de color marrón rojizo. -Calcio: los síntomas iniciales son: reducción del crecimiento, clorosis en la periferia de foliolos y nervios, color marrón de las hojas del centro de la planta y zonas necróticas en el pecíolo. Cuando la carencia es severa las hojas centrales evolucionan a necrosis "corazón negro " o black heart. -Magnesio: se manifiesta inicialmente con la aparición de clorosis internervial que va desde el centro del foliolo hacia los bordes. Si la deficiencia es acusada la mayoría de los foliolos se tornan amarillos con el nervio central de color verde claro y desecación de los bordes del foliolo. . ![]() Preparación del suelo y siembra Deben realizarse varios pases en profundidad con el tractor junto con el abonado de fondo y otros superficies para dejar el terreno en perfectas condiciones de drenaje. La siembra se realizara en primavera, una vez han pasado los peligros de heladas. Se realizara en semilleros protegidos del sol y a los que no les faltara humedad. La semilla requiere un tratamiento de pre germinación consistente en mantener húmedas a 20°C las semillas durante 2 – 3 días. El transplante se efectuara a los 2 – 3 meses, cuando la planta tenga 4 – 5 hojas y sea lo mas uniforme posible, con una altura de 10 – 12 cm. La siembra puede realizarse en macetas de turba, con que se consiguen ya plantas con cepellón. Se aconsejan pinzar la planta transplantada para reducir la transpiración y asegurara el enraizamiento. Se plantaran en surcos con una distancia de 35 – 40 cm entre ellos y una separación entre plantas de 15 -20 cm entre ellos y una separación entre plantas de 15 – 20 cm. Si se sesea aporcar el apio para blanquearlo, debe aumentarse la distancia entre surcos. PLAGAS Y ENFERMEDADES DEL APIO ![]() ![]() -Mosca de la zanahoria (Psylla rosae (Fab)) El adulto mide 4,5 mm y presenta cabeza parda y abdomen alargado y negro. La larva es de color blanco amarillento brillante, de 7-8 mm. de longitud y ápoda. Inverna en el suelo en estado pupario, haciendo su aparición en primavera. -Biología: ovopositan en el suelo u otros cultivos (zanahoria, etc.). A los diez-doce días, salen las larvas que penetran en el interior de la raíz del apio, excavando una galería descendente que llega hasta casi el final de la raíz. Transcurrido un mes, se transforman en ninfas. Los adultos hacen su aparición a mediados o finales de julio para después convertirse en ninfas. -Daños: las larvas penetran en la raíz, donde practican galerías sinuosas, sobre todo en la parte exterior, que posteriormente serán origen de pudriciones, si las condiciones son favorables se produce una pérdida del valor comercial. -Control químico: desinfección del suelo y/o desinfección de semillas. Se recomienda la aplicación de neem, extractos de higuerilla y/o chicalote (4 lt/ha), decoccion de tabaco (5 lt/ha) ![]() ![]() Mosca del apio (Phylophylla heraclei L.) Esta segunda especie se diferencia de la anterior en que la hembra pone sus huevos en las hojas de los apios y también en otras umbelíferas. -Biología: las larvas excavan galerías en el interior de las hojas, entre la epidermis, con lo que pueden secarse los tejidos. Tienen dos generaciones: en primavera y a finales de verano. -Daños: en primavera los daños pueden ser más graves en las plantaciones jóvenes. En otoño, los apios ya están suficientemente desarrollados para que las larvas diseminadas ocasionen estragos. -Control químico: solo está justificado ante el ataque importante en las plantas jóvenes. Entonces al aparecer los daños, se puede intervenir efectuando una pulverización con lo que destruirán las larvas que se encuentran bajo la epidermis de las hojas. las materias activas recomendadas son la aplicación de neem, extractos de higuerilla y/o choicalote (4 lt/ha), decoccion de tabaco (5 lt/ha) ![]() ![]() -Pulgones (Aphis spp., Myzus persicae) Además del daño directo que ocasionan, los pulgones son vectores de enfermedades viróticas, por tanto son doblemente peligrosos. Los huevos tienen una coloración verde o amarilla, volviéndose rápidamente negros. De forma elíptica, miden cerca de 0,6 mm largo y 0,3 mm de ancho. Las formas aladas, con grandes alas traslúcidas, que generalmente aparecen unas ocho generaciones después del nacimiento de las primeras hembras virginíparas tienen la cabeza y el tórax negros, com el abdomen verde-amarillento y una gran mancha dorsal. Colonizan, durante la época favorable casi todas las especies de plantas a su alcance, dando origen a que algunas hembras pasen de una planta a otra, de ahí su gran capacidad como vectores de virosis. Las forma ápteras que se desarrollan en los huéspedes secundarios suelen ser de coloración verdosa o amarillenta, con los sifones moderadamente largos y del mismo color que el cuerpo. Las ninfas que dan origen a las hembras aladas (que aparecen cuando baja la cantidad o calidad del alimento disponible) pueden tener el cuerpo rosado. -Daños: los pulgones se alimentan picando la epidermis, por lo que producen fuertes abarquillamientos en las hojas que toman un color amarillento. -Control biológico: existen numerosos depredadores de pulgones como Coccinella septempunctata, Chrysopa y algunos parásitos himenópteros que desarrollan sus larvas en el interior del pulgón. Entre los enemigos naturales de Myzus persicae se pueden encontrar predadores y parasitoides, entre ellos encontramos escarabajos tales como las mariquitas Adalia bipunctata, Coccinella septempunctata y Coccinella decempunctata. Antocóridos como Orius y Anthocoris. Neurópteros como Chrysopa y Chrysoperla. Sírfidos como Syrphus, Scaeva y Episyrphus. Cecidómidos como Aphidoletes y afidinos como Lysiphlebus. El Myzus pérsicae aparece en la lista de récords de seres vivos de Wikipedia por ser el insecto más resistente que se conoce: soporta 71 pinceladas de diferentes elementos químicos. En la fase inicial de la infestacion un aceite y/o jabon potasico reduce la incidencia, ademas de trampeo con cartones amarillo, fumigaciones con extractos de higuerilla, chicalote, neem. ![]() ![]() -Gusanos grises (Agrotis sp.) es un género de polillas perteneciente a la familia Noctuidae. -Daños: las orugas, de color grisáceo y en muchas ocasiones enrolladas, devoran las partes aéreas de las plantas durante la noche, en tanto que permanecen en suelo o bajo las hojas secas durante el día. Cuando las plantas están recién trasplantadas destrozan el cuello de la raíz. Su mayor incidencia en este cultivo tiene lugar en el mes de abril. Para su control extractos botanicos de higuerilla, chicalote, neem, laurel rosa (5-6 lt/ha) ![]() ![]() -Nemátodos (Dytilenchus dipsaci Kuehm.) Los apios muestran un tamaño más pequeño de lo normal, hojas amarillentas y algo deformadas y, si se extraen las plantas del suelo, pueden observarse abultamientos radiculares. -Métodos físicos: un método que resulta muy eficaz, y empleado tanto en semilleros como en invernaderos es tratar la tierra con agua caliente, pues los nemátodos mueren a temperaturas de 40-50ºC. -Métodos culturales: enmiendas del suelo a base da materia orgánica, rotación de cultivos (intercalando plantas no sensibles), desinfectar los aperos de labranza, las ruedas de máquinas, etc. -Control : desinfección del suelo antes de realizar la plantación con productos a base de quitina animal, extractos concentrados de cinco negritos. Enfermedades del apio ![]() ![]() -Mildiu del apio (Plasmopara nivea Schr.) -Daños: produce amarilleos y desecación de las hojas, pudiendo originar la destrucción total de las plantas jóvenes. -Control: es muy conveniente el empleo de fungicidas como caldo sulfocalcico oa zufre elemntal humectable al 79% (4-5/lt ha)como medida preventiva o bien a los inicios de los primeros síntomas de la enfermedad. La frecuencia de los tratamientos debe ser en condiciones normales cada 12-15 días. Si durante el intervalo que va de tratamiento en tratamiento lloviese, debe aplicarse otra pulverización inmediatamente después de las lluvias. ![]() -Mancha foliar, viruela o tizón del apio (Cercospora apii Fres.) Síntomas inducidos por el hongo: manchas foliares marrones de tamaño variable, blanco grisáceo pálido al principio, con bordes oscuros. -Daños: al principio produce manchas amarillentas en las hojas y después grisáceas, hasta producir la necrosis foliar. Suele atacar al apio en los meses de verano. ![]() ![]() -Septoriosis (Septoria apii (Briosi et Car.) Chest., Septoria apii graveolentis (Dorg)) Los dos hongos se manifiestan por la presencia en las hojas de manchas de color marrón claro, en las que se observan unos puntos negros que son los picnidios del hongo. Generalmente al poco tiempo, las hojas se abarquillan y desecan. En ataques severos la infección puede llegar hasta las pencas del apio. Septoria apii produce manchas grandes y Septoria appi graveolentis produce manchas de menor tamaño. Esta enfermedad puede transmitirse por semilla. Se producen manchas grandes y chicas, preferentemente en las zonas más externas del limbo. Bajo condiciones favorables para el patógeno toda la hoja se cubre de manchas. Estas son irregulares, anfígenas, blancuzcas o más o menos pardas, circundadas por una zona moreno rojiza o por un estrecho borde más oscuro. Es necesario un mínimo de 36 horas de continua humedad para que se produzca la infección, cuando la temperatura esta entre 15 y 17 ºC. La enfermedad puede ser severa en estaciones húmedas y frescas. Propagación: Penetra generalmente por los estomas de las hojas y la cutícula de los tallos. Las semillas infectadas infectarán las nuevas plántulas. La propagación de hoja a hoja y de planta a planta dentro de los cultivos se hace por las esporas que se difunden por el viento y por el agua de lluvia. También se hace por el paso del hombre y el agua de riego. -Métodos físicos: un método que resulta muy eficaz empleado en semilleros es tratar las semillas con agua caliente a 48-49ºC durante treinta minutos. -Métodos culturales: ampliar los marcos de plantación y realizar rotaciones cada tres años. FISIOPATÍAS -Ahuecado de las pencas: está provocado por descensos de temperatura (ligeras heladas), humedad excesiva, exceso de abono nitrogenado. Posteriormente puede tener lugar el desprendimiento de la epidermis. Se recomienda retrasar la recolección. ![]() -Corazón negro (black heart): se produce por déficit de abonado o contenidos cálcicos insuficientes o condiciones ambientales que impiden su traslocación. -Pardeamientos de las hojas o decoloraciones: los pardeamientos pueden ir unidos a agrietamiento de pecíolos. Están provocados por deficiencias en boro y magnesio. -Ruptura de nudos peciolares: suele aparecer como consecuencia de altos niveles de potasio en el suelo con elevados niveles de pH, acompañado de fuertes vientos, etc. - Desorganización de la Médula (pith breakdown). La desorganización del tejido interno es a menudo referida como esponjosidad o tallos esponjosos. El parénquima del pecíolo se torna de color blanco, esponjoso y vacuolado, y de apariencia seca. La desorganización de la médula es iniciada por varios factores que inducen senescencia, incluyendo estrés por frío e hídrico, cambios de pre-induccion del tallo floral e infecciones radiculares. La desorganización de la médula se desarrolla después de la cosecha, pero las condiciones adecuadas de almacenamiento atenúan su desarrollo. RECOLECCIÓN El apio es cosechado cuando el cultivo en su totalidad alcanza el tamaño deseado para el mercado y antes que los pecíolos desarrollen esponjosidad. Los campos de apio presentan un crecimiento uniforme y son cosechados de una sola vez. Los tallos son empacados por tamaño después de eliminarse los pecíolos y hojas exteriores. Normalmente la recolección se realiza de forma manual con ayuda de una espátula metálica de bordes afilados, con el frontal corto se secciona la planta y con los laterales los restos de raíces y parte apical de las hojas. Es importante cosechar durante las horas más frescas del día y colocar el apio en cajas lavadas con agua clorada, en lugares sombreados y ventilados. Durante el transporte, debe evitarse la exposición del producto al sol: una de las principales características que se asocian con la calidad del apio es la propiedad de crujir, es decir, que al quebrarlo emita un sonido vidrioso característico. Siendo lo primero que se pierde cuando hay deshidratación. POSTCOSECHA En postcosecha del apio se realiza el siguiente manipulado: 1.-Limpieza: restos de tierra, exceso de hojas, brotes laterales y pecíolos defectuosos. 2.-Corte de los "tallos": en campo se cortan a 35 cm, en almacén a una longitud entre 27 y 30 cm. El corte debe realizarse siempre por encima del nudo. 3.-Lavado: se limpian las pencas mediante ducha de agua clorada, tras su escurrido y se procede al embolsado. 4.-Embolsado: se coloca un film o bolsa para proteger las pencas , recubriéndolas completamente, sin dejar al descubierto los extremos superiores de los tallos. Tras la realización del proceso anterior las pencas sufren una reducción de peso en torno al 30%, dando piezas de peso comprendidas entre 400-900 g, siendo los calibres más comerciales los que se encuentran entre 460-720 g. -Calidad: un apio de gran calidad tiene tallos bien formados, pecíolos gruesos, compactos (no significativamente abultados o arqueados), poco curvados, una apariencia fresca y color verde claro. Otros índices de calidad son el largo de los tallos y de la nervadura central de la hoja, ausencia de defectos tales como: corazón negro, pecíolos esponjosos, tallos florales y partiduras, así como ausencia de daños por insectos y pudriciones. -Temperatura óptimo: La temperatura óptima es de 0°C. En condiciones óptimas, el apio debe mantener una buena calidad después de ser almacenado de 5 a 7 semanas. Generalmente, el apio es rápidamente enfriado y después conservado a 0-2°C. Si se va a almacenar durante un mes. Para mantener una buena calidad visual y sensorial, no es recomendable su almacenamiento a 5°C más de 2 semanas. Cierto crecimiento de los tallos interiores ocurre en postcosecha a temperaturas mayores de 0°C. -Humedad relativa óptima: oscila entre 95-100%. -Tasa de respiración:
-Tasa e producción de etileno: < 0.1 µL / k·h a 20°C. -Efectos del etileno: a bajas temperaturas el apio no es muy sensible a los reducidos niveles de etileno presentes en el ambiente. La pérdida del color verde puede deberse a exposiciones, a concentraciones de etileno de 10 ppm o mayores y a una temperatura superior a los 5°C. -Efectos de las atmósferas controladas (A.C.): las atmósferas controladas o modificadas ofrecen moderados beneficios al apio. Retrasos de la senescencia y pudriciones han sido observadas con 2-4% O2 y 3-5% CO2. Los daños por bajo O2 (< 2%) o elevado CO2 ( > 10%) inducen aromas y sabores extraños y pardeamiento de las hojas interiores. La AC para el almacenamiento conjunto de apio y lechuga o su transporte a larga distancia tiene alguna aplicación comercial. Los elevados niveles de CO2 retrasan el amarillamiento y pudrición de las hojas del apio, pero no pueden ser utilizados en cargas mixtas con lechuga (la lechuga no tolera atmósferas enriquecidas con CO2). Condiciones especiales: los pecíolos cortados de apio en los productos precortados, son muy propensos a las pudriciones bacterianas. Una reducción de la pudrición y un significativo retraso en la aparición de la misma puede resultar del uso de hojas afiladas, disminución de la abrasión u otros daños a los trozos cortados durante su empacado. |